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domingo, 24 de marzo de 2013

Ritsu Onodera: "Las sorpresas nunca llegan solas" parte 1.

Cuando Takano-san pulsó el timbre para llamar a la puerta, yo ya me encontraba alistado para salir. No es como si me satisfaciera mucho faltar al trabajo, de hecho, tenía mucho pendiente por terminar. Pero una parte mia, deseaba pasar mi cumpleaños a su lado, aunque aún no lo reconociera abiertamente.

Dentro de su auto negro, Takano-san encendió el botón del aire acondicionado; como ya era primavera, el clima se sentía demasiado caluroso y sofocante. En silencio, Takano-san conducía el auto, mientras yo me sentía un poco tímido, ¿debería decir algo amable como..."gracias"?.

-Esto...¿Takano-san, no sería conveniente hablar a la oficina e informarles de nuestra ausencia?

-No te preocupes, ya lo he hecho yo; telefonée a la oficina y contestó Hatori-respondió.

 

"¿Hatori-san?"...¿qué se supone que estará pensando en este momento?, realmente no lo quería ni imaginar...

De hecho no quería imaginar si la oficina entera llegara a sacar conclusión de que nuestra inasistencia se debía a que Takano-san y yo pasamos el día juntos..."¡Noooooooooooooo!".

-Oye...-interrumpió Takano-san.

-!¿Eh?!...ah...¿si?

-¿Por qué tienes esa cara de ratón asustado?

-¿Yo?, ah..eh...es que...-sentí mi rostro caliente-me preguntaba como lo tomarán en la oficina, si sacan conclusiones de que pasamos el día juntos.

Takano-san me miró en silencio por breves segundos y después volvió a observar en silencio la carretera.

-Le he explicado a Hatori que hoy es tu cumpleaños y como tu jefe, me has invitado a una comida familiar en tu casa-explicó.

"¿Comida familiar?", ¿no se le pudo haber ocurrido otra excusa que no nos involucrara a ambos?

Eso me recordaba...

Saqué el teléfono celular del bolso y revisé el buzón de llamadas...ni una sola llamada de mi familia, ¿acaso se habían olvidado de mi?

Eso me irritaba. Cuando mis padres querían que me casara con An-chan en el pasado, no paraban en acosarme con llamadas, al punto de tener que apagar el celular para poder dormir; y ahora que se trataba de mi cumpleaños, ¿no podían llamar para felicitarme?

En ese momento, Takano-san sintonizó el radio.

-Relájate Onodera, hoy no es un día de trabajo-dijo esbozando una breve sonrisa.

-...si.

 

No me di cuenta en qué momento, me había quedado dormido en el trayecto. Sentí una ligera brisa en mi piel y el viento pasar por mi cabello. A lo lejos, escuché el sonido de unas olas...

Abrí los ojos y me di cuenta que Takano-san me había bajado aún dormido del auto y me colocó de tal manera que mi cabeza se apoyara en sus piernas.

-¡Eh!...esto...¡¿por qué no me despertaste, Takano-san!?

-Te veías profundamente dormido-respondió.

 

Takano-san selañó con su dedo índice hacia el frente y al voltear, me di cuenta que estabamos en el mar, sentados en la arena.

Pocas veces había ido al mar, no es que no me gustara, pero me parecía un ambiente tan romántico, que siempre quise evitar ese tipo de lugares.

Pero decir que no me agradaba ahora, era una completa mentira.

Mis ojos abiertos por la sorpresa, alcanzaron a observar todo a detalle, realmente era hermoso...

El agua estaba de un color azul turquesa intenso, las gaviotas blancas revoloteaban alrededor y las olas burbujeantes, rompían fuertemente entre las rocas, el sol era cálido y radiante.

Se sentia bien estar ahí, después de tantos y tantos días de tensión laboral.

No pude evitar sonreír.

-Veo que te ha gustado venir-agregó Takano-san.

-Ah...sí...es...es gratificante.

Takano-san estiró sus brazos y apoyando su cabeza en ellos, se acostó completamente en la arena.

-Alguna vez, tuve el deseo de venir aquí contigo-dijo.

-¿Eh?

-En realidad, ahora que lo pienso, siempre tuve en mente hacer muchas cosas contigo en el pasado, solo que no me di cuenta de ello, hasta que te tuve lejos.

¿Había escuchado bien?, ¿Takano-san...de verdad quería salir conmigo?

 

-Por eso quise que nos tomaramos el día libre-continuó-no quería perder la oportunidad de ver tu rostro sonriente...es satisfactorio no verte siempre protestando y con el ceño fruncido, ¿sabías?, es como...recordar el antiguo Ritsu inocente y alegre que había conocido.

Sentí como los colores se me subieron a la cara. Era verdad, había cambiado mucho. El dolor me había convertido en una persona incapaz de ser feliz y hacer feliz a otros. Y siempre que me acordaba de sempai, era sólo sentir una herida sin cicatrizar que agudizaba mas y mas, mi mal carácter.

Sin embargo, ahora las cosas se había modificado un poco...al parecer...yo había exagerado al pensar que sempai jugó conmigo. Sus constantes "te quiero" o sus besos tomados a la fuerza, lejos de ser molestos e incómodos, se volvieron necesarios...aunque, me irritaba reconocerlo, no había dejado ni un solo momento de quererlo, esa era la realidad.

Miré a nuestro alrededor y me di cuenta que solo nos encontrabamos nosotros dos.

Mi corazón latió rápidamente...odiaba esa sensación, ¿por qué tenía que ser tan vulnerable?

Takano-san estaba a mi lado, aún recostado en la arena, con sus párpados cerrados.

Creo que este era el momento indicado para ser amable.

-...Takano-san...gracias-añadí con timidez.

Él abrió sus ojos y me miró en silencio. Me sentí turbado e inofensivo. ¿Qué pensará él de mi?

Bajé la guardia en esos instantes. Una barrera que siempre me pongo cuando estamos juntos, pero ese momento, fue distinto, él parecia un poco honesto, dejando de lado su sinismo e imposición.

Sin decirme nada, Takano-san me besó arrebatadamente. Me sorprendí de mi mismo, al no poner resistencia.

Takano-san paso sus finos dedos por mi barbilla y me sonrió.

-Justo ahora te pareces mucho al Ritsu de hace diez años-comentó-tus mejillas están demasiado rojas.

-No te rias de mi, Takano-san...-añadí turbado.

-Te quiero hacer el amor, Onodera...-susurró.

-¡¿Eh?!, ¡no!... ¡basta!, ¡aquí no Takano-san!-forcejée para quitarmelo de encima, pero él me detuvo fuertemente los brazos.

 

Se inclinó para besarme nuevamente, cuando el celular metido en mi bolsillo de pantalón comenzó a sonar.

-¡El...el celular!-exclamé aliviado.

-Déjalo que timbre-murmuró Takano-san desabrochandome los botones de la camisa.

-¡Podría ser mi familia!-exclamé desesperado.

 

Takano-san suspiró y se hizo a un lado. Rápidamente saqué el celular, aceptando la llamada.

No sabía si se trataba de mi familia, pero a toda costa quería evitar que Takano-san me hiciera "eso" en un lugar público, aún, cuando no se viera nadie alrededor.

-¡Ritsu hasta que respondes!-se oyó la voz de mi mamá al otro lado del auricular.

-Si, lo siento,es que estaba...con las manos ocupadas-excusé tímidamente.

-Te hablo para desearte un feliz cumpleaños; tú padre y yo te queremos invitar a comer.

-¿Eh?, ¿a comer?

-Tú padre ha reservado una mesa en un buen restaurante de comida italiana, es a las dos de la tarde.

-Pero...pero...-¡maldita sea!, ¡¿cómo me podía liberar de Takano-san para cumplir un compromiso con mi familia?!...realmente no quería dejarle-...mamá, mi jefe me ha invitado también a comer y no puedo...

-¡Perfecto Ritsu!, invita también a tu jefe a comer con nosotros, tú padre lo quiere conocer desde hace tiempo, recuerda a las dos en el restaurante...

"¡Maldita sea!, ¿en verdad esto me estaba pasando o se trataba de una pesadilla? ¡¿Takano-san comer con mis padres?".

-¡Pero yo...!

-¡Quedamos así, nos vemos!-se despidió mamá rápidamente.


Evidentemente, siempre cortaba rápido la llamada, cuando ella no quería escuchar negarme.

Esto...¡¡¡¡¡¡¡esto era desesperante!!!!!!!!


-¿Qué pasa?, tienes cara de estar a punto del colapso-señaló Takano-san.

-Mis padres quieren que vayamos a comer a las dos a un restaurante italiano-murmuré desanimado.

-¿Vayamos?... ¿tú y yo?-preguntó alzando las cejas.


El rostro de Takano-san era igual que el mio, ambos no lo podiamos creer. Sin duda una situación extraña e incómoda, así que lo mas lógico, era que se negaría.

-Si...pero...¡pero no tienes que aceptar!, ¿eh?-agregué alrecuperarme de la sorpresa-, yo les diré que estás muy ocupado y por eso...

-De acuerdo, acepto.

-¡¡¡¡¿Ehhhhhhh?!!!!!!, ¡¡¿qué dijiste?!!!!, ¿¿¿¿por qué???

-¿Por qué, preguntas?, porque obviamente, yo también los quiero conocer-añadió firmemente-será mejor que regresemos, sino no llegaremos a tiempo-dijo mientras se sacudía la arena de los pantalones.

En verdad esto era una pesadilla, ¡¡¡¡una pesadilla de la que quiero despertaaaaaaaaaar!!!!

 

*Días que faltan para que Ritsu se enamore completamente 109.

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