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martes, 5 de marzo de 2013

Capítulo 3:Fanfic Takano Masamune "Las casualidades son causalidad del destino".



 

"Después de una jornada laboral demandante, salí a fumar un cigarrillo a la sala de juntas, que sabía, se encontraba vacía.

Escuché unos pasos detrás mío y al voltear vi a Yokozawa. Por su expresión, ni siquiera él esperaba verme. Habían pasado varias semanas después de que le hablé sobre mis sentimientos hacia Onodera, y Yokozawa me había pedido tiempo para aceptarlo.

Lo entendía perfectamente, y me sentía avergonzado por haberle herido, sin embargo, tenía que hacerlo antes de que las cosas se confundieran cada vez mas.

-¡Yokozawa!-exclamé sorprendido.

-Masamune...¿cómo estás?-preguntó con su habitual voz ronca.

-Masomenos-le respondí.

La conversación se tornó monosílaba y en ocasiones, el silencio, formaba mayormente parte del tiempo.

Después de haberlo meditado tantas veces, sentí que los mas conveniente, era disculparme con él; Yokozawa había estado conmigo en los peores momentos que viví durante la universidad, fue la única persona que de verdad se preocupaba por mi y hasta por Sorata, mi antiguo gato.

Él cuidaba bien de ambos, aunque yo la mayor parte de las veces le hacía renegar con mis constantes actitudes de mierda.

En mi época universitaria, Yokozawa y yo compartímos un departamento; él procuraba siempre tener todo limpio y organizado, estaba al pendiente de que me alimentara diariamente, por que si por mi hubiera sido, con el cigarrillo y el bentou congelado, hubiera bastado.

Pero yo no estaba del todo bien, me encontraba deprimido y con una gran sensación de vacío. La presión del divorcio de mis padres, el enterarme que a quien yo habia considerado mi padre biológico, no lo era... mas el abandono de Ritsu, me habían agotado a tal punto que me quitó las mas mínimas ganas de vivir.

Me desquebrajé y comencé a reconfortarme con el alcohol, incluso cambiaba constantemente de parejas...pero nada me hacía calmar ese dolor y ansiedad, nada me hacía olvidar la herida que en aquel momento Onodera, había dejado en mi.

Peor aún me sentí, al enterarme que estaba comprometido para casarse con alguien mas...en aquellos instantes pensé: "¿Fuí solo su jodido juguete de diversión?".

De todo eso, Yokozawa había estado enterado, me reconfortaba frecuentemente, escuchaba mis quejas, soportaba mis borracheras, y sin tener la menor idea de lo que él pensaba o sentía, en una noche al beber demasiado, me acosté con él.

A la mañana siguiente, recordé todo lo que habíamos hecho, y me disculpé...fui claro y le aclaré que había sido un error de tragos, nada mas. Yokozawa parecía entenderlo, o al menos, eso había dicho; Pero era evidente que en todo este tiempo el guardaba cierta "esperanza" y me miraba como hombre, y yo siempre le vi como amigo.

Cuando entré a trabajar en Marukawa junto con Yokozawa, decidi cambiar un poco y no causarle tanta molestias, tratar de cuidar de mi mismo. También me había resignado a que ese tímido chico del cual me había enamorado en el colegio, jamás lo podría sacar de la mente y que nadie podía rellenar ese vacío que dejó abierto por su abandono.

Así que me concentré en mi trabajo, logrando ascender y convertirme en jefe editor. No pasaba nada que de momento no saliera con nadie, ya había tenido suficiente con tantos aventuras amorosas fracasadas en mi tiempo de estudiante.

Relativamente, llevaba una vida tranquila fuera de mi trabajo, sin que nadie interfiriera o me causara problemas, hasta que conocí al nuevo editor novato que habían contratado.

"Su cara me parece familiar...aunque el apellido no concuerda, debería ser probablemente, alguien que se le parezca, ¿pero por qué siempre que lo veía tenía una sensación extraña de haberlo visto antes?"-pensaba.

Al escuchar la conversación que entablaban Kisa Shouta y el "novato", confirmé que se trataba del mismo estudiante ingenuo y sonrojado que se me había declarado en la biblioteca.

Y la tranquilidad se había esfumado de mi vida.

No puedo decir que lo odié por lo que me había hecho, mas bien me encontraba confundido y deprimido, con las constantes preguntas en mi cabeza de: "¿por qué?, ¿por qué él...si decía que me quería?".

Al verlo nuevamente también se lo quise preguntar, "¡¿pero como carajos se tocaba un tema de hace diez años atrás?!".

Cuando regresamos de un extenuante día y noche de trabajo en la casa de una mangaka; me senté junto a él en el sillón y le ofrecí una lata de café negro. Ritsu la aceptó tímidamente, no me miraba mucho, pero eso era normal en él.

Se notaba que no estaba acostumbrado a trabajar tan arduamente, posiblemente en la editorial de su padre, su participación era mas considerada por tratarse del "hijo del dueño".

Onodera hizo un comentario acerca de que era muy directo, eso era verdad, a tal punto que me expuso sus sentimientos años atrás, sin importarle mucho si lo rechazaría.

Mientras fumaba y recordaba aquello, Onodera se me quedó viendo por algunos minutos.

Lo noté y lo miré por el rabillo; rápidamente agachó la mirada, ruborizándose completamente.

-No has cambiado nada-comenté.

-¿Eh?

"Ah, ¿en verdad no me recordaba?".

Entrecerré los ojos astutamente al ver su rostro ingenuo y confundido.

-¿No me recuerdas?-le pregunté.

-Ya me había comentado eso antes, pero es la primera vez que lo veo-respondió seguro.

"¿Ah, si?".

-A ver si lo recuerdas por esto-añadí.

Instintivamente me abalancé sobre él, besándolo. Tal vez mi rostro no lo recordaba del todo, puede ser que había cambiado en algo; ahora ya no tenía la apariencia de un adolescente, pero mis besos...no creo que se le olvidaran.

Y aún así, no caía en cuenta quién era.

Realmente era muy ingenuo y distraído.

 

Yo odiaba prestarle atención a los demás, era malo para relacionarme, pero con Ritsu, fue distinto. Él no podía olvidarse de todo aquello que habiamos vivido, así que orgullosamente decidí recuperar lo que él me habia quitado, su amor.

"Yo no sabía con quienes había salido todo ese tiempo, si continuaba comprometido, si ya no me amaba...lo único de lo que si sabía era de mis sentimientos y con base a ellos, me propuse recuperarlo y hacer que me confesara nuevamente su amor, como hace diez años atrás".

Por ese motivo me fue imposible enamorarme de Yokozawa, Ritsu, a pesar de la distancia que había trazado en ambos, seguía presente en todo mi cuerpo y en mi mente.

Después de terminarme el cigarrillo caminé hacia el elevador y subí al cuarto piso.

Onodera era el único que estaba ahí, todos los demás se habían ido.

-¿Todavía no te vas?-pregunté al verlo leer un manga.

-No, hacía tiempo.

-Ah...ya veo, me estabas esperando.

-¡Por supuesto que no!-exclamó con el ceño fruncido-no quiero quedarme mucho tiempo esperando en la terminal-justificó tímidamente.

Sonreí ante la ingenuidad de sus excusas, no se le daba bien mentir, de hecho lo hacía bastante mal. Pero él era el verdadero amor de mi vida.

Lo abrazé desde atrás.

-Gracias-dije sonriendo.

Onodera brincó por la sorpresa y después se quedó en silencio.

-Me haces muy feliz en verdad-añadí agradecido.

-¡Takano-san!, ¡suéltame ya!, ¡que nos pueden ver!-repuso forcejeando para liberarse.

-Si, si...tres minutos mas-susurré sin soltarlo.

Comprendí que el tiempo de dolor de aquellos años atrás, se habían curado con el reencuentro de Ritsu, probablemente la vida me estaba dando una oportunidad mas, de ser feliz".

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