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domingo, 26 de mayo de 2013

Ritsu Onodera:"El primer amor verdadero, jamás se borra del corazón" parte 2.

Al verla, me levanté rápidamente del asiento y la saludé.

Ella me dió un abrazo amistoso y le ofrecí sentarse, abriéndole la silla contigua.

-¿Quieres algo de comer o de beber, An-chan?

Ella asintió.

-Me gustaría un helado de fresa con chocolate y crema batida, ya sabes, mi preferido-se ruborizó.

-Claro, por supuesto-sonreí-en seguida te lo compro.

 

Me dirigí hacia el local de helados e hice fila. Mientras esperaba, no pude evitar ponerme nervioso, empecé a dudar en lo que debería de hacer.

Era una completa ironía que ese mismo día, por la mañana, estuviera con sempai y ahora con An-chan.

Pagué el helado y se lo entregué, sentándome a su lado.

Me agradeció y comenzó a saborearlo.

Quise ser discreto al verla, pero me había percatado que estaba perfectamente vestida. Su cabello castaño y largo peinado con sumo cuidado, sostenido a un lado, un mechón de su pelo por un moño azul, llevaba guantes bordados de encaje del mismo tono, sus pestañas con rímel y sus labios pintados de un tono coral.

Parecía haber puesto mucho empeño en su arreglo personal, interiormente esperaba que no fuera por mí ese detalle.

-Cuando termines el helado, si quieres nos fijamos en el horario de las películas y elijes la que más te guste-propuse con una sonrisa.

-Gracias Rii-chan...-murmuró-...hay algo que te quiero preguntar...-comentó.

-¿Si, dime?

-¿Esta cita la planeó tu familia o tú?-preguntó directamente.

Aquello me tomó por sorpresa.

-Yo...por supuesto que yo-mentí-¿por qué?

Suspiró y repuso sonriente.

-Es que nunca me has invitado a salir desde que nos prometimos y comenzaba a pensar que te disgustaba hacerlo-dijo.

-No, ¡no es así!, en verdad disfruto mucho de tu compañía, An-chan, por favor, no pienses eso.

-Gracias al cielo-añadió aliviada-me sentiría muy mal, si yo no te gustara.

 

Bajé la mirada sintiéndome culpable.

-¿Qué sucede, Rii-chan?, tus mejillas están rojas, ¿te sientes bien?-con gesto de preocupación paso su mano por mi mejilla.

-An-chan...perdóname...

-¿Qué?, ¿por qué dices eso?

-Yo...no puedo casarme...contigo, An-chan-la miré turbadamente-eres una persona buena y maravillosa, por ese motivo no puedo engañarte...no me siento preparado para casarme y darte la vida que te mereces...-inicié-como sabes, toda esa idea del compromiso fué cosa de nuestros padres, pero no tomaron en cuenta nuestras opiniones y aceptar que sería un buen esposo para ti, sería muy ruín de mi parte, ahora mismo no tengo la valentía suficiente para retenerte la mirada, pero después será mucho peor para ti, escuchar esto, sino lo decía en este momento.

Mantenía mis manos en medio de mis piernas y las sentía húmedas a causa del nerviosismo.

Pero, dentro de mi carácter tímido, solía ser muy directo ante las situaciones importantes.

-¿Estás...cancelando nuestro compromiso?-preguntó An-chan al cabo de varios minutos.

-...Si.

 

An-chan dejó a un lado la copa de helado y bajó la mirada. Me sentí patético al tener que herirla de esa forma. Justamente eso, es lo que no hubiera querido ver durante toda mi vida.

No tuve anteriores experiencias de noviazgos, pero me imaginaba que ser rechazado y herido, era el sentimiento mas horrible del mundo.

-¿Estás interesado en alguien más?-preguntó, mirándome con atención.

En ese momento, la cara de sempai cruzó por mi mente al igual que todas las emociones que me hacía sentir con tan sólo pensarlo o tenerlo cerca.

-...Si-confesé.

An-chan suspiró.

-Lo entiendo, Rii-chan-agregó.

 

Levanté la mirada y le ví forzar una sonrisa. Una sonrisa que no era real. Sino más bien de esas, que se esbozan para simular una tristeza.

An-chan me pasó la mano por el cabello.

-En ese caso, espero que seas feliz con esa persona-añadió.

Me dió un beso rápido en la mejilla y se levantó de la silla.

-Regresaré a casa, discúlpame que no me quede contigo a ver la película, pero hablamos después, ¿está bien?

Se despidió con una señal, diciéndome "adiós" y caminó rápidamente fuera del cine.

 

Me volvi a sentar y no supe que pensar en aquel momento, estaba desconcertado. ¿En verdad a An-chan le había afectado tanto que cancelara nuestro compromiso?

Esa respuesta jamás la pude conocer, hasta mucho tiempo después.

Había descubierto que An-chan estaba enamorada de mí y para olvidar todo el desagradable suceso, se mudó un tiempo a Francia.

Eso me apenaba y en verdad lo lamentaba, pero no podía fallar y engañar a mis sentimientos, yo estaba enamorado de sempai, lo sabía. Y aunque él era un tanto esquivo y solitario, estaba dispuesto a darle toda mi sincera amistad, con tal de agradarle...aunque sea un poco.

Continua.

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