Me quedé dormido esperando a que Tori regresara del trabajo. Había terminado el manuscrito del manga y quería que lo leyera-así me daría su opinón si estaba bien o lo tenía que corregír antes de que venciera el plazo en la impresora-.
Me había propuesto ser mas disciplinado y no causarle tantas molestias, después de todo ya era un hombre de 30 años.
Tori, en las últimas noches, regresaba pasadas las 12; con su rostro cansado y notables ojeras debajo de sus ojos.
Aún así, era responsable y hacía los deberes domésticos de su propio departamento, al igual que los míos. Seguía todo tan igual que antes: lavaba mi ropa, me preparaba la comida...siempre al pendiente de su torpe "novio mangaka".
Incluso se encargaba de las compras del supermercado; cuando me ofrecía a acompañarle, se negaba, diciéndome que tenía que ocuparme "ÚNICAMENTE DE DIBUJAR".
Ahora me encontraba con suficiente tiempo libre, algo tenía que hacer o Tori terminaría totalmente colapsado.
Cuando entreabrí los ojos, Tori me llevaba en sus brazos y me recostó sobre la cama.
Sin darme cuenta de nuevo me había dormido.
-¿Tori?...¿qué hora es?-pregunté adormilado.
-La una y media de la mañana-murmuró-...vuelve a dormir.
Volví a cerrar los ojos mientras escuchaba como se alejaba y encendía la luz del baño. Después escuché que abría la regadera.
"La una y media de la mañana...que tarde es"-pensé.
¡¿La una y media?!
Desperté rápidamente y vi a Tori salir del baño, quitándose la corbata.
Se sorprendió al verme sentado en la cama.
-¿Qué haces despierto?, te dije que te durmieras.
-¿Acabas de llegar a esta hora?-pregunté inquieto.
-Si, ¿por qué?-respondió indiferente.
-¡Es demasiado tarde Tori!, ¿ya te viste la cara?, ¡estás demacrado!
Tori suspiró.
-No es nada nuevo eso. Tengo varios autores a cargo y tengo que estar al pendiente de todos, no puedo descuidarlo-se sentó sobre la cama para quitarse los zapatos-...hablando de eso, ¿cómo va tu manuscrito?
Le lanzé una almohada irritado.
-¿Te das cuenta?, sólo piensas y piensas en el trabajo. ¡Yuu tiene razón eres un "trabajólico"!-protesté.
Tori frunció el ceño.
-Te agradecería que no mencionaras a "esa" persona por ahora, tuve que soportarlo todo el día-señaló molesto.
Me paré sobre la cama.
-¡Está bien!, yo no menciono a Yuu, pero tú prometeme una cosa.
-¿Cuál?
-Que me dejarás estos días encargarme de la casa.
Tori alzó una ceja.
-¿Qué?, ¿por qué me miras así?-pregunté.
-¿Es una broma?
-¿Me ves acaso que me estoy riendo?,no, ¿verdad?, ¡es en serio!,¡yo quiero ayudarte!-alcé la voz.
Tori me miró inexpresivo.
-¿Estás seguro que podrás?-preguntó incrédulo.
-¡Podré...claro que podré! ¿qué tan difícil puede ser?, ¡ya tengo 30 años, no me trates como un niño!
Tori sonrió.
-Sino quieres parecer un niño, entonces baja de la cama, solo falta que te pongas a saltar en ella.
Fruncí el ceño y me senté.
Tori sonrió y me ofreció su mano.
-¿Qué quieres?-murmuré.
-Acompáñame al baño.
Mi rostro tímido, rehuyó de la mirada de Tori.
-Estúpido... no digas esas cosas.
-Tú dijiste que querías ayudarme, ¿cierto?, justo ahora me vendría bien una dosis de tu amor, Yoshino-sonrió con ternura.
Sin darme tiempo a protestar, Tori me alzó en brazos mientras me besaba cálidamente los labios.
Continua...
No hay comentarios:
Publicar un comentario