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lunes, 6 de mayo de 2013

Yokozawa Takafumi-parte final.





Utilizamos la pelota para jugarla estilo "volleyball".

Hiyori me escogió para estar en su equipo y Kirishima, estaría solo. No pude evitar alegrarme, porque Hiyo me había preferido a mi y no a su padre.

-¡Hiyo, lánza la pelota con fuerza!-exclamó Kirishima.

Hiyo, haciendo uso de todas sus fuerzas lanzó por el aire la enorme pelota y Kirishima en un movimiento rápido la regresó. Yo salí en defensa, tratando de lucirme frente a Hiyo.

Tenía que demostrarle que había sido correcto el elegirme y no le fallaría. Golpee la pelota hacia Zen y éste, sin demorarse, la regresó nuevamente. La pelota torpemente me rebotó en el estómago, logrando sorprenderme.

-¡Oye!-exclamé indignado hacia Kirishima.

Kirishima se alzó de hombros, riéndose.

-Lo siento-añadió.

"Seguramente lo hizo a propósito para sacarme de quicio, como siempre lo hacía"-pensé.

Correspondí la sonrisa y traté de devolverle el golpe, pero me falló. Kirishima pegó fuertemente en ella y esta ocasión, me rebotó en la cabeza.

Fruncí el ceño molesto. ¿De qué se trataba todo esto?, ¿a caso lo estaba haciendo a propósito?

Kirishima solo reía. Si, lo mas posible es que fuese a propósito.

Molesto, corrí hacia él, empujándolo hacia el río.

Kirishima me agarró por el cuello de la camisa y ambos caímos al agua.

 

*Cuando salimos del agua, Hiyo nos esperaba con el rostro ceñudo y sus manitas apoyadas en la cintura.

-¿Por qué están jugando así?, eso es muy infantil-señaló severa.

-Lo siento, Hiyo...-inicié.

-Si pequeña, no seas tan dura con él, ya perdónalo-añadió cínicamente Kirishima-pasa que Ojisan*(señor, anciano) no tuvo infancia-agregó con burla.

-¡Pero si tu empezaste esto!-exclamé molesto.

-¿De qué hablas, Yokozawa?, yo estaba jugando tranquilamente a la pelota, hasta que , en tu "arranque" de locura, decidiste darte un chapuzón conmigo.

-¡No trasgiverses las cosas!

Kirishima movió su cabeza de un lado al otro.

-Sé que ahora estas apenado con Hiyo, pero debes aprender a aceptar tus errores-agregó con diversión.

-Les traeré unas toallas para que se sequen...-señaló Hiyo.

La pequeña se dirigió hacia su tienda de campaña.

-Te queda realmente bien la camisa mojada, Yokozawa-comentó Kirishima.

 

Sin darme tiempo a reaccionar, me jaló de la corbata acercándo su rostro.

-¡Qué mierda estás haciendo!-protesté, empujándolo.

Kirishima no pareció inmutarse ante mis intentos de alejarlo.

-Realmente, me gustas...-susurró, esbozando una sonrisa traviesa.

-¿Papá?, ¿onii-chan?

-¡Hiyo!-exclamé asustado. Aterrado de lo que pudiera pensar, comencé a tartamudear-¡no-no es lo que parece!

-¿Eh?, ¿de qué hablas onii-chan?-preguntó, su cara parecía confundida-¿papá?...-después se dirigió a Zen con el ceño fruncido-¿ahora qué le has dicho a onii-chan?

Kirishima sonrió; en ese momento me soltó de la corbata con suavidad.

-Solo le decía que se secara bien o se resfriará después-respondió despreocupadamente.

Hiyo sonrió.

-Precisamente he traído las toallas-dijo acercándose a donde estábamos.


-Gracias, Hiyo-agradecí, palmeando su cabeza con suavidad.

-De nada, por favor, asegurense de secarse bien o se enfermarán-nos dijo.

 

En un solo movimiento, Kirishima se sacó la camisa, dejando al descubierto su torso marcado.

-¿Qué...que haces?-pregunté sorprendido.

-¿Qué te parece que hago?, me saco la camisa para secarme bien...¿por qué?, ¿te incomoda verme sin ella?

-Puede ser incómodo de cierta manera. ¿No te da pena que tu hija te vea así?

-No, Hiyo y yo a veces nos bañamos juntos...-Kirishima alzó una ceja-¿acaso te pone nervioso verme así?- sonrió maliciosamente.

-¡Ja!, ¿por qué carajos tendría que ponerme nervioso?, ¡no me hagas reír!-respondí alejándome de él lo suficiente.

 

Me metí a la tienda de campaña, buscando mi bolso de ropa. Me quité las prendas mojadas, sustituyéndolas por una camisa de manga corta y pantalones vaqueros.

Cuando salí, Kirishima estaba tendido plácidamente sobre el mantel largo a cuadros. Hiyo me sonrió al verme.

-¡Onii-chan!, ¡ven!, vamos a comer-exclamó animosa.

-Ya voy, Hiyo-respondí.

Me acerqué a ellos, sentándome con cuidado en el mantel.

-¿Eh?, Yokozawa que bien te ves-elogió Kirishima con una sonrisa.

-Gracias.

-Si, onii-chan, te ves muy guapo también con ropa informal-secundó Hiyo.

-Te lo agradezco, Hiyo-sonreí.

-Deberías vestir así mas a menudo...-comentó Kirishima-no sé porque te gusta tanto disfrazarte de "señor mayor".

-No me disfrazo de "señor mayor"-respondí molesto-debo ser formal para ir al trabajo.

Kirishima suspiró audiblemente.

-Ese trabajo te está envejeciendo...quizás sea por el área donde estás...¿por qué no pides tu transferencia a mi departamento?

-Ni en broma...a mi me gusta lo que hago.

Saqué de la cesta la comida de Sorata y la serví en un plato. El pequeño minino empezó a comer rápidamente. Yo  mientras tanto, le acariciaba el lomo.

-¿Vas a dejar que Sorata coma primero?-preguntó Zen.

-Siempre come antes que yo-respondí.

-"Como toda una buena madre"...-murmuró entre sonrisas.

 

Esa tarde comimos, lo que Hiyo había cocinado su tradicional curry, ensalada de atún, fruta y los bollos con crema bavarian, que tanto le gustaban.

Cuando empezó a oscurecer, Hiyo estaba profundamente dormida sobre mis piernas. Se quedó así, mientras le leía uno de sus cuentos favoritos. Me encargué de llevarla hacia la tienda de campaña, ahí, la arropé y le dejé a Sorata a un lado. Ya estaban acostumbrados el uno al otro. Me despedí de Hiyo, besando con cuidado su frente, para no despertarla.

Al salir, divisé a Zen cerca de la orilla del río. Me dirigí a él, con paso tranquilo.

-¿Qué haces?

-Solo miraba...¿Hiyo, se quedó profundamente dormida , eh?

-Si, parecía cansada.

-Lo ha pasado bien, estaba muy contenta.

-Es verdad-concedí.

-Espero que tú también lo estés...

-¿Eh?

Kirishima me miró directamente a los ojos.

-¿No me vas a decir, en qué estabas pensando esta mañana?

-En nada importante-repuse.

Kirishima esbozó una media sonrisa.

-Déjame adivinar...¿en Takano Masamune?

Su precisión me tomó por sorpresa, dejándome sin palabras.

-Así que se trata de él-murmuró.

-Si...no lo voy a negar-agregué con cierta cohibición en mi voz.

-Ya veo.

-Pero, no en el sentido que supones...-aclaré-sólo recordaba que antes no disfrutaba de cosas divertidas como ahora, mi vida cambió mucho desde que Hiyo y tú aparecieron.

Kirishima volteó a verme.

-¿Quieres decir que ahora eres mas feliz que antes?-preguntó.

-Se puede decir que si...-murmuré algo incómodo.

Kirishima sin decirme nada, tomó de mi rostro con una sola mano y apretó sus labios apasionadamente con los míos.

Le di un empujón sorprendido.

-¿Qué mierda haces?, ¡Hiyo puede despertar!

-Toda el día me estuve conteniendo, quería hacerlo-se alzó despreocupadamente de hombros-...pero si el problema es que Hiyo nos vea...te espero en la tienda de campaña, "Oso gruñón"-añadió Kirishima, guiñándome un ojo.

Suspiré agotado.

¿Por qué me había enamorado de Zen Kirishima?...si somos tan diferentes...con personalidades totalmente opuestas, con nada en común...excepto el gran amor a Hiyori.

Pero supongo, que ya era demasiado tarde para reclamarme a mi mismo algo...el amor es irracional y yo me encontraba, molestamente...enamorado profundamente  de él.

 

 

 

 

 

2 comentarios:

  1. waaaaa .w. !!!
    una consultitlla, este es parte de la novela o es un fanfic?

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    1. Disculpa la demora, respondiendo a tu pregunta es un fanfic de Yokozawa, gracias por leerlo. Espero que te haya gustado.

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