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lunes, 25 de marzo de 2013

Ritsu Onodera: "Las sorpresas nunca llegan solas" parte final.

Cuando llegamos al restaurante, el hostess nos guió hacia la mesa donde se encontraban mis padres. Ambos me sonrieron y se pararon de su asiento para saludarnos.

Entre abrazos y besos en la mejilla que me dieron, miraron por encima de mi hombro a Takano-san que solamente observaba las demostraciones de afecto de mi familia.

-¡Ah!, usted debe ser el jefe de Ritsu, ¿correcto?-preguntó mi padre a Takano-san.

-Así es, soy Takano Masamune, mucho gusto-se presentó haciendo una reverencia respetuosa.

-Por favor, siéntese-dijo mi padre con educación.

-Seguramente Ritsu, lo pone en aprietos muy a menudo, ¿cierto, Takano-san?-preguntó mi madre sonriente.

"¿EN APRIETOS?, ¡¿QUÉ SIGINIFICABA ESO?!".

-Por favor, llámenme tan solo Takano-ofreció.

¡¡¡¡¡¿¿¿¿¿TAKANO?????!!!!!

-Y no, Onodera no es para nada problemático; él está aprendiendo, pero hace bien su trabajo-respondió.

-¿En serio?, me da gusto escuchar eso-agregó mi padre-ambos estabamos preocupados, cuando decidió marcharse de la editorial; ya sabe el mundo laboral no es tan fácil y menos cuando se decide independizar.

Takano-san asintió.

-Afortunadamente, contamos con la ayuda de Izaka-san y Ritsu pudo entrar sin tanto problema-sonrió.

 

Apreté las manos en forma de puños.

Ya sabía desde hace tiempo, que mi padre movió sus conexiones para que me aceptaran en la editorial Marukawa, el mismo Izaka-san me lo dio a entender la ocasión en que me pidió que agradeciera a mis padres por los mochis.

Pero escucharlo de su propia voz y delante de Takano-san, me hacía sentir realmente un perdedor.

No pude evitar bajar la mirada y quedarme viendo con lamentación el plato de porcelana que estaba frente mío.

-Fue una gran ayuda-interrumpió Takano-san-sin embargo, Onodera ha puesto demasiado de su parte y a logrado escalar, ahora es mi mano derecha en la edición de la revista-añadió Takano-san.

Mis padres abrieron los ojos sorprendidos y me miraron boquiabiertos.

Miré a Takano-san por breves segundos y sus labios formaron una ligera curva. Estaba sonriendo.

-¿Es eso verdad Ritsu?-preguntó mi padre.

-...Si-respondí tímido.

-¿Y por qué no nos dijiste antes?

-Es que he estado muy ocupado-murmuré.

Mi madre suspiró.

-Espero que estés durmiendo bien y comiendo adecuadamente.

-¿Eh?...ah, si...-mentí.

-Disculpe, Takano, pero una madre no se deja de preocupar por sus hijos y mas cuando están solteros, sin que nadie se encargue de ellos-agregó mi madre.

-Lo entiendo-respondió Takano-san.

-¿Por cierto, está casado, Takano?-cuesionó mi madre.

-¡Mamá!-exclamé nervioso-¡no hagas esas preguntas incómodas!

-¿Por qué, dije algo malo?

-Para nada-sonrió Takano-No, estoy soltero todavía.

Mi madre hizo una expresión de compasión.

-No entiendo como funciona el mundo actualmente y porque dos chicos tan guapos tienen que estar solteros, sin nadie que los cuide-comentó.

-Oh, no... puede que esté soltero, pero si tengo alguien que cuide de mi, ¿cierto, Onodera?-agregó Takano-san sonriente.

El bocado que había dado a la lasagna, se me atragantó en la garganta y tosí varias veces.


-¡¡¡¡¡¡COFF COFFFFF COFFFFFFF!!!!!-(Ritsu casi morado a causa de la asfixia).


-¿De verdad?, ¿una novia?-bombardeó mi madre con preguntas.

-Algo así.

-¡Que gusto!, ojalá que Ritsu también pudiera encontrar una; con decirte que estaba prometido pero no quiso casarse, porque aún sigue enamorado de su antiguo amor de colegio.

-¿Ah, si?-Takano-san me miró con malicia y sonrió.

 

¡¡¡¡¡ESAS FUERON LAS TRES HORAS MAS LARGAS DE MI VIDA!!!!!! (Ritsu a punto de colapsar).

 

De camino a nuestros departamentos, no pude evitar pensar todo el bochorno que había pasado por culpa de mis padres. Definitivamente sería la última ocasión que aceptaría una comida con ellos y Takano-san incluido.

Cuando me paré frente a mi puerta, me giré para ver a Takano-san. Él seguía a un lado mio, apoyado en la pared de junto, con las manos metidas en los bolsillos del pantalón.

-Gracias por el paseo y por acompañarme...aunque lamento las molestias que mis padres te causaron-señalé con timidez.

-¿De qué hablas?, lo he pasado bien, tus padres son agradables. Hace mucho tiempo que no veía una familia sinceramente feliz.

 

Eso me hizo recordar lo triste que se le veía en el pasado, por el divorcio de sus padres.

-Es un privilegio tener tus padres unidos, después de todo-añadió.

Quise evitar verle mal, así que cambié de tema.

-Mamá prometió la proxima ocasión regalarte mochis.

Takano-san sonrió levemente.

-Los esperaré.

-Bueno, es tarde, debo dormir, mañana tengo que levantarme temprano, buenas noches, Takano-san.

-Onodera...-murmuró Takano-san mientras detenia la puerta-aún no se acaba tu cumpleaños, faltan dos horas, ¿comiste del pastel que te compré?-preguntó.

-Aún no.

-Bien, iré a comprar algo de vino, esperame despierto.

-¡No, pero es tarde ya, y..!

-Alguna vez, los dos comentamos que algo así queriamos vivir, en una fecha importante, ¿recuerdas?, no quiero posponerlo de nuevo.

 

Tenía razón. Lo que mas deseaba era compartir un pastel y regalos en el día de Navidad y cumpleaños de sempai.

Ya no lo pude detener, yo también deseaba vivir aquello.

 

Takano-san descorchó la botella, mientras servía en las copas el vino blanco.


Abrí la caja del pastel y sentí latir alegremente a mi corazón. El pastel era con frutas y tenía un mensaje hecho a base de chocolate en el centro: "Feliz Cumpleaños Ritsu". Traté de ocultar mi excitación y comenzé a cortarlo en rebanadas.


 


Le entregué la rebanada de pastel a Takano-san, en un plato.

 

Mientras comiamos en silencio, no pude evitar pensar en todo lo que habíamos tenido que vivir...el tiempo que tuvo que pasar para estar justo en este momento...uno frente al otro comiendo una rebanada de pastel con fruta.

Cuando terminamos me levanté a dejar los platos en el fregadero y sin darme cuenta, Takano-san me abrazó por la cintura.

-Hoy, después de diez largos años, es uno de esos días mas felices de mi vida-susurró, apoyando su mejilla en mi cabeza.

Sus manos rozaron mi cara y el tacto me quemó la piel. Yo no pensaba volver a enamorarme de él...

-Feliz cumpleaños, Ritsu-añadió y me besó con intensidad; moviendo su lengua hábilmente dentro de mi boca y haciendome perder el sentido del equilibrio.


Estando en la cama, Takano-san me detuvo los brazos.

-Dímelo.

Abrí los ojos por la sorpresa.

-¿Qué cosa?

-Tu mamá dijo hoy, que seguías enamorado de tu antiguo amor de colegio...y ese soy yo; así que quiero que me digas que me amas.
 

-¡No!-cerré los ojos e intenté escapar.

-Si no lo haces, te continuaré besando, hasta terminar...así que DILO.

-¡¡¡No y no!!

-Muy bien..-susurró besándome nuevamente y bajando la cremallera de mis pantalones.


Otra vez,  hice el amor con Takano-san...y aunque yo mismo me quería decir que no se trataba de amor...la verdad es que no pude evitar sentirlo de nuevo.

...Un poco, por supuesto.

 

 

*Días que faltan para que Ritsu se enamore completamente 108.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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