Revisé mi celular y no tenía llamadas ni mensajes de Yukina.
"Seguramente, se debe de estar divirtiendo mucho"-pensé.
Bebí un trago grande de cerveza, a lo cual Hatori me hizo una advertencia.
-No bebas tan rápido, no me quiero hacer cargo de un borracho.
-Ni yo-secundo con una sonrisa Mino.
-¡Oigan ustedes dos!, no me voy a emborrachar y tampoco soy un niño, tranquilízense.
-¡Vaya!, ya nos estaban esperando-añadió Takano-san al llegar a nuestra mesa.
Rii-chan estaba detrás de él, con las mejillas rojas.
-Lo siento... no tenían por qué hacerlo-murmuró con tímidez.
-Jaja, ¡anímate, Rii-chan!, no seas tan modesto-comenté sonriente y atrayéndolo del brazo para que se sentara.
-Prácticamente lo tuve que obligar-señaló Takano-san.
-¿De verdad?-preguntó Mino.
-Si, le dije que si no aceptaba, le quitaría una semana de sueldo-respondió Takano-san.
-¡Takano-san, eso no es verdad!, no me calumnie, por favor-después Rii-chan volvió su vista hacia donde estaba Hatori, Mino y yo-...en realidad estaba avergonzado porque no pude invitarles ese día a la comida con mi familia.
-No te preocupes Rii-chan, nosotros entendemos-respondí.
-En los asuntos de familia, no se mezcla el trabajo-añadió Hatori.
-Sin embargo, Takano-san pudo asistir, así que nos representó bien-dijo Mino.
-Takano-san, me imagino que ya eres una persona muy de confianza para Rii-chan, ¿cierto?-pregunté.
-Claro, MUY de confianza-añadió sonriente.
Rii-chan tenía el ceño fruncido y el rostro rojo. Seguramente le molestaba que pensáramos que era el "favorito del jefe", pero eso, a mi en lo personal, no me molestaba, al contrario, me parecía divertido sus constantes discusiones, como si fuesen "novios", aunque claro, este no era el caso.
Entre cerveza y cerveza, aún así, alcancé a escuchar el timbre de mi celular. Al sacarlo del bolso, en la pantalla miré sorprendido el nombre...era Yukina.
Me disculpé para dirigirme al baño y ahí respondí la llamada.
-¿Diga?
-¿Kisa-san?, ¿dónde estás?
-En una cena de trabajo.
-Ah...siento molestarte; sólo quería saber cómo estabas.
¡MENTIROSO!
-Gracias, y tú, ¿dónde estás?
-Yo estoy en un restaurante, una reunión con amigos.
¡¿AMIGOS?!
-Que bien, bueno, que disfrutes tu "reunión".
-¡Kisa-san!, ¡espera!, no me cuelgues por favor...
-¿Qué sucede?
-Hoy, has estado muy raro, desde la mañana, ¿ocurre algo?
-No, no ocurre nada, quédate tranquilo y por favor, no hagas esperar mas a Nagi, mira que es de mala educación-solté.
-¿Nagi?...¿cómo sabes de ella?-al otro lado del auricular su voz se escuchó realmente sorprendida.
-¿Cómo lo sé?, ¡porque lo sé y ya!, ¡y no te atrevas a negarlo!...ya no soporto mas esto, ¡quédate con ella y déjame a mi en paz!
-¡Espera!, ¡Kisa..!
Colgué inmediatamente; por fortuna, no se encontraba nadie en el baño, así que mis reclamos, no habían sido de orden pública.
Suspiré agotado.
Suponía que ahí terminaba todo; ese año juntos, las ilusiones y los planes. Pero, ¿qué mas podía esperar, de un chico atractivo y asediado las 24 horas del día por mujeres?, sólo fuí un iluso, un TONTO y nada mas.
Me enguajé el rostro para despejarme del letargo que la cerveza me había provocado. Salí del baño, mirando hacia el suelo y sintiéndome un estúpido.
Sin darme cuenta, choqué contra otra persona.
-Perdone...-me disculpé rápidamente, entornando la vista hacia el desconocido; segundos después, abrí los ojos sorprendido, ahí estaba Yukina, también con mi misma reacción-¿...Yukina?
-¿Kisa-san?...¡Kisa-san!
Me detuvo fuertemente del brazo.
-Tenemos que hablar.
-No quiero, déjame ir-forcejée.
-No, hablemos ahora, no te voy a soltar hasta que me escuches.
-Estoy en una reunión de trabajo ya te dije.
-Entonces vamos y te disculpas. No pienso terminar nuestra relación por un malentendido-añadió decidido.
Yukina se dirigió a la mesa y saludó a todos.
-Disculpen la molestia, ¿no les molestaría si les robo a Kisa-san por un segundo?, tengo que hablarle de algo importante-preguntó con amabilidad al grupo.
-Adelante...-respondió Takano, creyendo que se trataba de algo laboral-el trabajo es lo primero.
-Claro-sonrió Yukina.
Yukina iba detrás mio, y me abrió la puerta cuando salimos.
-¿Qué quieres?-le pregunté de espaldas, sin mirarlo.
-Me imagino que desde esta mañana, leíste ese mensaje de texto-inició.
-Claro, ¿y ahora qué?, ¿piensas negar que existe "Nagi"?
-No, Kisa-san, no lo niego.
Sentí un dolor en el pecho.
-Pero todo esto es otro malentendido tuyo.
-¡Ja!, excusas, excusas...-agregué con ironía.
Yukina me volteó rápidamente para que le mirara de frente.
-¡Te estoy diciendo de nuevo que estás malentendiendo todo, Kisa-san!, ¡esa chica existe pero no es lo que tú crees!-agregó desesperado.
-¿Entonces, qué demonios es?, porque te escribió "que te escaparas", obviamente sabe de mi.
-Sabe que tengo pareja, pero ella no se refería a que me escapara para engañarte con ella...
-¡¿Entonces para qué?!, ¡¿eh?!
-Adentro estamos reunidos varios compañeros del salón, les pedí ayuda para hacer el escaparate de tu nuevo manga...yo...quería que fuera una sorpresa para ti-murmuró en voz baja.
-¿Eh?
¿Es decir que yo nuevamente había malentendido una "inocente" reunión de compañeros a una infidelidad?
Los ojos de Yukina se tornaron tristes.
-Kisa-san, ¿cuánto tiempo mas va a pasar para que confíes en mi?preguntó.
Sentí como mi rostro se ponía rojo, me sentí terriblemente avergonzado.
-Yukina...yo...lo siento-murmuré-perdóname si te ofendo con cada momento de desconfianza, pero es que...-le miré-tú eres tan perfecto y tan popular, que constantemente estoy pensando qué viste en mi, qué te pudo gustar de mi persona y por qué estás conmigo-mis inseguridades brotaron de mi garganta sin poderme detener-además, eres tan asediado, en la librería siempre te buscan chicas, en la calle te miran con admiración, por eso me comporto tan estúpido y torpe, porque me muero de celos, al saber que te puedan robar de mi lado...
Yo tenía 31 años y Yukina 22...la diferencia de edades era sobresaliente, el físico...TODO.
Era increíble, que a pesar de ser mayor, me había permitido soñar despierto y pensar , que el "principe de los mangas" se enamoraría de mi.
-Kisa-san...-Yukina levantó mi rostro para que le mirara-...TE AMO, de verdad. No puedo pensar en otra persona, ni existe otra persona importante para mi en este mundo., Si tú también me amas, te pido por favor, que creas mas en mi y en lo que siento.
Yukina tomó de mi mano, colocándola sobre su pecho a la altura del corazón.
-¿Lo sientes?...sino crees en mis palabras, al menos cree en lo que estás sintiéndo.
Los ojos se me llenaron de lágrimas.
-Per...perdóname.
-No...-sonrió Yukina-no me pidas perdón, sólo confia en mi amor.
Me envolvió en sus brazos, abrazándome cálidamente.
-Ahora mismo soy muy feliz, Kisa...y quiero que estemos así por mucho tiempo mas-añadió sonriente.
Yukina no únicamente tenía el aspecto de un príncipe, su corazón puro y amoroso, también era el de uno.
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