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martes, 21 de mayo de 2013

Misaki Takahashi:El amor está lleno de lecciones...que todos necesitan un buen profesor. parte 1.

Me llamo Misaki Takahashi, tengo 19 años y desde hace un año vivo en el departamento del gran escritor Usami Akihiko. ¿Cómo es que vine a parar a este lugar?, mi hermano mayor, al que suelo llamar de cariño "nii-chan", resultó ser amigo del novelista.

Todo comenzó por el hecho de que sería mi tutor por un tiempo-hasta que aprobara el exámen de ingreso de la Universidad Mitsuhashi.

Las cosas se complicaron en el camino y terminé viviendo indefinidamente aquí.

 

Suspiré agotado y me recosté sobre el sofá.

"Qué día tan pesado, tuve que lavar la ropa, cocinar, limpiar el cuarto lleno de Suzukis-san, y aparte tengo que estudiar para el exámen de inglés-que se me complica-que cansado estoy".

Cerré los ojos, intentando relajarme y descansar unos minutos, tal vez, podía dormir algo.

Sentí unas manos deslizarse por debajo de mi camisa y acariciarme el torso, a causa de la sorpresa, me incorporé rápidamente, sentándome en el sofá.

-¿Usagi-san, qué haces?-le pregunté.

-Te veías tan lindo dormido que no me pude resistir-respondió, mientras se acercaba y me abrazaba.

-¡Basta!, ¡no quiero que me hagas nada!-exclamé.

-No seas caprichoso-me dijo-sé buen niño y déjate querer-murmuró.

-¡Que no!-le aventé una almohada en la cara, la cual, esquivó anteponiéndo su brazo-¡no es no!

Usagi-san me miró sorprendido.

-¿Qué pasa?, ¿por qué estás tan irritable?

-Porque he tenido un día complicado, por eso.

-¿Y qué tan complicado puede ser un día en la vida de un niño de 19 años?

-Primero que nada no soy un niño. Y si, es demasiado complicado mi día, me encargo de la casa, lavo tu ropa, preparo la comida y aparte tengo que estudiar un idioma que no comprendo nada-añadí molesto.

Usagi hojeó el libro de inglés con rápidez.

-¿Qué es exactamente lo que no comprendes?-preguntó.

-Esto...-juguetee nerviosamente con mis dedos-.

-Nada, ¿no es así?, no comprendes absolutamente nada.

 

Lo miré ceñudo.

-Tampoco soy un ignorante...pocas cosas si las sé.

-Ajá, ¿cómo cuáles?

-Algunas palabras, las mas básicas...-susurré.

-Bien, creo que tendré que darte una clase intensiva porque con tus conocimientos "básicos", dudo que apruebes el exámen-dijo, levantándose del sofá-vamos a mi estudio-añadió, dirigiéndose con paso elegante hacia las escaleras.

-Eh... si, ¡ya voy!-recogí mi libro y mi lápiz.

 

Dos horas después...

 

-Bien ahora quiero que hagas por ti mismo estos ejercicios-señaló la página del libro- ya te expliqué como cambia el verbo según el tiempo que lo quieres ubicar, ¿correcto?

-Si.

-¿Y quedó entendido?

-Si...

-Bien, entonces termínalos, te los calificaré-agregó, sentándose sobre el sofá a un lado de Suzuki-san.

 

Mientras se acomodaba, no pude evitar observarlo por el rabillo del ojo. Me había acostumbrado a vivir con Usagi-san y lo veía como una persona normal. Pero en realidad, no era tan "normal". Tenía sus propias manías-además de una vida desordenada-, pero aparte de todo eso, él...era especial.

Emanaba un aura de elegancia y cierto respeto; no era fácil tratarlo ni acercárse a él. Como alguna vez había dicho nii-chan, Usagi-san parecía un principe, de esos... que solo admiras a lo lejos, pero jamás te atreverías a hablarles o a mirarlos directamente.

¿Entonces yo era un afortunado por haber cruzado esa barrera?

Los dedos largos y finos de Usagi, pasaban la hoja de manera elegante. Me sentí un colegial, admirando a su sensei.

En ese momento sonó el teléfono de casa. Aquel sonido me despertó a la "realidad" y continué haciendo los ejercicios del libro.

Usagi-san levantó el auricular y habló con su particular tono "seco" al saludar por teléfono.

-"¿Diga?...ah... -suspiró-Isaka-san, ¿qué quiere?"-preguntó con fastidio.

-"Hoy no puedo, tengo asuntos importantes que atender"-respondió en segundos.

-"Ni se atreva a venir porque no le voy abrir la puerta"-amenazó.

-"Dígale a Eri-san que mañana venga a recoger el manuscrito, ya lo he terminado"-prosiguió.

-"Dije que mañana...no, usted no venga que no lo quiero ver, adiós"-colgó.

 

Continué haciendo los ejercicios del libro, hasta que sentí unos brazos que me rodearon.

-¿Cómo vas con eso?-preguntó Usagi.

-Esto...bien-escribí la última palabra-ya terminé.

-Bien-Usagi alborotó mi cabello con su mano-...lo revisaré.

 

Usagi, volvió al sofá y cruzó las piernas. Tomó un marcador rojo y comenzó a revisar mi trabajo.

Yo me senté de tal forma que el respaldo me quedó al frente; apoyé mi mentón sobre las manos y miré con detenimiento a Usagi-san.

Traía lentes, pero a través de ellos, pude observar sus ojos de color azul profundo y sus labios delgados y rosacéos, semiabiertos.

Esos labios que tantas veces me habían besado...unas veces con pasión, otras con ansiedad, y algunas otras con ternura.

Usagi levantó la mirada y me sonrió.

No pude evitar ruborizarme, pensando que se había dado cuenta de que lo miraba.

Se levantó y caminó hasta donde yo estaba. Pasó sus dedos nuevamente sobre mi cabello.

-Lo has hecho bien, te felicito-dijo.

-¿Eh?, ¿en verdad?

Usagi asintió.

-¡Genial!-di un brinquito de alegría-¡ahora si estoy seguro de poder aprobar el examen!-exclamé.

-Espero que así sea-añadió Usagi.

 

Volvió al sofá, sentándose a leer.

-Esto...¿Usagi-san?, ¿hace un momento te habló Isaka-san?, ¿verdad?

-Si-suspiró.

-¿Va a venir?-pregunté curioso.

-Quería venir, pero le he dicho que no.

-Si te escuché que tienes cosas importantes que atender...y yo aquí haciéndote perder el tiempo...-pasé mi mano nerviosamente por mi cabeza-...perdón.

 

-Tú eres lo mas importante que tengo que atender-murmuró.

-¿Eh?

-Estaba pensando, en darte un respiro y salir a cenar fuera, ¿qué te parece?

-Pero... ya me disponía hacer la cena ahora mismo-confesé.

 

Usagi se alzó de hombros.

-Si quieres cenar en casa, pediremos del delivery.

La idea me emocionaba, pocas veces había comido algo del delivery en casa de Usagi.

-¿De verdad?

Usagi sonrió.

-Si, ¿qué te gustaría?

-¡Lo que quieras, lo que sea está bien!

-En ese caso, ¿por qué no tomas una ducha? para que te relajes, mientras yo telefoneó al servicio de delivery-dijo.

-Si...esto...está bien.

Caminé hacia el baño, llenando la tina con agua tibia.

No pude evitar sentirme un poco nervioso, ¿por qué Usagi-san tenía la facilidad de ponerme así, con tan solo saber que estaríamos solos?

¿Hasta cuando el efecto de Usagi-san, terminaría por acostumbrarme?, ¿o es que acaso lo quería tanto que...era imposible controlarme?

Cuando el agua quedó lista, me quité la ropa y me sumergí dentro de las burbujas hechas a causa del jabón líquido de cereza. Los patitos que Usagi-san me había comprado hace tiempo, danzaban en el agua a causa de mis leves movimientos. Aguanté la respiración y cerré los ojos, metiendo mi cabeza dentro del agua, necesitaba claridad, relajarme en verdad, necesitaba que mis nervios desaparecieran, Usagi-san no podía causarme todo esto, me comportaba como si estuviera...enamorado de él...y eso era ¡imposible!, ¡eso no podía ser!.

Continua.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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