A la lejanía, escuchaba como tocaban constantemente el timbre y como el celular vibraba. Sabía que se trataba de Takano-san; pero no tenía las fuerzas suficientes para levantarme.
Sentí como unas gotas de agua, corrían por mis mejillas, abrí los ojos, y vi a Takano-san a un lado mío.
-¡¡¿Qué...que haces aquí?!!-exclamé, asustado.
-¡NO TE MUEVAS!-ordenó-...¡mierda!, no eres un niño, acuéstate de nuevo.
"¿Por qué Takano-san estaba aquí y cómo había entrado?".
Pareció haber leído mis pensamientos, porque comenzó a explicarme.
-Empecé a preocuparme al ver que no abrías la puerta ni contestabas las llamadas. Yokozawa me había dicho que ya estabas en tu departamento, así que pensé que algo te había pasado. Le pedí al conserge que abriera la puerta... y así fue como entré.
-¿Y este paño húmedo en mi frente que significa?
Takano-san suspiró.
-Estabas ardiendo en fiebre y templando de frío, ¡¿qué rayos pasa contigo?!, ¡¿por qué no te cuidas mas?!-protestó.
Ahora lo recordaba todo. Yo había llegado a casa, sintiéndome mal, después de haber visto a Yokozawa-san en casa de Takano-san.
-¿Y... Yokozawa-san?-pregunté inquieto.
-Él ya se fue hace rato...ah por cierto, me pidió que te dijera que aprobaron los costos de la agencia, para el evento.
Fruncí el ceño.
-Déjame tomarte nuevamente la temperatura-dijo, mientras agarraba el termómetro que se encontraba junto a la comoda.
-¡No me toques!-rechacé su mano lanzándole un golpe.
-¡¿Qué mierda te pasa, Onodera?!
-¡No sé como puedes estar aquí, simulando que nada pasó entre Yokozawa-san y tú!-exclamé histérico.
-¡¿Qué algo paso...?!-me miró confundido-...¿de qué estás hablando?, ya estas alucinando.
-¡No estoy alucinando!, no me trates siempre como un idiota, ¡porque no lo soy, Takano-san!
-Si no quieres que te trate como un idiota, entonces EXPLÍCATE-señaló severo.
Vacilante, empecé a explicarle.
-...Cu...cuando Yokozawa-san se enteró que estábamos juntos, me advirtió que si yo te hacía daño, él nuevamente, estaría contigo...
Takano-san me observaba inexpresivo y en silencio.
-Y por lo que pasó hoy en la mañana-continué-... tú pudiste volver a buscarlo y él seguramente de nuevo...de nuevo...
-¿De nuevo, qué?-exigió saber.
-...De nuevo intentará alejarte de mi lado...-murmuré.
No me había percatado, pero, comenzaba a sentir como pasaban lagrimas a lo largo de mi rostro. Me avergoncé y me tapé la cara, evitando que me viera de esa manera.
Takano-san no dijo nada, solo en silencio, me rodeó con sus brazos, en un gesto amable y cálido, como casi nunca le veía.
Esa noche se quedó conmigo, dormido abrazándome.
Al día siguiente...
-Toma, bébelo-puso Takano-san sobre la mesa un vaso con jugo de manzana-esto te asentará el estómago.
-No es necesario que te preocupes tanto por mi, ya me siento bien.
-Recuerda que soy tu jefe, también estoy velando por los intereses de la editorial-añadió.
-...ah, claro...
"Ya me parecía demasiado amable, para ser cierto".
-En cuanto a la agencia encargada de promoción para el manga, recuerda que tienes luz verde.
-Si, gracias.
-No me lo agradezcas a mi, sino a Yokozawa; él te está apoyando en esto.
"Era cierto, Yokozawa-san, me estaba dando su apoyo, a pesar de todo lo mal que le caigo...tenía que agradecerle, en cuanto le viera".
Bebí rápidamente el jugo que Takano-san me había comprado y me levanté con agilidad de la silla.
-Bueno...no es que te eche, pero yo tengo que irme ya a la editorial.
Takano-san me detuvo por el brazo.
-Ayer, parecías realmente preocupado, al ver a Yokozawa en mi departamento.
-¿De qué estás hablando?, ¡por supuesto que no!-refunfuñé.
-Es obvio que verlo junto a mi te afectó, pero te diré una cosa, para que te tranquilizes...-se acercó y me abrazó-...él vino a tu departamento para hablar contigo, pero como no estabas, se pasó al mío y me pidió de favor que te diera el recado...si temías que te robara de mi lado, estás muy equivocado...yo soy tuyo.
Se me subieron los colores al rostro.
-¡Deja de hablar por ti mismo, Takano-san!, ¡yo no estaba preocupado ni intranquilo!, ¡usted está fantaseando de nuevo!-espeté.
Takano-san sonrió levemente.
-Claro, claro...te veré en la oficina, Onodera-dijo antes de cerrar la puerta y marcharse a su departamento.
No lo quería reconocer delante de Takano-san, pero...saber que Yokozawa-san no venía trás de él... nuevamente, me provocaba un gran alivio.
Una semana después...
Hoy era el día del evento. Decidí usar mi mejor traje, ya que trataría con gente importante. Cuando le informé a Motou-sensei sobre la promoción del manga- y que tenía que asistir-, se alteró un poco...Takano-san tenía razón...si le hubiera avisado antes a la autora, seguramente se negaría a presentarse.
Se animó cuando le expliqué de lo que la agencia de eventos proponía.
Carteles, volantes, venta del manga, firma de autógrafos de la autora, área de banquete; y para los niños, teatro de títeres, puestos de dulces y una botarga de un oso panda.
El salón estaba decorado con imágenes de corazones y pandas, todo era tan rosa, que parecía estar dentro de un manga shojo.
Me encontraba en la puerta, recibiendo a los invitados, cuando entró Takano-san, acompañado de Kisa-san y Hatori-san.
Takano-san también llevaba un traje, aunque sin corbata.
Me sonrió nada mas verme.
-¡Riichan!, ¡que bonito quedó el salón!-saludó Kisa-san animoso.
-Haz hecho un buen trabajo, novato-agregó Takano-san.
-...Gracias.
Esquivé su mirada. No quería verle demasiado, no quería que se me notara lo mucho que me gustaba verle en traje.
Continué recibiendo invitados, hasta que acompañé a sensei, para la firma de autógrafos.
Recorrí el salón, revisando que no faltara nada, cuando sentí una mano tocarme el hombro, voltee... y se trataba de Takano-san.
-¿Te sientes mejor?-preguntó.
-Si... gracias, ya te dije que me sentía bien-susurré.
-Eso me tranquiliza-murmuró con discresión.
"¿Lo estaba haciendo a propósito?, ¿quería ponerme nervioso?".
Apunto estuve de retirar su mano de mi hombro, cuando la voz ronca de Yokozawa-san interrumpió mis intenciones.
-Takano...Onodera-nos llamó.
Takano-san retiró su mano y se volvió a Yokozawa-san.
-¿Qué tal, Yokozawa?, creí que no vendrías.
-Ja-hizo una mueca y frunció el ceño-¿mi trabajo también consiste en revisar en qué se invierte el dinero de la editorial.
-Ya lo sé, tu área es muy fijada con cada peso que se utiliza, sino recuerda en las juntas que se hacen para decidir los ejemplares que se publicaran cada mes-acusó con ironía Takano-san.
Yokozawa-san juntó el entrecejo.
-TENGO que cuidar el área financiera de Marukawa-añadió irritado.
Una niña que venía corriendo hacia nosotros, se instaló delante de Yokozawa-san.
-¡Onee-chan!, ¿ya estás enojado de nuevo?-preguntó con voz dulce.
La expresión ruda en el rostro de Yokozawa-san, se suavizó al verla.
Puso una mano sobre su cabeza y sonrió.
-No Hiyo...no estoy enojado.
Takano-san y yo, lo miramos totalmente sorprendidos.
"¿Era en verdad Yokozawa-san el que le había sonreído a la niña con tanta dulzura?".
-Ah, perdón, deja que los presente...-añadió Yokozawa-san, prestándonos atención nuevamente-Takano, ella es Hiyori, hija de Zen Kirishima...Hiyo, él es mi amigo, Takano Masamune.
Takano-san se encuclilló para quedar a la altura de la niña y le sonrió...
Pero no era una sonrisa amable...mas bien una sonrisa "principezca".
-Es un gusto conocerla, princesa Hiyori...
(Ritsu sorprendido, con la boca abierta).
¡¿QUÉ DEMONIOS...POR QUÉ ACTUABA ASÍ?!
El rostro de la niña se ruborizó inmediatamente.
-¡Gracias, igualmente!-respondió con alegría.
Takano-san se incorporó.
-Él es mi "empleado", Ritsu Onodera.
"¡¿EMPLEADO?!...eso me pareció una forma muy discriminativa de tratarme".
-Hola, mucho gusto-la saludé de mano.
-Onodera...¿por qué no le muestras a Hiyori-chan las mesa de postres?-sugirió Takano-san.
-¡¡¡¡Si, vamos!!!-exclamó la niña, tomándome de la mano y arrastrándome por todo el salón.
Eché un vistazo hacia atras y se habían quedado conversando Takano-san con Yokozawa-san.
Después de haber acompañado a Hiyori-chan a todos las mesa de postres y haberle ayudado a agarrar los suficientes, me senté a su lado.
-¡Mmmm!, ¡están buenos!, ¿quieres probar?
-¿Eh?, no, gracias-sonreí agotado.
-¿Por qué no?, ¡vamos, solo uno!-insistió.
-Es que estoy trabajando...-añadí.
La niña suspiró.
-Ustedes los adultos son muy complicados de entender. Si tan solo supieran disfrutar un poco mas de las cosas simples...-expresó con sabiduría-...Onii-chan, por ejemplo-refiriéndose a Yokozawa-san-cuando le conocí siempre tenía su ceño fruncido, ahora le veo mas...relajado, y a pesar de su trabajo, siempre se da el tiempo de estar al pendiente de mi y de Sora-chan...
-¿Sora-chan?
-Si, su gatito...ahora también es mío-sonrió.
"De manera que, Sorata- el antiguo gato de Takano-san-, ahora vivía en la casa de Kirishima-san". Me preguntaba si Yokozawa-san ahora era amigo del editor de Shonen-ai.
-¿Takano Masamune, es muy amigo de Onii-chan?-preguntó.
-..si.
Hiyori Kirishima sonrió radiantemente.
-¡No sabía que Onii-chan tenía amigos tan lindos!
-¿Eh?
-¡Parece un príncipe, uno de carne y hueso!-comentó animada- si tuviera unos cuantos años mas...
"¿Era mi impresión o Takano-san había logrado enamorar a primera vista a Hiyori Kirishima?"
-Me pregunto que clase de novia tendría en el colegio-continuo-...me imagino que debió parecerse a una princesa...
-¡¡¡COFF, COFF, COFF!!!-me dio un ataque de tos nerviosa.
"Yo estaba lejos de parecerme a una príncesa...".
-¡Onodera!, ¿cómo estás?-saludó, interrumpiendo nuestra extraña conversación, Zen Kirishima.
-Bien, gracias Kirishima-san.
-Veo que mi hija te está causando problemas-comentó sonriente.
-¡No papá!, Onodera-san es muy amable... y yo siempre me porto bien-protestó.
-Te agradezco haber acompañado a Hiyori, ahora me encargaré yo-añadió, tomándo de la mano a su hija.
-¡Ah!... toma, Onodera-san... -Hiyori-chan me entregó un dulce en la mano-cómelo en cuanto puedas.
Alegremente se despidió de mi, con un movimiento de su mano.
Kirishima y su hija eran muy parecidos físicamente; ambos con el pelo castaño claro, casi rubio y con ese mismo semblante animoso y sociable.
No era un experto con los niños, pero la había pasado bien.
-Veo que te divertiste-señaló Takano-san instalándose a mi lado, sobresaltándome.
-Solo... cumplía con lo que me habías ordenado.
-Parece que te gustan los niños...-añadió.
-No me disgustan, además me parecen mas honestos que los adultos.
-Yo también soy honesto-respondió.
Sonreí, irónico.
-No del todo...mira que mostrarle a la niña una imagen falsa de ti, me parece lo mas hipócrita del mundo.
-¿Falsa?...
-Te comportaste tan "amable", que ella te comparó con un "príncipe"...-refunfuñe.
Takano-san rió por lo bajo, para no llamar la atención.
-Mentirle a un niño...me parece de lo mas bajo.
-¿Y qué mas dijo?-preguntó curioso.
-Que si habías tenido en el colegio... una novia parecida a una princesa-murmuré tímido.
Takano-san soltó una carcajada.
-¡No hagas escándalo!...-le recordé.
-Es que eso fue divertido...mmmm...ahora que lo pienso un vestido de príncesa te quedaría bien...
-Cállate...-dije entre dientes, conteniendo mi enojo.
-Hablando de disfraz...¿no habías dicho que habría una botarga de un oso panda?
"Cierto, lo había olvidado por completo".
Saqué el celular, tratando de comunicarme a la agencia.
-¡Rii-chan!-me llamó Kisa-san-...me trajeron esto para ti-me entregó una caja grande color blanco.
-¿Qué es?-preguntó Takano-san.
-Es el disfraz de oso panda, al parecer, se enfermó la persona que lo usaría-explicó Kisa-san.
-¡¿¿Qué??!-exclamé.
Abrí la caja y en ella contenía una nota...
"Sumimasei Onodera-san pero nuestro empleado enfermó y no pudimos encontrar un reemplazo, dejamos todo en sus manos, lamentamos la molestia".
"¡¡¡Este era el fin!!!".
-¿Y ahora....qué voy hacer?-murmuré frustrado.
-Ya sabes qué hacer...-añadió Takano-san-...HÁZLO TU MISMO-ordenó.
-¡¡¿Qué?!!
-Trabajo, es trabajo-repitió como si fuese su ideología favorita de vida.
-¡Pero!, ¡¿¿disfrazarme??!
-ONODERA...sino te crees lo suficientemente bueno para responsabilizarte de estos "pequeños detalles", no mereces ser editor...-me miró retador.
Fruncí el ceño.
Ahí estaba de nuevo...poniéndome a prueba.
No permitiría que pensara que era un incompetente, como siempre lo insinuaba.
-¡Soy buen editor!-protesté.
-Entonces, demuéstralo.
Me dirigí hacia el baño, con mi dignidad pisoteada y un disfraz de oso panda en las manos.
Sentí como unas gotas de agua, corrían por mis mejillas, abrí los ojos, y vi a Takano-san a un lado mío.
-¡¡¿Qué...que haces aquí?!!-exclamé, asustado.
-¡NO TE MUEVAS!-ordenó-...¡mierda!, no eres un niño, acuéstate de nuevo.
"¿Por qué Takano-san estaba aquí y cómo había entrado?".
Pareció haber leído mis pensamientos, porque comenzó a explicarme.
-Empecé a preocuparme al ver que no abrías la puerta ni contestabas las llamadas. Yokozawa me había dicho que ya estabas en tu departamento, así que pensé que algo te había pasado. Le pedí al conserge que abriera la puerta... y así fue como entré.
-¿Y este paño húmedo en mi frente que significa?
Takano-san suspiró.
-Estabas ardiendo en fiebre y templando de frío, ¡¿qué rayos pasa contigo?!, ¡¿por qué no te cuidas mas?!-protestó.
Ahora lo recordaba todo. Yo había llegado a casa, sintiéndome mal, después de haber visto a Yokozawa-san en casa de Takano-san.
-¿Y... Yokozawa-san?-pregunté inquieto.
-Él ya se fue hace rato...ah por cierto, me pidió que te dijera que aprobaron los costos de la agencia, para el evento.
Fruncí el ceño.
-Déjame tomarte nuevamente la temperatura-dijo, mientras agarraba el termómetro que se encontraba junto a la comoda.
-¡No me toques!-rechacé su mano lanzándole un golpe.
-¡¿Qué mierda te pasa, Onodera?!
-¡No sé como puedes estar aquí, simulando que nada pasó entre Yokozawa-san y tú!-exclamé histérico.
-¡¿Qué algo paso...?!-me miró confundido-...¿de qué estás hablando?, ya estas alucinando.
-¡No estoy alucinando!, no me trates siempre como un idiota, ¡porque no lo soy, Takano-san!
-Si no quieres que te trate como un idiota, entonces EXPLÍCATE-señaló severo.
Vacilante, empecé a explicarle.
-...Cu...cuando Yokozawa-san se enteró que estábamos juntos, me advirtió que si yo te hacía daño, él nuevamente, estaría contigo...
Takano-san me observaba inexpresivo y en silencio.
-Y por lo que pasó hoy en la mañana-continué-... tú pudiste volver a buscarlo y él seguramente de nuevo...de nuevo...
-¿De nuevo, qué?-exigió saber.
-...De nuevo intentará alejarte de mi lado...-murmuré.
No me había percatado, pero, comenzaba a sentir como pasaban lagrimas a lo largo de mi rostro. Me avergoncé y me tapé la cara, evitando que me viera de esa manera.
Takano-san no dijo nada, solo en silencio, me rodeó con sus brazos, en un gesto amable y cálido, como casi nunca le veía.
Esa noche se quedó conmigo, dormido abrazándome.
Al día siguiente...
-Toma, bébelo-puso Takano-san sobre la mesa un vaso con jugo de manzana-esto te asentará el estómago.
-No es necesario que te preocupes tanto por mi, ya me siento bien.
-Recuerda que soy tu jefe, también estoy velando por los intereses de la editorial-añadió.
-...ah, claro...
"Ya me parecía demasiado amable, para ser cierto".
-En cuanto a la agencia encargada de promoción para el manga, recuerda que tienes luz verde.
-Si, gracias.
-No me lo agradezcas a mi, sino a Yokozawa; él te está apoyando en esto.
"Era cierto, Yokozawa-san, me estaba dando su apoyo, a pesar de todo lo mal que le caigo...tenía que agradecerle, en cuanto le viera".
Bebí rápidamente el jugo que Takano-san me había comprado y me levanté con agilidad de la silla.
-Bueno...no es que te eche, pero yo tengo que irme ya a la editorial.
Takano-san me detuvo por el brazo.
-Ayer, parecías realmente preocupado, al ver a Yokozawa en mi departamento.
-¿De qué estás hablando?, ¡por supuesto que no!-refunfuñé.
-Es obvio que verlo junto a mi te afectó, pero te diré una cosa, para que te tranquilizes...-se acercó y me abrazó-...él vino a tu departamento para hablar contigo, pero como no estabas, se pasó al mío y me pidió de favor que te diera el recado...si temías que te robara de mi lado, estás muy equivocado...yo soy tuyo.
Se me subieron los colores al rostro.
-¡Deja de hablar por ti mismo, Takano-san!, ¡yo no estaba preocupado ni intranquilo!, ¡usted está fantaseando de nuevo!-espeté.
Takano-san sonrió levemente.
-Claro, claro...te veré en la oficina, Onodera-dijo antes de cerrar la puerta y marcharse a su departamento.
No lo quería reconocer delante de Takano-san, pero...saber que Yokozawa-san no venía trás de él... nuevamente, me provocaba un gran alivio.
Una semana después...
Hoy era el día del evento. Decidí usar mi mejor traje, ya que trataría con gente importante. Cuando le informé a Motou-sensei sobre la promoción del manga- y que tenía que asistir-, se alteró un poco...Takano-san tenía razón...si le hubiera avisado antes a la autora, seguramente se negaría a presentarse.
Se animó cuando le expliqué de lo que la agencia de eventos proponía.
Carteles, volantes, venta del manga, firma de autógrafos de la autora, área de banquete; y para los niños, teatro de títeres, puestos de dulces y una botarga de un oso panda.
El salón estaba decorado con imágenes de corazones y pandas, todo era tan rosa, que parecía estar dentro de un manga shojo.
Me encontraba en la puerta, recibiendo a los invitados, cuando entró Takano-san, acompañado de Kisa-san y Hatori-san.
Takano-san también llevaba un traje, aunque sin corbata.
Me sonrió nada mas verme.
-¡Riichan!, ¡que bonito quedó el salón!-saludó Kisa-san animoso.
-Haz hecho un buen trabajo, novato-agregó Takano-san.
-...Gracias.
Esquivé su mirada. No quería verle demasiado, no quería que se me notara lo mucho que me gustaba verle en traje.
Continué recibiendo invitados, hasta que acompañé a sensei, para la firma de autógrafos.
Recorrí el salón, revisando que no faltara nada, cuando sentí una mano tocarme el hombro, voltee... y se trataba de Takano-san.
-¿Te sientes mejor?-preguntó.
-Si... gracias, ya te dije que me sentía bien-susurré.
-Eso me tranquiliza-murmuró con discresión.
"¿Lo estaba haciendo a propósito?, ¿quería ponerme nervioso?".
Apunto estuve de retirar su mano de mi hombro, cuando la voz ronca de Yokozawa-san interrumpió mis intenciones.
-Takano...Onodera-nos llamó.
Takano-san retiró su mano y se volvió a Yokozawa-san.
-¿Qué tal, Yokozawa?, creí que no vendrías.
-Ja-hizo una mueca y frunció el ceño-¿mi trabajo también consiste en revisar en qué se invierte el dinero de la editorial.
-Ya lo sé, tu área es muy fijada con cada peso que se utiliza, sino recuerda en las juntas que se hacen para decidir los ejemplares que se publicaran cada mes-acusó con ironía Takano-san.
Yokozawa-san juntó el entrecejo.
-TENGO que cuidar el área financiera de Marukawa-añadió irritado.
Una niña que venía corriendo hacia nosotros, se instaló delante de Yokozawa-san.
-¡Onee-chan!, ¿ya estás enojado de nuevo?-preguntó con voz dulce.
La expresión ruda en el rostro de Yokozawa-san, se suavizó al verla.
Puso una mano sobre su cabeza y sonrió.
-No Hiyo...no estoy enojado.
Takano-san y yo, lo miramos totalmente sorprendidos.
"¿Era en verdad Yokozawa-san el que le había sonreído a la niña con tanta dulzura?".
-Ah, perdón, deja que los presente...-añadió Yokozawa-san, prestándonos atención nuevamente-Takano, ella es Hiyori, hija de Zen Kirishima...Hiyo, él es mi amigo, Takano Masamune.
Takano-san se encuclilló para quedar a la altura de la niña y le sonrió...
Pero no era una sonrisa amable...mas bien una sonrisa "principezca".
-Es un gusto conocerla, princesa Hiyori...
(Ritsu sorprendido, con la boca abierta).
¡¿QUÉ DEMONIOS...POR QUÉ ACTUABA ASÍ?!
El rostro de la niña se ruborizó inmediatamente.
-¡Gracias, igualmente!-respondió con alegría.
Takano-san se incorporó.
-Él es mi "empleado", Ritsu Onodera.
"¡¿EMPLEADO?!...eso me pareció una forma muy discriminativa de tratarme".
-Hola, mucho gusto-la saludé de mano.
-Onodera...¿por qué no le muestras a Hiyori-chan las mesa de postres?-sugirió Takano-san.
-¡¡¡¡Si, vamos!!!-exclamó la niña, tomándome de la mano y arrastrándome por todo el salón.
Eché un vistazo hacia atras y se habían quedado conversando Takano-san con Yokozawa-san.
Después de haber acompañado a Hiyori-chan a todos las mesa de postres y haberle ayudado a agarrar los suficientes, me senté a su lado.
-¡Mmmm!, ¡están buenos!, ¿quieres probar?
-¿Eh?, no, gracias-sonreí agotado.
-¿Por qué no?, ¡vamos, solo uno!-insistió.
-Es que estoy trabajando...-añadí.
La niña suspiró.
-Ustedes los adultos son muy complicados de entender. Si tan solo supieran disfrutar un poco mas de las cosas simples...-expresó con sabiduría-...Onii-chan, por ejemplo-refiriéndose a Yokozawa-san-cuando le conocí siempre tenía su ceño fruncido, ahora le veo mas...relajado, y a pesar de su trabajo, siempre se da el tiempo de estar al pendiente de mi y de Sora-chan...
-¿Sora-chan?
-Si, su gatito...ahora también es mío-sonrió.
"De manera que, Sorata- el antiguo gato de Takano-san-, ahora vivía en la casa de Kirishima-san". Me preguntaba si Yokozawa-san ahora era amigo del editor de Shonen-ai.
-¿Takano Masamune, es muy amigo de Onii-chan?-preguntó.
-..si.
Hiyori Kirishima sonrió radiantemente.
-¡No sabía que Onii-chan tenía amigos tan lindos!
-¿Eh?
-¡Parece un príncipe, uno de carne y hueso!-comentó animada- si tuviera unos cuantos años mas...
"¿Era mi impresión o Takano-san había logrado enamorar a primera vista a Hiyori Kirishima?"
-Me pregunto que clase de novia tendría en el colegio-continuo-...me imagino que debió parecerse a una princesa...
-¡¡¡COFF, COFF, COFF!!!-me dio un ataque de tos nerviosa.
"Yo estaba lejos de parecerme a una príncesa...".
-¡Onodera!, ¿cómo estás?-saludó, interrumpiendo nuestra extraña conversación, Zen Kirishima.
-Bien, gracias Kirishima-san.
-Veo que mi hija te está causando problemas-comentó sonriente.
-¡No papá!, Onodera-san es muy amable... y yo siempre me porto bien-protestó.
-Te agradezco haber acompañado a Hiyori, ahora me encargaré yo-añadió, tomándo de la mano a su hija.
-¡Ah!... toma, Onodera-san... -Hiyori-chan me entregó un dulce en la mano-cómelo en cuanto puedas.
Alegremente se despidió de mi, con un movimiento de su mano.
Kirishima y su hija eran muy parecidos físicamente; ambos con el pelo castaño claro, casi rubio y con ese mismo semblante animoso y sociable.
No era un experto con los niños, pero la había pasado bien.
-Veo que te divertiste-señaló Takano-san instalándose a mi lado, sobresaltándome.
-Solo... cumplía con lo que me habías ordenado.
-Parece que te gustan los niños...-añadió.
-No me disgustan, además me parecen mas honestos que los adultos.
-Yo también soy honesto-respondió.
Sonreí, irónico.
-No del todo...mira que mostrarle a la niña una imagen falsa de ti, me parece lo mas hipócrita del mundo.
-¿Falsa?...
-Te comportaste tan "amable", que ella te comparó con un "príncipe"...-refunfuñe.
Takano-san rió por lo bajo, para no llamar la atención.
-Mentirle a un niño...me parece de lo mas bajo.
-¿Y qué mas dijo?-preguntó curioso.
-Que si habías tenido en el colegio... una novia parecida a una princesa-murmuré tímido.
Takano-san soltó una carcajada.
-¡No hagas escándalo!...-le recordé.
-Es que eso fue divertido...mmmm...ahora que lo pienso un vestido de príncesa te quedaría bien...
-Cállate...-dije entre dientes, conteniendo mi enojo.
-Hablando de disfraz...¿no habías dicho que habría una botarga de un oso panda?
"Cierto, lo había olvidado por completo".
Saqué el celular, tratando de comunicarme a la agencia.
-¡Rii-chan!-me llamó Kisa-san-...me trajeron esto para ti-me entregó una caja grande color blanco.
-¿Qué es?-preguntó Takano-san.
-Es el disfraz de oso panda, al parecer, se enfermó la persona que lo usaría-explicó Kisa-san.
-¡¿¿Qué??!-exclamé.
Abrí la caja y en ella contenía una nota...
"Sumimasei Onodera-san pero nuestro empleado enfermó y no pudimos encontrar un reemplazo, dejamos todo en sus manos, lamentamos la molestia".
"¡¡¡Este era el fin!!!".
-¿Y ahora....qué voy hacer?-murmuré frustrado.
-Ya sabes qué hacer...-añadió Takano-san-...HÁZLO TU MISMO-ordenó.
-¡¡¿Qué?!!
-Trabajo, es trabajo-repitió como si fuese su ideología favorita de vida.
-¡Pero!, ¡¿¿disfrazarme??!
-ONODERA...sino te crees lo suficientemente bueno para responsabilizarte de estos "pequeños detalles", no mereces ser editor...-me miró retador.
Fruncí el ceño.
Ahí estaba de nuevo...poniéndome a prueba.
No permitiría que pensara que era un incompetente, como siempre lo insinuaba.
-¡Soy buen editor!-protesté.
-Entonces, demuéstralo.
Me dirigí hacia el baño, con mi dignidad pisoteada y un disfraz de oso panda en las manos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario