Me llamo Misaki Takahashi, tengo 19 años y desde hace un año vivo en el departamento del gran escritor Usami Akihiko. ¿Cómo es que vine a parar a este lugar?, mi hermano mayor, al que suelo llamar de cariño "nii-chan", resultó ser amigo del novelista.
Todo comenzó por el hecho de que sería mi tutor por un tiempo-hasta que aprobara el exámen de ingreso de la Universidad Mitsuhashi.
Las cosas se complicaron en el camino y terminé viviendo indefinidamente aquí.
Suspiré agotado y me recosté sobre el sofá.
"Qué día tan pesado, tuve que lavar la ropa, cocinar, limpiar el cuarto lleno de Suzukis-san, y aparte tengo que estudiar para el exámen de inglés-que se me complica-que cansado estoy".
Cerré los ojos, intentando relajarme y descansar unos minutos, tal vez, podía dormir algo.
Sentí unas manos deslizarse por debajo de mi camisa y acariciarme el torso, a causa de la sorpresa, me incorporé rápidamente, sentándome en el sofá.
-¿Usagi-san, qué haces?-le pregunté.
-Te veías tan lindo dormido que no me pude resistir-respondió, mientras se acercaba y me abrazaba.
-¡Basta!, ¡no quiero que me hagas nada!-exclamé.
-No seas caprichoso-me dijo-sé buen niño y déjate querer-murmuró.
-¡Que no!-le aventé una almohada en la cara, la cual, esquivó anteponiéndo su brazo-¡no es no!
Usagi-san me miró sorprendido.
-¿Qué pasa?, ¿por qué estás tan irritable?
-Porque he tenido un día complicado, por eso.
-¿Y qué tan complicado puede ser un día en la vida de un niño de 19 años?
-Primero que nada no soy un niño. Y si, es demasiado complicado mi día, me encargo de la casa, lavo tu ropa, preparo la comida y aparte tengo que estudiar un idioma que no comprendo nada-añadí molesto.
Usagi hojeó el libro de inglés con rápidez.
-¿Qué es exactamente lo que no comprendes?-preguntó.
-Esto...-juguetee nerviosamente con mis dedos-.
-Nada, ¿no es así?, no comprendes absolutamente nada.
Lo miré ceñudo.
-Tampoco soy un ignorante...pocas cosas si las sé.
-Ajá, ¿cómo cuáles?
-Algunas palabras, las mas básicas...-susurré.
-Bien, creo que tendré que darte una clase intensiva porque con tus conocimientos "básicos", dudo que apruebes el exámen-dijo, levantándose del sofá-vamos a mi estudio-añadió, dirigiéndose con paso elegante hacia las escaleras.
-Eh... si, ¡ya voy!-recogí mi libro y mi lápiz.
Dos horas después...
-Bien ahora quiero que hagas por ti mismo estos ejercicios-señaló la página del libro- ya te expliqué como cambia el verbo según el tiempo que lo quieres ubicar, ¿correcto?
-Si.
-¿Y quedó entendido?
-Si...
-Bien, entonces termínalos, te los calificaré-agregó, sentándose sobre el sofá a un lado de Suzuki-san.
Mientras se acomodaba, no pude evitar observarlo por el rabillo del ojo. Me había acostumbrado a vivir con Usagi-san y lo veía como una persona normal. Pero en realidad, no era tan "normal". Tenía sus propias manías-además de una vida desordenada-, pero aparte de todo eso, él...era especial.
Emanaba un aura de elegancia y cierto respeto; no era fácil tratarlo ni acercárse a él. Como alguna vez había dicho nii-chan, Usagi-san parecía un principe, de esos... que solo admiras a lo lejos, pero jamás te atreverías a hablarles o a mirarlos directamente.
¿Entonces yo era un afortunado por haber cruzado esa barrera?
Los dedos largos y finos de Usagi, pasaban la hoja de manera elegante. Me sentí un colegial, admirando a su sensei.
En ese momento sonó el teléfono de casa. Aquel sonido me despertó a la "realidad" y continué haciendo los ejercicios del libro.
Usagi-san levantó el auricular y habló con su particular tono "seco" al saludar por teléfono.
-"¿Diga?...ah... -suspiró-Isaka-san, ¿qué quiere?"-preguntó con fastidio.
-"Hoy no puedo, tengo asuntos importantes que atender"-respondió en segundos.
-"Ni se atreva a venir porque no le voy abrir la puerta"-amenazó.
-"Dígale a Eri-san que mañana venga a recoger el manuscrito, ya lo he terminado"-prosiguió.
-"Dije que mañana...no, usted no venga que no lo quiero ver, adiós"-colgó.
Continué haciendo los ejercicios del libro, hasta que sentí unos brazos que me rodearon.
-¿Cómo vas con eso?-preguntó Usagi.
-Esto...bien-escribí la última palabra-ya terminé.
-Bien-Usagi alborotó mi cabello con su mano-...lo revisaré.
Usagi, volvió al sofá y cruzó las piernas. Tomó un marcador rojo y comenzó a revisar mi trabajo.
Yo me senté de tal forma que el respaldo me quedó al frente; apoyé mi mentón sobre las manos y miré con detenimiento a Usagi-san.
Traía lentes, pero a través de ellos, pude observar sus ojos de color azul profundo y sus labios delgados y rosacéos, semiabiertos.
Esos labios que tantas veces me habían besado...unas veces con pasión, otras con ansiedad, y algunas otras con ternura.
Usagi levantó la mirada y me sonrió.
No pude evitar ruborizarme, pensando que se había dado cuenta de que lo miraba.
Se levantó y caminó hasta donde yo estaba. Pasó sus dedos nuevamente sobre mi cabello.
-Lo has hecho bien, te felicito-dijo.
-¿Eh?, ¿en verdad?
Usagi asintió.
-¡Genial!-di un brinquito de alegría-¡ahora si estoy seguro de poder aprobar el examen!-exclamé.
-Espero que así sea-añadió Usagi.
Volvió al sofá, sentándose a leer.
-Esto...¿Usagi-san?, ¿hace un momento te habló Isaka-san?, ¿verdad?
-Si-suspiró.
-¿Va a venir?-pregunté curioso.
-Quería venir, pero le he dicho que no.
-Si te escuché que tienes cosas importantes que atender...y yo aquí haciéndote perder el tiempo...-pasé mi mano nerviosamente por mi cabeza-...perdón.
-Tú eres lo mas importante que tengo que atender-murmuró.
-¿Eh?
-Estaba pensando, en darte un respiro y salir a cenar fuera, ¿qué te parece?
-Pero... ya me disponía hacer la cena ahora mismo-confesé.
Usagi se alzó de hombros.
-Si quieres cenar en casa, pediremos del delivery.
La idea me emocionaba, pocas veces había comido algo del delivery en casa de Usagi.
-¿De verdad?
Usagi sonrió.
-Si, ¿qué te gustaría?
-¡Lo que quieras, lo que sea está bien!
-En ese caso, ¿por qué no tomas una ducha? para que te relajes, mientras yo telefoneó al servicio de delivery-dijo.
-Si...esto...está bien.
Caminé hacia el baño, llenando la tina con agua tibia.
No pude evitar sentirme un poco nervioso, ¿por qué Usagi-san tenía la facilidad de ponerme así, con tan solo saber que estaríamos solos?
¿Hasta cuando el efecto de Usagi-san, terminaría por acostumbrarme?, ¿o es que acaso lo quería tanto que...era imposible controlarme?
Cuando el agua quedó lista, me quité la ropa y me sumergí dentro de las burbujas hechas a causa del jabón líquido de cereza. Los patitos que Usagi-san me había comprado hace tiempo, danzaban en el agua a causa de mis leves movimientos. Aguanté la respiración y cerré los ojos, metiendo mi cabeza dentro del agua, necesitaba claridad, relajarme en verdad, necesitaba que mis nervios desaparecieran, Usagi-san no podía causarme todo esto, me comportaba como si estuviera...enamorado de él...y eso era ¡imposible!, ¡eso no podía ser!.
Continua.
Todo comenzó por el hecho de que sería mi tutor por un tiempo-hasta que aprobara el exámen de ingreso de la Universidad Mitsuhashi.
Las cosas se complicaron en el camino y terminé viviendo indefinidamente aquí.
Suspiré agotado y me recosté sobre el sofá.
"Qué día tan pesado, tuve que lavar la ropa, cocinar, limpiar el cuarto lleno de Suzukis-san, y aparte tengo que estudiar para el exámen de inglés-que se me complica-que cansado estoy".
Cerré los ojos, intentando relajarme y descansar unos minutos, tal vez, podía dormir algo.
Sentí unas manos deslizarse por debajo de mi camisa y acariciarme el torso, a causa de la sorpresa, me incorporé rápidamente, sentándome en el sofá.
-¿Usagi-san, qué haces?-le pregunté.
-Te veías tan lindo dormido que no me pude resistir-respondió, mientras se acercaba y me abrazaba.
-¡Basta!, ¡no quiero que me hagas nada!-exclamé.
-No seas caprichoso-me dijo-sé buen niño y déjate querer-murmuró.
-¡Que no!-le aventé una almohada en la cara, la cual, esquivó anteponiéndo su brazo-¡no es no!
Usagi-san me miró sorprendido.
-¿Qué pasa?, ¿por qué estás tan irritable?
-Porque he tenido un día complicado, por eso.
-¿Y qué tan complicado puede ser un día en la vida de un niño de 19 años?
-Primero que nada no soy un niño. Y si, es demasiado complicado mi día, me encargo de la casa, lavo tu ropa, preparo la comida y aparte tengo que estudiar un idioma que no comprendo nada-añadí molesto.
Usagi hojeó el libro de inglés con rápidez.
-¿Qué es exactamente lo que no comprendes?-preguntó.
-Esto...-juguetee nerviosamente con mis dedos-.
-Nada, ¿no es así?, no comprendes absolutamente nada.
Lo miré ceñudo.
-Tampoco soy un ignorante...pocas cosas si las sé.
-Ajá, ¿cómo cuáles?
-Algunas palabras, las mas básicas...-susurré.
-Bien, creo que tendré que darte una clase intensiva porque con tus conocimientos "básicos", dudo que apruebes el exámen-dijo, levantándose del sofá-vamos a mi estudio-añadió, dirigiéndose con paso elegante hacia las escaleras.
-Eh... si, ¡ya voy!-recogí mi libro y mi lápiz.
Dos horas después...
-Bien ahora quiero que hagas por ti mismo estos ejercicios-señaló la página del libro- ya te expliqué como cambia el verbo según el tiempo que lo quieres ubicar, ¿correcto?
-Si.
-¿Y quedó entendido?
-Si...
-Bien, entonces termínalos, te los calificaré-agregó, sentándose sobre el sofá a un lado de Suzuki-san.
Mientras se acomodaba, no pude evitar observarlo por el rabillo del ojo. Me había acostumbrado a vivir con Usagi-san y lo veía como una persona normal. Pero en realidad, no era tan "normal". Tenía sus propias manías-además de una vida desordenada-, pero aparte de todo eso, él...era especial.
Emanaba un aura de elegancia y cierto respeto; no era fácil tratarlo ni acercárse a él. Como alguna vez había dicho nii-chan, Usagi-san parecía un principe, de esos... que solo admiras a lo lejos, pero jamás te atreverías a hablarles o a mirarlos directamente.
¿Entonces yo era un afortunado por haber cruzado esa barrera?
Los dedos largos y finos de Usagi, pasaban la hoja de manera elegante. Me sentí un colegial, admirando a su sensei.
En ese momento sonó el teléfono de casa. Aquel sonido me despertó a la "realidad" y continué haciendo los ejercicios del libro.
Usagi-san levantó el auricular y habló con su particular tono "seco" al saludar por teléfono.
-"¿Diga?...ah... -suspiró-Isaka-san, ¿qué quiere?"-preguntó con fastidio.
-"Hoy no puedo, tengo asuntos importantes que atender"-respondió en segundos.
-"Ni se atreva a venir porque no le voy abrir la puerta"-amenazó.
-"Dígale a Eri-san que mañana venga a recoger el manuscrito, ya lo he terminado"-prosiguió.
-"Dije que mañana...no, usted no venga que no lo quiero ver, adiós"-colgó.
Continué haciendo los ejercicios del libro, hasta que sentí unos brazos que me rodearon.
-¿Cómo vas con eso?-preguntó Usagi.
-Esto...bien-escribí la última palabra-ya terminé.
-Bien-Usagi alborotó mi cabello con su mano-...lo revisaré.
Usagi, volvió al sofá y cruzó las piernas. Tomó un marcador rojo y comenzó a revisar mi trabajo.
Yo me senté de tal forma que el respaldo me quedó al frente; apoyé mi mentón sobre las manos y miré con detenimiento a Usagi-san.
Traía lentes, pero a través de ellos, pude observar sus ojos de color azul profundo y sus labios delgados y rosacéos, semiabiertos.
Esos labios que tantas veces me habían besado...unas veces con pasión, otras con ansiedad, y algunas otras con ternura.
Usagi levantó la mirada y me sonrió.
No pude evitar ruborizarme, pensando que se había dado cuenta de que lo miraba.
Se levantó y caminó hasta donde yo estaba. Pasó sus dedos nuevamente sobre mi cabello.
-Lo has hecho bien, te felicito-dijo.
-¿Eh?, ¿en verdad?
Usagi asintió.
-¡Genial!-di un brinquito de alegría-¡ahora si estoy seguro de poder aprobar el examen!-exclamé.
-Espero que así sea-añadió Usagi.
Volvió al sofá, sentándose a leer.
-Esto...¿Usagi-san?, ¿hace un momento te habló Isaka-san?, ¿verdad?
-Si-suspiró.
-¿Va a venir?-pregunté curioso.
-Quería venir, pero le he dicho que no.
-Si te escuché que tienes cosas importantes que atender...y yo aquí haciéndote perder el tiempo...-pasé mi mano nerviosamente por mi cabeza-...perdón.
-Tú eres lo mas importante que tengo que atender-murmuró.
-¿Eh?
-Estaba pensando, en darte un respiro y salir a cenar fuera, ¿qué te parece?
-Pero... ya me disponía hacer la cena ahora mismo-confesé.
Usagi se alzó de hombros.
-Si quieres cenar en casa, pediremos del delivery.
La idea me emocionaba, pocas veces había comido algo del delivery en casa de Usagi.
-¿De verdad?
Usagi sonrió.
-Si, ¿qué te gustaría?
-¡Lo que quieras, lo que sea está bien!
-En ese caso, ¿por qué no tomas una ducha? para que te relajes, mientras yo telefoneó al servicio de delivery-dijo.
-Si...esto...está bien.
Caminé hacia el baño, llenando la tina con agua tibia.
No pude evitar sentirme un poco nervioso, ¿por qué Usagi-san tenía la facilidad de ponerme así, con tan solo saber que estaríamos solos?
¿Hasta cuando el efecto de Usagi-san, terminaría por acostumbrarme?, ¿o es que acaso lo quería tanto que...era imposible controlarme?
Cuando el agua quedó lista, me quité la ropa y me sumergí dentro de las burbujas hechas a causa del jabón líquido de cereza. Los patitos que Usagi-san me había comprado hace tiempo, danzaban en el agua a causa de mis leves movimientos. Aguanté la respiración y cerré los ojos, metiendo mi cabeza dentro del agua, necesitaba claridad, relajarme en verdad, necesitaba que mis nervios desaparecieran, Usagi-san no podía causarme todo esto, me comportaba como si estuviera...enamorado de él...y eso era ¡imposible!, ¡eso no podía ser!.
Continua.
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