A lo lejos escuché que tocaban el timbre. Entreabrí los ojos y me di cuenta que me había quedado completamente dormido.
Insisitían al tocar el timbre.
"¿Quién podría ser?".
Sorata brincó con lentitud hacia el piso y se encaminó hacia la puerta, se sentó a escazos centímetros y espero aque se abriera.
"Tampoco había perdido su costumbre de recibir a las personas"-pensé.
Adormilado, caminé hacia la puerta y pulsé el botón del recibidor.
"¿Quién es?"-pregunté.
"Soy yo...Ritsu"-murmuró.
Abrí la puerta y lo miré con curiosidad.
-¿Qué ha pasado?
-Yo...esto...te he comprado algo para cenar-respondió mostrandome la bolsa de papel café-recíbela, por favor.
Abrí la puerta y me hice a un lado.
-Pasa-le dije.
-No, no...sólo la he venido a dejar, no quiero molestarte.
-No molestas, entra.
Onodera miró al gato y pareció sorprendido.
-¿Yokozawa-san...está aquí?-preguntó tenso.
-No, solo lo ha venido a dejar-refiriéndome al gato-¿piensas pasar o no?
Ritsu entró y cerré la puerta.
-¿Qué me has comprado?-pregunté mientras le quitaba la bolsa de las manos.
-Es pollo con arroz y vegetales.
-Genial, gracias-sonreí.
Onodera esquivó la mirada.
-E...Esto...no es nada-murmuró.
Me encaminé hacia la mesa y saqué la comida. Estaba cuidadosamente servida en un plato, con sus respectivos cubiertos de plástico.
Onodera agarró a Sorata entre sus manos y lo miró con atención.
-Ha crecido mucho-comentó.
-Si, me imagino que Yokozawa lo alimenta demasiado, ha ganado peso.
-¿Puedo?-preguntó con timidez Ritsu, refiriéndose a si podía cargarlo.
-Claro-asentí.
Onodera lo acomodó entre sus brazos y comenzó a acariciarlo del lomo. El gato instintivamente empezó a ronronear.
-Parece que le agradas-añadí.
-Nunca me había atrevido a agarrarlo.
-Es verdad, ¿no te gustan los animales?
-No es eso; es que la primera vez que lo vi, sentí que debía ser cuidadoso con tus cosas...
-¿Eh?
-Es decir, no eras una persona fácil de tratar, ponías un muro a tu alrededor y siempre quise ser cauteloso al acercarme, no quería que pensaras que era un chico molesto y te fastidiaras y te fueras de mi vida...-murmuró.
Paré de comer y lo miré en silencio.
Ritsu levantó la vista y comenzó a sonreir nervioso.
-Perdón, no me hagas caso, yo era muy tonto...
Me levanté de la silla y me dirigí hacia él, pasándole mis brazos alrededor.
Ritsu dió un brinco sorprendido.
-Esto...¿Takano-san?
-Sigues siendo un tonto...-susurré cerca de su oído-pero me tienes completamente enamorado.
-¿Eh?...perdón, pero yo...me tengo que ir-dijo, mientras intentaba zafarse de mi abrazo.
-No.
-Mañana tengo que trabajar.
-Yo también y no me importa; quiero que pases la noche conmigo.
-¡No puedo!, ¡no puedo!-protestó.
-¿Por qué no?
Ritsu se quedó en silencio.
-¿No me digas que te poner nervioso que Sorata nos vea?-pregunté con diversión- él no entiende de lo que estamos hablando, ¿sabes?, no seas tan paranoico-sonreí.
-No es por Sorata...
-¿Entonces?
-Yokozawa-san, podría venir...y no quiero verlo.
-No va a venir, a venido a dejarlo, mañana lo recogerá.
-No quiero que me vea aquí.
Ritsu se ruborizó.
-Entonces, vamos a tu departamento...-propusé.
-¡No!, no puedes dejar solo a Sorata, ¿qué clase de dueño eres?
Me alcé de hombros.
-Supongo que el peor de todos, por eso Yokozawa me lo quitó-respondí.
Ritsu se levantó rápidamente de la silla.
-Entonces aprovecha hoy, para cambiar esa imagen que tienes de ti mismo, Takano-san.
Onodera se colgó su bolso en el hombro y se colocó la bufanda alrededor de su cuello.
-Yo me voy, hasta mañana.
Me senté en el sofá cruzándo las piernas y encendí un cigarro.
-Ahí se va de nuevo... huyéndo el novato-murmuré.
Ritsu me miró ceñudo.
-No me voy "huyendo", me voy porque tengo que descansar, mañana me levanto temprano y tú también-refutó.
-Puedes descansar aquí.
-¿Eh?
-Mi cama es amplia y tengo un despertador muy puntual, te despertaré a la hora que quieras.
-No gracias, a mi me gusta dormir en mi propia cama.
-Mentiroso, no duermes en una cama.
-Claro que sí, siempre duermo en la cama.
-¿Entonces, por qué siempre traes el cabello con pelusas y esas cosas?-pregunté.
Nervioso, Onodera se mordió el labio inferior.
-¿Lo ves?, admite que te duermes en el piso.
-¡No es cierto!-protestó-¡...las únicas veces que me encuentro en el piso, es cuando tú...!-silenció.
Alcé una ceja.
-¿Cuándo, yo qué?
Las mejillas de Onodera se ruborizaron.
-¿No vas a responder?, ¿cuándo yo qué?-insisití.
-¡Olvídalo!-exclamó.
Onodera abrió la puerta con rostro indignado, rápidamente lo seguí, agarrándolo por el abrigo.
Lo detuve con fuerza y lo empujé nuevamente adentro del departamento.
-¿Qué haces?-preguntó sorprendido.
-Siempre que quiero hablar... protestas, siempre que estamos solos, huyes...creo que he sido demasiado benévolo contigo.
-¿Benévolo?...¡siempre haces lo que te da la gana conmigo, Takano-san!
-¡Eso es porque siempre estás esquivándome!, como ahora...¿cuánto tiempo mas, me vas hacer esperar?
-¿Hacerte ...esperar?, ¿ en qué?-preguntó.
-¿Eres idiota?, ¡quiero escuchar tu confesión, ahora mismo!-ordené.
-¿Qué?, yo nunca dije que me iba a confesar.
-Te dije alguna vez que esperaría...esperaría a que estuvieras listo, ¿cómo se te pudo olvidar algo tan importante?
-Pero aún no estoy listo, ¡suéltame por favor!-Onodera forcejeaba para que le soltara de los brazos.
Lo tumbé rápidamente al piso, sin darle tiempo de escapar.
-¿A esto te referías? ...¿siempre te encuentras en el piso cuando estoy encima de ti?
-¡Ya basta!, ¡déjame ir!
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhEyK2UMzLT7r6eYQXicTQyCyhirysMJ6WIuZHsOFAUf1YNgo-5OPUxq4u_cNtPiaI2T44SYPBvjSpRfgo3gK3oc_M7HTd1G78lEp7Jb-bazpbAfWLc77Ihpoy1p0hZc9vqEwVrqUi9Z2k/s320/Onodera-and-Takano-sekai-ichi-hatsukoi-22605785-848-480.jpg)
-No.
-¡Takano-san!, ¡estás loco!
-Puede ser...
Lo callé, dándole un beso desesperado. Su boca estaba cerrada. Me había hecho recordar los primeros besos de hace diez años atrás.
-No cierres la boca-murmuré.
-No quiero que me beses-atacó.
-¿Ah, no?
Abrí la bragueta de su pantalón, pasando mi mano por su entre pierna.
-¿Qué haces?, ¡Takano-san!, ¡no...!...ahhhh.
Ritsu no pudo terminar lo que me decía, interrumpiéndolo por un suspiro ahogado.
Mi mano se movía con suavidad, de arriba a abajo, hasta que sentí a Onodera completamente excitado.
-Onodera...-susurré-quiero hacerte el amor.
Pasé mi lengua a lo largo de su cuello.
Ritsu parecció estremecerse con el solo contacto de mi lengua y de mi saliva en su piel.
-Quédate conmigo, esta noche...-mis dedos se movieron con habilidad por debajo de su camisa.
A lo cual Onodera solo suspiraba hondamente.
Sin poner resistencia, coloqué una de sus manos sobre mi torso.
-Tócame, tú también...
-Takano-san, yo...
Posé mis labios sobre los suyos, mordiendo suavemente su labio inferior.
-Hoy no me digas nada mas, sino es tu confesión, la que quiero escuchar, Ritsu-posesivamente lo apreté contra mi erección y Onodera gimió ahogadamente.
Continua.
Insisitían al tocar el timbre.
"¿Quién podría ser?".
Sorata brincó con lentitud hacia el piso y se encaminó hacia la puerta, se sentó a escazos centímetros y espero aque se abriera.
"Tampoco había perdido su costumbre de recibir a las personas"-pensé.
Adormilado, caminé hacia la puerta y pulsé el botón del recibidor.
"¿Quién es?"-pregunté.
"Soy yo...Ritsu"-murmuró.
Abrí la puerta y lo miré con curiosidad.
-¿Qué ha pasado?
-Yo...esto...te he comprado algo para cenar-respondió mostrandome la bolsa de papel café-recíbela, por favor.
Abrí la puerta y me hice a un lado.
-Pasa-le dije.
-No, no...sólo la he venido a dejar, no quiero molestarte.
-No molestas, entra.
Onodera miró al gato y pareció sorprendido.
-¿Yokozawa-san...está aquí?-preguntó tenso.
-No, solo lo ha venido a dejar-refiriéndome al gato-¿piensas pasar o no?
Ritsu entró y cerré la puerta.
-¿Qué me has comprado?-pregunté mientras le quitaba la bolsa de las manos.
-Es pollo con arroz y vegetales.
-Genial, gracias-sonreí.
Onodera esquivó la mirada.
-E...Esto...no es nada-murmuró.
Me encaminé hacia la mesa y saqué la comida. Estaba cuidadosamente servida en un plato, con sus respectivos cubiertos de plástico.
Onodera agarró a Sorata entre sus manos y lo miró con atención.
-Ha crecido mucho-comentó.
-Si, me imagino que Yokozawa lo alimenta demasiado, ha ganado peso.
-¿Puedo?-preguntó con timidez Ritsu, refiriéndose a si podía cargarlo.
-Claro-asentí.
Onodera lo acomodó entre sus brazos y comenzó a acariciarlo del lomo. El gato instintivamente empezó a ronronear.
-Parece que le agradas-añadí.
-Nunca me había atrevido a agarrarlo.
-Es verdad, ¿no te gustan los animales?
-No es eso; es que la primera vez que lo vi, sentí que debía ser cuidadoso con tus cosas...
-¿Eh?
-Es decir, no eras una persona fácil de tratar, ponías un muro a tu alrededor y siempre quise ser cauteloso al acercarme, no quería que pensaras que era un chico molesto y te fastidiaras y te fueras de mi vida...-murmuró.
Paré de comer y lo miré en silencio.
Ritsu levantó la vista y comenzó a sonreir nervioso.
-Perdón, no me hagas caso, yo era muy tonto...
Me levanté de la silla y me dirigí hacia él, pasándole mis brazos alrededor.
Ritsu dió un brinco sorprendido.
-Esto...¿Takano-san?
-Sigues siendo un tonto...-susurré cerca de su oído-pero me tienes completamente enamorado.
-¿Eh?...perdón, pero yo...me tengo que ir-dijo, mientras intentaba zafarse de mi abrazo.
-No.
-Mañana tengo que trabajar.
-Yo también y no me importa; quiero que pases la noche conmigo.
-¡No puedo!, ¡no puedo!-protestó.
-¿Por qué no?
Ritsu se quedó en silencio.
-¿No me digas que te poner nervioso que Sorata nos vea?-pregunté con diversión- él no entiende de lo que estamos hablando, ¿sabes?, no seas tan paranoico-sonreí.
-No es por Sorata...
-¿Entonces?
-Yokozawa-san, podría venir...y no quiero verlo.
-No va a venir, a venido a dejarlo, mañana lo recogerá.
-No quiero que me vea aquí.
Ritsu se ruborizó.
-Entonces, vamos a tu departamento...-propusé.
-¡No!, no puedes dejar solo a Sorata, ¿qué clase de dueño eres?
Me alcé de hombros.
-Supongo que el peor de todos, por eso Yokozawa me lo quitó-respondí.
Ritsu se levantó rápidamente de la silla.
-Entonces aprovecha hoy, para cambiar esa imagen que tienes de ti mismo, Takano-san.
Onodera se colgó su bolso en el hombro y se colocó la bufanda alrededor de su cuello.
-Yo me voy, hasta mañana.
Me senté en el sofá cruzándo las piernas y encendí un cigarro.
-Ahí se va de nuevo... huyéndo el novato-murmuré.
Ritsu me miró ceñudo.
-No me voy "huyendo", me voy porque tengo que descansar, mañana me levanto temprano y tú también-refutó.
-Puedes descansar aquí.
-¿Eh?
-Mi cama es amplia y tengo un despertador muy puntual, te despertaré a la hora que quieras.
-No gracias, a mi me gusta dormir en mi propia cama.
-Mentiroso, no duermes en una cama.
-Claro que sí, siempre duermo en la cama.
-¿Entonces, por qué siempre traes el cabello con pelusas y esas cosas?-pregunté.
Nervioso, Onodera se mordió el labio inferior.
-¿Lo ves?, admite que te duermes en el piso.
-¡No es cierto!-protestó-¡...las únicas veces que me encuentro en el piso, es cuando tú...!-silenció.
Alcé una ceja.
-¿Cuándo, yo qué?
Las mejillas de Onodera se ruborizaron.
-¿No vas a responder?, ¿cuándo yo qué?-insisití.
-¡Olvídalo!-exclamó.
Onodera abrió la puerta con rostro indignado, rápidamente lo seguí, agarrándolo por el abrigo.
Lo detuve con fuerza y lo empujé nuevamente adentro del departamento.
-¿Qué haces?-preguntó sorprendido.
-Siempre que quiero hablar... protestas, siempre que estamos solos, huyes...creo que he sido demasiado benévolo contigo.
-¿Benévolo?...¡siempre haces lo que te da la gana conmigo, Takano-san!
-¡Eso es porque siempre estás esquivándome!, como ahora...¿cuánto tiempo mas, me vas hacer esperar?
-¿Hacerte ...esperar?, ¿ en qué?-preguntó.
-¿Eres idiota?, ¡quiero escuchar tu confesión, ahora mismo!-ordené.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjCqcIXW3yGIn0zJ4flvZez52Rgpkdd8wahqXs-ylsssXz1DzfYGVgY5K2k6Cx0ntTORfgkyMVDr2MfLNMUPpjjq7WOAMXPpe45OFYldK0C0BDtyJphzUeQeA4GN1PBBJsk9oSXJOv8a0M/s320/tumblr_lvar7p8jGF1qilmego1_500.gif)
-Te dije alguna vez que esperaría...esperaría a que estuvieras listo, ¿cómo se te pudo olvidar algo tan importante?
-Pero aún no estoy listo, ¡suéltame por favor!-Onodera forcejeaba para que le soltara de los brazos.
Lo tumbé rápidamente al piso, sin darle tiempo de escapar.
-¿A esto te referías? ...¿siempre te encuentras en el piso cuando estoy encima de ti?
-¡Ya basta!, ¡déjame ir!
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhEyK2UMzLT7r6eYQXicTQyCyhirysMJ6WIuZHsOFAUf1YNgo-5OPUxq4u_cNtPiaI2T44SYPBvjSpRfgo3gK3oc_M7HTd1G78lEp7Jb-bazpbAfWLc77Ihpoy1p0hZc9vqEwVrqUi9Z2k/s320/Onodera-and-Takano-sekai-ichi-hatsukoi-22605785-848-480.jpg)
-No.
-¡Takano-san!, ¡estás loco!
-Puede ser...
Lo callé, dándole un beso desesperado. Su boca estaba cerrada. Me había hecho recordar los primeros besos de hace diez años atrás.
-No cierres la boca-murmuré.
-No quiero que me beses-atacó.
-¿Ah, no?
Abrí la bragueta de su pantalón, pasando mi mano por su entre pierna.
-¿Qué haces?, ¡Takano-san!, ¡no...!...ahhhh.
Ritsu no pudo terminar lo que me decía, interrumpiéndolo por un suspiro ahogado.
Mi mano se movía con suavidad, de arriba a abajo, hasta que sentí a Onodera completamente excitado.
-Onodera...-susurré-quiero hacerte el amor.
Pasé mi lengua a lo largo de su cuello.
Ritsu parecció estremecerse con el solo contacto de mi lengua y de mi saliva en su piel.
-Quédate conmigo, esta noche...-mis dedos se movieron con habilidad por debajo de su camisa.
A lo cual Onodera solo suspiraba hondamente.
Sin poner resistencia, coloqué una de sus manos sobre mi torso.
-Tócame, tú también...
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg5nMsMEib0hSxzs5_SZcoqjUII6dLmYxD5Z5u4TsKcjNGJcUoEu9hD05r6P_suhbA98oUCcdHnOi8awYM1uKZ1DAPtlKx0C1MhuvKQtNKQp61qSB7IquyD7kvK_eHo2AJ1qx8I2QASd64/s320/tumblr_static_tumblr_lxawwizhns1r3exs8o2_500.gif)
Posé mis labios sobre los suyos, mordiendo suavemente su labio inferior.
-Hoy no me digas nada mas, sino es tu confesión, la que quiero escuchar, Ritsu-posesivamente lo apreté contra mi erección y Onodera gimió ahogadamente.
Continua.
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