Translate

martes, 7 de mayo de 2013

Takano Masamune:"Si recuerdas el pasado, apreciarás tu futuro"-1° parte.

-¡Rechazada!- aventé el conjunto de hojas sobre el escritorio de Onodera.

-¿Qué?, ¡¿otra vez?!-protestó.

-Está mal planteada. Vuelve a hacerlo-ordené, mientras me encaminaba a mi sitio.

-La otra vez, elogiaste mi trabajo con la obra de Mutou-sensei-señaló molesto.

-Lo hice porque era buena, esta no.

-¿Qué es lo que tiene de malo?-preguntó.

-Es basura-respondí.

-¡¿Qué?!

-Dije que es basura-repetí mientras echaba un vistazo al manuscrito de Erika Ichinose.

-Ya te escuché eso, Takano-san...pero no me parece que te expreses de esa manera. La sensei y yo estamos dando nuestro máximo esfuerzo en la obra, debes ser considerado y...

-"Ser considerado", " dar el mejor esfuerzo", eso no vende, ya lo sabes-añadí sin apartar la vista del manuscrito.

-¡Quiero renunciar!, ¡quiero renunciar ahora mismo!-exclamó Onodera, alejándose del área.

 

Suspiré fastidiado.

Las cosas parecían no haber cambiado en lo absoluto. Seguía teniéndo un trabajo demandante, era considerado en la editorial como un "demonio" por mi sentido agudo y exigente al trabajar.

Tenía una relación con Ritsu... pero una relación extraña. Éramos amantes, se acostaba conmigo, parecía disfrutarlo, pero jamás me decía que me "amaba", ¿qué mierda le pasaba?

¿Cuánto tiempo mas tenía que esperar para escuchar su confesión?

Aunque, considerando el carácter tan agrio que se le había formado, realmente dudaba que ese día llegaría.

Era como pretender que un conejo hablara...eso jamás pasaría, y quizás la confesión de Onodera tampoco.

Quizás era mas cómodo pensar, que aquello no lo necesitaba, el sexo era bueno...pero de vez en cuando escuchar "te amo" de la persona que quieres, te hace sentir seguro...

¿Posiblemente no me sentía seguro de sus sentimientos?

Mmm...el amor podía apestar cuando las dudas y los celos se instalan en la mente.

 

Me quité los lentes y me tallé los párpados. Me dolían los ojos, llevaba tres días sin poder conciliar el sueño.

-¿Takano-san?...-me llamó Kisa Shouta-¿se encuentra bien?

-Si...pero me siento agotado; iré a tomar algo, ya regreso-respondí.

 

Caminé hacia la maquina de bebidas; saqué de el  bolsillo de mi pantalón unas cuantas monedas y me di cuenta que no ajustaba para el café.

Apoyé mi cabeza sobre el vidrio de la máquina, me sentía exhausto de absolutamente todo.

"Que mierda de día"

-¿Takano-san?, ¿qué estás haciendo?-preguntó Ritsu sorprendido.

Llevaba entre sus manos unos cuantos documentos.

-No acompleto para el café-comenté.

 

Onodera sacó una moneda y me la entregó.

-¿Con esto te alcanza?

Asentí una sola vez.

-¿Qué vas hacer con eso?-pregunté con curiosidad al observar el montón de hojas que llevaba sostenidas en el brazo.

-Voy a sacar copia a cada una de las propuestas que has hecho, las estudiaré en casa.

-No necesitas estudiarlo, solo debes aprender a hacerlo.

Onodera se alzó de hombros.

-Esta es mi forma de aprender-comentó.

-Está bien...con tal de que aprendas te dejaré tranquilo esta noche-agregué, metiendo la moneda en la ranura de la máquina, después aplané el botón de "café negro".

-Gracias...-se dio la media vuelta y añadió-regresaré a mi escritorio.

Asentí, abriendo la lata y tomando un trago del café.

Interiormente, pensé en que me hubiera gustado que Onodera me pidiera ayuda para explicarle los pasos de hacer una propuesta "decente". Pero suponía que aquello era solo una ilusión.

Era un amor complicado...un amor que a veces no lograba entender.

Generalmente, siempre tenía que tomar la iniciativa de buscarlo y de prácticamente tomarlo a la fuerza para que se acostara conmigo. No es que me molestara ser el dominante en la relación, pero a veces me sentía aburrido de hacerlo.

Onodera debía poner mas de su parte.

¿Por qué simplemente no se atrevía a robarme un beso o decirme directamente que quería hacerme el amor?

Sonreí para mis adentros.

"Eso era rídiculo y casi ilegal" para él. En fin, creo que pedía demasiado.

Esta noche sería larga y aburrida.

Entré al ascensor y pulsé el botón del piso tres, el del área de ventas.

Los empleados me miraron extrañados. Henmi-el asistente de Yokozawa-fue a mi encuentro.

-Takano-san, que milagro verlo por acá, casi nunca nos visita-dijo.

-Lo sé-esbocé media sonrisa- ¿estará Yokozawa?

-Si, justo está haciendo unas llamadas-añadió señalando hacia donde se encontraba.

-Gracias, Henmi.

Caminé hacia él. Contrario a lo que pensaba, el área de ventas también era un departamento demandante, podía notarlo por los rostros cansados de los empleados.

Frente a Yokozawa hice una rápida señal con mi mano a manera de saludo.

Parecía sorprendido al verme, al tiempo que me hacía una seña de que esperara.

Mientras esperaba a que terminara su llamada, miré hacia la ventana y me di cuenta que el cielo se estaba tornando de un tono gris obscuro, lo mas posible era que esa tarde lloviera.

Yokozawa colgó el teléfono minutos después.

-Masamune, ¿qué haces aquí?

-Pareces sorprendido.

-Lo estoy...es decir, nunca se te ve por acá, ¿ha pasado algo?

-En realidad no...agregué tomando asiento en la silla contigua-solo quería decirte que hoy iré a visitar a Sorata.

El rostro de Yokozawa palideció.

-¿Pasa algo?-pregunté siendome evidente su expresión.

-Es que, Sorata no está en mi departamento, está siendo cuidado por otra persona.

-Mmm, ¿está en el departamento de Kirishima-san?-cuestioné suspicaz.

Yokozawa bajó la mirada.

-Eh...si.

-Entiendo, no hay problema-añadí levantándome rápidamente del asiento.

-Lo siento-se disculpó.

-Está bien.

Di media vuelta, a lo cual Yokozawa me habló.

-¿Estás seguro que estás bien?-insistió.

-Si, solo agotado.

Él frunció el ceño.

-Asegurate de descansar Masamune, ya no eres un niño.

Sonreí brevemente.

-Lo sé, nos vemos-me despedí.

 

Abordé nuevamente el ascensor, esta vez dirigiéndome nuevamente a mi departamento.

Mientras iba de camino, no pude evitar pensar que Yokozawa y Kirishima-el jefe del departamento "Japun" se había vuelto extremadamente cercanos. Era extraño verlos juntos, siendo tan distintos entre sí.

Supongo que Yokozawa se desesperaba muy a menudo, Kirishima tenía fama de ser demasiado "confianzudo" y conociendo a Yokozawa...probablemente pasaban discutiendo constantemente.

-Regresé-informé al equipo.

-¿Takano-san, se siente mejor?-preguntó Kisa.

-Si, listo para trabajar de nuevo.

-¡Genial!-exclamó.

-Justamente, necesito que eche un vistazo al manuscrito de Yoshikawa Chiharu, me envió por fax el diseño de los personajes-agregó Hatori.

-Bien, lo haré-respondí tomando las hojas.

"Yoshikawa Chiharu" era uno de nuestros autores mas populares, el que mas vendía. Solo Hatori, Onodera y yo, sabíamos que era un hombre y no una mujer como el resto de los empleados y lectores creían.

En realidad eso no me importaba, lo único importante es que hacía buenas historias y se vendían demasiado rápido.

Después de observar con detenimiento el diseño de los personajes, me dirigí a Hatori.

-Me parecen buenos, pídele que los dibuje e inicie su trabajo.

-De acuerdo-respondió Hatori.

 

El resto de la tarde me encargué de hacer llamadas a los diferentes autores de los que estaba a cargo.

Terminé cerca de las nueve de la noche. Solo quedabamos en el departamento Onodera y yo.

Me levanté del asiento, poniéndome en un solo movimiento el bolso detrás de la espalda.

-Me voy, Onodera-avisé.

Ritsu volteó a verme con el ceño fruncido.

-Si, está bien.

-¿Quieres ayuda?-ofrecí-parece que la estás pasando mal.

-No, solo quiero estar solo-murmuró, esquivando la mirada.

-Bien.

Pasé a un lado de su lugar, dirigiéndome hacia la salida. Pensé por un momento que me detendría o me miraría de rabillo, o en tal caso lloraría...algo que me motivara a quedarme, pero no fue así.

Parecía muy concentrado en lo que hacía y no quise perturbarlo mas.

Aunque no me importaba mucho lo que me dijera y siempre hacía lo que me daba la gana. No quería meterme por hoy en sus asuntos.

 

El asfalto estaba mojado a causa de la lluvia vespertina. Decidí no ir a encerrarme al departamento, era aburrido cuando no tenía a Ritsu para molestarlo.

Me pasé por la librería Marimo. Ahí me atendió el sonriente vendedor llamado "Yukina Kou".

-Buenas noches, Takano-san, ¿cómo estuvo su día?

-Bastante normal-respondí.

-¿Buscaba algo en especial?

-¿Les llegó la última obra de Usami Akihiko?-pregunté.

-Claro, permitame ir a buscarlo.

Asentí.

Me quedé parado con los brazos cruzados mirando alrededor.

"Así que estos son los lugares donde Yokozawa se desenvuelve", me lo imaginaba hablando con cada uno de los vendedores de cada librería.

Seguramente ellos también le tenían cierto respeto, después de todo, Yokozawa tenía una imagen imponente.



El vendedor regresó con el libro en las manos.

-Aquí lo tiene, es el último que quedaba-comentó.

-Bien, lo pagaré.

Yukina Kou sonrió.

-¿Cómo cree?, Yokozawa y mi jefe siempre se encargan de decirnos que cuando se presente alguien de la editorial las obras son gratuitas.

Esbocé media sonrisa.

-Ya veo.

-¿Quiere que se lo envuelva?

Asentí.

-Por favor.

 

Sabía que a Onodera le gustaban las obras de ese autor. Así que quería regalárselo.

Aunque no lo vería esa noche, seguramente, al día siguiente las cosas irían mejor.

O eso quería pensar.

 

Sin detenerme en mas lugares, me dirigí hacia el departamento.

Salí del elevador y vi plantado frente a mi departamento a Yokozawa.

-¿Qué haces aquí?-pregunté sorprendido.

-Te lo vine a traer-dijo mientras me mostraba a Sorata, acunándolo entre sus brazos-¿tenías ganas de verlo, no?

-Si...-lo cargué rápidamente-veo que está bien alimentado-señalé.

-Si, está bien cuidado.

-Ya veo, ¿quieres pasar?

-No, voy con prisa-respondió.

-¿A casa de Zen Kirishima?-pregunté curioso.

 

Yokozawa frunció el ceño.

-Tengo cosas que hacer.

-De acuerdo.

-Te lo dejo por esta noche y aquí está la comida de él-me entregó una bolsa del combini-no te olvides de alimentarlo a sus horas-me recordó.

-Correcto.

-Otra cosa...¿las cosas con Onodera van bien?-preguntó.

-Si, todo está bien.

Yokozawa frunció los labios.

-Si no te conociera tan bien, te creería esa mentira, Masamune.

-¿No ibas con prisa?-le recordé, cortando la conversación.

-Bien me voy, adiós Sorata-se despidió del gato acariciando su cabeza-cuídalo Masamune-señaló firmemente con su voz ronca.

-Lo haré.

Lo vi entrar al elevador y este cerró rápidamente sus puertas.

Suspiré.

"Vaya que Yokozawa parecía la madre de Sorata, lo mima demasiado"pensé con sarcasmo.

Abrí con la llave la puerta y cerré, dejé a Sorata sobre el sofá y me quité el abrigo.

Sorata me miraba con atención, moviendo su cola suavemente.

-Esta será una noche larga, Sorata...-le dije acariciando su lomo-nuevamente estamos solos.

 

Continua.

 
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario