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sábado, 27 de abril de 2013
Yokozawa Takafumi: "Los días normales pueden tener finales imprevistos".
Nos encontrábamos sentados en la mesa, comiendo el famoso curry de Hiyo, cuando, Zen , se levantó, dando un palmada con sus manos para llamar nuestra atención.
-Familia, quiero que presten mucha atención, tengo algo importante que comunicarles-informó.
-¿De qué se trata, papá?-preguntó Hiyo con curiosidad.
-Quiero que vayamos de excursión los tres a un parque, ahí comeremos y pasaremos el día.
-¡Esa es una idea genial, papá!-exclamó animosa Hiyo.
-¿Qué opinas, Yokozawa?-preguntó Kirishima,mirándome con atención.
-Creo que yo no podré...tengo mucho trabajo-respondí.
El rostro de Hiyori se puso triste.
-Es verdad, onii-chan, está muy ocupado, será en otra ocasión...-recompuso con una sonrisa-voy a lavar los platos.
Cuando Hiyori terminó de recoger los platos y nos encontramos solos, Zen se sentó a un lado mío, mirándome inquisitivamente.
-¿Por qué me miras así?-protesté.
-¿Sabes que acabas de romper las ilusiones de una niña?-preguntó con aflicción.
-Eh...lo lamento, pero en verdad yo no...
-Yokozawa...-instaló su mano sobre mi brazo-¿sabes cuántas oportunidades hay como esta?, el trabajo, nunca se terminará, seguirá ahí hasta que nos hartemos y nos jubilemos; pero hiyo, pronto entrará a la adolescencia y no va a querer salir con nosotros como ahora, nos va querer tener a veinte metros de distancia, éste es el momento de disfrutarla, aún, cuando todavía nos quiere.
Sopesé la idea por un segundo.
Kirishima podía no estar tan equivocado. Hiyo crecería, querrá salir con sus amigas...y su...-haciéndoseme un nudo en la garganta, tuve que aceptar la idea-...novio.
Caminé en silencio hacia la cocina y vi a la pequeña, lavando los platos con esmero. Ella no tenía propiamente una vida infantil, sino el de una adulta, con responsabilidades extras. No solo el encargarse de sus estudios, sino también de la casa, de ella misma y de el inútil de Kirishima.
Me instalé a su lado y vi como sus ojitos estaban opacados de tristeza. Ver así a una persona tan inocente y pura, me partía el corazón.
-Hiyo...te ayudaré a secarlos-ofrecí.
-Gracias, onii-chan-se esforzó por sonreir.
-Tú...querías mucho ir al picnic, ¿verdad?-indagué.
-Si, pero, si estás ocupado en tu trabajo, podrá ser en otra ocasión-respondió con amabilidad.
Sin duda ella, era mas educada y diplomática que el chantajista de su padre.
-No... no lo dejaremos para otra ocasión, iremos-aseguré.
-¿Eh?, ¡¿de verdad, onii-chan?!-sus ojos se iluminaron de inmediato.
-Claro que sí, Hiyo, un día que falte al trabajo, no pasará nada-respondí sonriendo.
-¡Esa voz me agrada!-terció Kirishima, que se encontraba apoyado en la puerta de la cocina.
-¡¿Desde cuando estás escuchando conversaciones ajenas?!-protesté.
-¿Ajenas?, si somos familia...-repuso orgulloso. Caminó hacia Hiyo para abrazarla-¡lo logramos pequeña, convencimos al tsundere de ir al picnic!-dijo animoso.
-¡¿Al...qué?!
-Pero...sora-chan, vendrá con nosotros, ¿verdad?-preguntó Hiyo con preocupación.
-Mmm...no sé-respondió Kirishima dudoso.
Hiyo y yo le echamos una mirada ceñuda.
-¡De acuerdo, de acuerdo!-repuso Zen-sorata también nos acompañará.
-¡Genial!-exclamó Hiyo-prepararé la comida y la pondré en una cesta.
-¿Y a todo esto...cuándo iremos?-pregunté.
-Mañana, por supuesto-respondió Kirishima-¿les gusta la idea del picnic o prefieren la playa?...Hiyo, ¿no te gustaría ver a onii-chan en bañador de abuela?-preguntó entre risas.
-¡¿Qué?!...¡¿Cómo se te ocurre?!...no usaré bañador, iremos al picnic y punto-protesté.
Ambos se rieron de mi reacción.
-Ya, ya...entendí-me dijo-Hiyo, ve preparando tu ropa, acamparemos en la noche.
-¡¡Si!!-exclamó Hiyori, corriendo hacia su habitación.
-¿Ves?-susurró Kirishima en mi oído-la acabas de hacer feliz, ¿a qué se ve mas linda así?
-Si, sin duda...-afirmé.
La alegría de Hiyo era poderosa y contagiosa... desde que la había conocido, mi vida también empezaba a cobrar sentido y parecerme feliz.
Continua.
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