Translate

lunes, 29 de abril de 2013

Yokozawa Takafumi"Los días normales, pueden tener finales imprevistos" 2 parte.

Salí de la habitación, con el bolso en la mano. Kirishima me esperaba en la sala, y nada mas verme, alzó una ceja.

-¿Piensas ir vestido así al parque?-preguntó de forma crítica.

-Si, ¿qué tiene de malo?

-¿Estás de broma, Yokozawa?, ir con camisa, corbata y pantalón de vestir, está muy fuera de lugar-señaló con una sonrisa cínica.

-¿Y qué se supone que debo usar?-le eché una mirada de arriba a abajo-¿quieres que use pantaloncillos cortos, como tú?

-Si, ¿por qué no?, deja de ser tan egoísta con los demás y muestra tus encantos-agregó entre risas.

Kirishima dio una vuelta para que le mirara. Realmente se veía bien, vistiendo informal. Sus piernas largas, estaban atléticas y bien formadas, el solo pensar así, me puso nervioso.

-¿Eh?, ¿en qué estás pensando, Yokozawa?, tu rostro está totalmente rojo...-señaló-acaso...¿te gusta como me veo?-preguntó divertido.

-¿Quién está rojo?, ¡yo no me pongo rojo!, ¡deja de decir idioteces!-exclamé alterado.

-Ahí vamos de nuevo...-murmuró.

-¿Qué?

-¿Puedes dejar de ser tan "tsundere", el día de hoy?

-¡Otra vez con eso de Tsundere!, ¿qué demonios significa eso?

 

En ese momento, Hiyo salió de su habitación, con su pequeño bolso en mano y en el otro brazo, llevaba a Sorata.

-¡Papá!, ya deja de molestar a onii-chan-reclamó.

Kirishima sonrió.

-Lo siento, Hiyo.

-Te ayudaré-ofrecí, cargándole el bolso.

-Gracias, onii-chan.

 

Kirishima llevó la cesta y la nevera portátil, echándola en la parte trasera del auto.

-Está pesada Hiyo, ¿pusiste muchas cosas de comer?-preguntó Zen.

-Algunas-sonrió divertida.

-¿Quieres que maneje?-pregunté a Kirishima.

-¿Por qué querría que manejes mi auto?-cuestionó.

-No sé...solo preguntaba.

Suspiró.

-Solo quiero que te relajes y seas bueno, yo me encargaré de todo, jovencito-Repuso Kirishima en un tono muy "formal". Me abrió la puerta del lado del copiloto-...vamos, entra-indicó.

Fruncí el ceño y entré al auto. Después, se subió él y arrancó.

 

Durante el trayecto, Kirishima y Hiyo, entonaron canciones alegres de música pop. Kirishima parecía muy divertido y realmente su actitud se veía mas juvenil, de su edad verdadera.

Yo no conocía mucho de música... y mucho menos de música pop; Así que solo me dediqué a mirar el paisaje por la ventanilla. Ahora que lo pensaba bien, en el pasado, jamás había compartido con Masamune momentos así, todo a su alrededor era tan triste, que me olvidé de vivir momentos felices a su lado...era de esperarse después de todo, ¿no?, él no me amaba, pensaba en otra persona...¿cómo podría ser alguien así feliz?

Por un momento, me sentí extraño...hace mucho tiempo que no recordaba tiempos pasados con "él" y al ahora, cruzarse por mi mente, me parecían ajenos...increíblemente, ya no era algo doloroso...cada vez mas, me daba cuenta, que mi corazón había sanado.
 



Cuando llegamos, al parque. Me sorprendí de la enorme belleza natural que tenía ante mis ojos.

-¿Te gusta?-me preguntó Kirishima.

-Es hermoso...hace mucho tiempo que no visitaba un lugar así-respondí.

Kirishima sonrió.

-Te veías muy pensativo en el auto, ¿en qué pensabas?-señaló.

Suspiré.

-En nada importante-respondí-¿en qué te ayudo?

-Lleva la cesta...-dijo.

-De acuerdo-aprobé.

 

Caminando a un lado de él, me di cuenta que sonreía muy alegre.

-¡Hey, Hiyo!, ¿has encontrado un buen lugar?

-Si, aquí papá, frente al río.

-¿Qué te parece onii-chan?, ¿no te recuerda a algo en particular?

-¿A qué?-pregunté sin comprender.

-Vamos...no deberías de relajarte tanto, mira si el guardabosques o las personas te confunden con cierto "oso" de cierta "caricatura infantil", tendríamos grandes problemas.

Lo miré ceñudo.

-Yo no soy un oso...

Zen se echó a reír.

-No lo eres pero pareces uno y mas con esa corbata, solo te falta usar un sombrero...

-¡Ya basta!-protesté.

-Vaya que pesa esto...-dijo Kirishima ignorando mi molestia-¿qué metiste en la hielera, Hiyo?

Zen abrió la hielera.

-¿Qué significan todas estas latas de atún y cajas de leche?, ¿esto es lo que vamos a comer?-preguntó con frustración.

-No seas tonto...esto es para Sorata.

-¿Eh?, ¿tú has puesto todo esto?

-Entre Hiyo y yo.

-No puedo creer que un gato coma tanto...por eso se ve tan gordo-criticó.

-No está gordo, es su pelaje que lo hace ver esponjado-defendí.

Kirishima suspiró.

-Me siento parte de un zoológico, entre gatos y osos...

Sorata caminó hacia Kirishima, frotándose en sus piernas.

-Pero si los soporto es porque los quiero...-añadió Zen sonriendo.

-Ja, no me haces ningún favor, que nosotros también tenemos mucho que soportarte-inquirí.

-Claro, claro-me guiñó el ojo-debo ser un suplicio, especialmente cuando tratamos "asuntos en privado", ¿cierto, Yokozawa?-preguntó con descaro.

Los colores se me subieron al rostro. ¿Por qué demonios preguntaba algo así delante de Hiyo?

-¿Qué asuntos, papá?-preguntó inocentemente Hiyo.

-Ah, pues, verás...

-¡Hiyo!, vamos a recorrer el parque, ¿quieres?-ofrecí, tomándola rápidamente de la mano y llevándola lejos de su padre pervertido.

Eché una mirada a Zen y solo lo vi sonreír muy "contento"...

Uno de estos días...su cinismo, me iba a matar de un disgusto.


Continua.

sábado, 27 de abril de 2013

Yokozawa Takafumi: "Los días normales pueden tener finales imprevistos".



 

Nos encontrábamos sentados en la mesa, comiendo el famoso curry de Hiyo, cuando, Zen , se levantó, dando un palmada con sus manos para llamar nuestra atención.

-Familia, quiero que presten mucha atención, tengo algo importante que comunicarles-informó.

-¿De qué se trata, papá?-preguntó Hiyo con curiosidad.

-Quiero que vayamos de excursión los tres a un parque, ahí comeremos y pasaremos el día.

-¡Esa es una idea genial, papá!-exclamó animosa Hiyo.

-¿Qué opinas, Yokozawa?-preguntó Kirishima,mirándome con atención.

-Creo que yo no podré...tengo mucho trabajo-respondí.

 

El rostro de Hiyori se puso triste.

-Es verdad, onii-chan, está muy ocupado, será en otra ocasión...-recompuso con una sonrisa-voy a lavar los platos.

Cuando Hiyori terminó de recoger los platos y nos encontramos solos, Zen se sentó a un lado mío, mirándome inquisitivamente.

-¿Por qué me miras así?-protesté.

-¿Sabes que acabas de romper las ilusiones de una niña?-preguntó con aflicción.

-Eh...lo lamento, pero en verdad yo no...

-Yokozawa...-instaló su mano sobre mi brazo-¿sabes cuántas oportunidades hay como esta?, el trabajo, nunca se terminará, seguirá ahí hasta que nos hartemos y nos jubilemos; pero hiyo, pronto entrará a la adolescencia y no va a querer salir con nosotros como ahora, nos va querer tener a veinte metros de distancia, éste es el momento de disfrutarla, aún, cuando todavía nos quiere.

Sopesé la idea por un segundo.

Kirishima podía no estar tan equivocado. Hiyo crecería, querrá salir con sus amigas...y su...-haciéndoseme un nudo en la garganta, tuve que aceptar la idea-...novio.

Caminé en silencio hacia la cocina y vi a la pequeña, lavando los platos con esmero. Ella no tenía propiamente una vida infantil, sino el de una adulta, con responsabilidades extras. No solo el encargarse de sus estudios, sino también de la casa, de ella misma y de el inútil de Kirishima.

Me instalé a su lado y vi como sus ojitos estaban opacados de tristeza. Ver así a una persona tan inocente y pura, me partía el corazón.

-Hiyo...te ayudaré a secarlos-ofrecí.

-Gracias, onii-chan-se esforzó por sonreir.

-Tú...querías mucho ir al picnic, ¿verdad?-indagué.

-Si, pero, si estás ocupado en tu trabajo, podrá ser en otra ocasión-respondió con amabilidad.

Sin duda ella, era mas educada y diplomática que el chantajista de su padre.

-No... no lo dejaremos para otra ocasión, iremos-aseguré.

-¿Eh?, ¡¿de verdad, onii-chan?!-sus ojos se iluminaron de inmediato.

-Claro que sí, Hiyo, un día que falte al trabajo, no pasará nada-respondí sonriendo.

-¡Esa voz me agrada!-terció Kirishima, que se encontraba apoyado en la puerta de la cocina.

-¡¿Desde cuando estás escuchando conversaciones ajenas?!-protesté.

-¿Ajenas?, si somos familia...-repuso orgulloso. Caminó hacia  Hiyo para abrazarla-¡lo logramos pequeña, convencimos al tsundere de ir al picnic!-dijo animoso.

-¡¿Al...qué?!

-Pero...sora-chan, vendrá con nosotros, ¿verdad?-preguntó Hiyo con preocupación.

-Mmm...no sé-respondió Kirishima dudoso.

Hiyo y yo le echamos una mirada ceñuda.

-¡De acuerdo, de acuerdo!-repuso Zen-sorata también nos acompañará.

-¡Genial!-exclamó Hiyo-prepararé la comida y la pondré en una cesta.

-¿Y a todo esto...cuándo iremos?-pregunté.

-Mañana, por supuesto-respondió Kirishima-¿les gusta la idea del picnic o prefieren la playa?...Hiyo, ¿no te gustaría ver a onii-chan en bañador de abuela?-preguntó entre risas.

-¡¿Qué?!...¡¿Cómo se te ocurre?!...no usaré bañador, iremos al picnic y punto-protesté.

Ambos se rieron de mi reacción.

-Ya, ya...entendí-me dijo-Hiyo, ve preparando tu ropa, acamparemos en la noche.

-¡¡Si!!-exclamó Hiyori, corriendo hacia su habitación.

-¿Ves?-susurró Kirishima en mi oído-la acabas de hacer feliz, ¿a qué se ve mas linda así?

-Si, sin duda...-afirmé.

La alegría de Hiyo era poderosa y contagiosa... desde que la había conocido, mi vida también empezaba a cobrar sentido y parecerme feliz.


Continua.
 

 

 

 

Junjou Mistake parte Final.

Baby Romántica







En el pasillo me encontré a Akihiko. Frunció el ceño al verme, como había pronosticado, estaba enojado.

-Hola Akihiko-saludé agitando la mano-buen día, ¿qué haces por acá?

Me mostró una serie de hojas que llevaba en la mano.

-Vine a entregarle esto, a Eiri-san.

-¿Qué es?

-El manuscrito.

-Pero hoy tenemos una reunión a las tres en tu casa.

-Lo siento, pero tengo un asunto personal-agregó con altivez.

Le conocía bien, Akihiko siempre solía evitar las situaciones cuando le desagradaban.

-Ah, ah...ya veo...estás molesto por lo de ayer, ¿cierto?

-Lo estoy, Isaka-san-respondió sin reparos-...su intervención de ayer en el restaurante, fue de mal gusto.

-Supongo que el chibi-tan se molestó también.

-Ambos-me echó una mirada acusadora.

-Lo lamento Akihiko, había tomado demasiado.

-De igual forma-ignoró mi disculpa- me alegro que tu asistente llegó a tiempo, o no sé como hubiera reaccionado después.

-¿Eh?, Akihiko, ¡siempre eres tan cruel!-añadí en un tono falsamente melodramático.

Frunció los labios.

-¿Podría darle esto a Eiri-san?, llevo prisa.

-Está bien.

-Con permiso.

-¡Hasta luego!, ¡saludos al chibi-tan!-lo despedí sonriendo de forma amistosa. Akihiko me dio la espalda y solo respondió un "gracias" de forma cortante.

"Vaya que tenía un carácter de mierda".

Pero era un buen escritor, uno de los mejores en Marukawa. ¿Cómo podía ser que alguien con esa actitud, escribiera novelas románticas?.

Sentí lástima momentánea por el chibi-tan...lo que tenía que soportarle.

 

A la hora de la salida, Asahina no mencionó palabra alguna que no fuese sobre trabajo o las citas pendientes para el día siguiente; parecía que su estado de animo no iba a cambiar tan fácilmente. Y eso me estaba desesperando.

En la editorial estaba acostumbrado a fingir una sonrisa y ser amable con la mayoría de los empleados, pero con él, no tenía porque fingir...y aunque lo hiciera, sabría que no es mi personalidad original.

-Asahina...-interrumpí el silencio del ambiente-antes de ir a casa de mis padres, quiero que hagamos una parada a la florería.

Asahina me miró con curiosidad.

-¿Va a llevarle flores a su madre?

Fruncí el ceño.

-¿Qué tiene de raro querer comprar flores?, haz lo que te digo-ordené.

-Está bien-respondió.

 

Hizo la parada en una florería que estaba frente a una cafetería.

-¿Qué desea comprar?, yo iré...- ofreció mientras se desabrochaba el cinturón de seguridad.

-Iré yo-añadí y me bajé rápidamente del auto.

 

El establecimiento parecía un jardín. Nada mas entrar, y me encontré rodeado por plantas y bellas flores de distintos colores y estilos. Nunca había ido a una florería a comprar algo, no estaba habituado, de todo eso se podía encargar algún empleado, sin embargo...

-Buenas noches-salió a mi encuentro un hombre joven y alto, con una radiante sonrisa-¿le puedo ayudar en algo?-preguntó con amabilidad.

-Si, quiero un gran ramo de flores, quiero algo especial...

El vendedor sonrió.

-¿Qué tipo de flor le gustaría?-preguntó.

-Eh...no sé...

-¿Qué le parecen rosas?-sugirió.

-Si, supongo, que rosas está bien.

-Tenemos la rosa llamada "baby romántica", tiene un color delicado y un aroma suave-la describió mientras me la mostraba.

-Entonces esas, y ¿habrá alguna otra flor que tenga un color que alegre el ramo?

-¿Amarillas?

-Genial.

 

El vendedor formó un ramo de sesenta rosas, las envolvió en papel transparente y las anudó con un listón de color celeste.

Mientras me cobraba, me fijé en su nombre en el gafete.

-Quédate con el cambio,gracias Nowaki-san-dije mientras salía por la puerta.

-Gracias, vuelva pronto-sonrió amablemente.

 

Entré rápidamente al auto, sintiéndome un cursi por llevar aquel ramillete en las manos.

-¿Qué te parecen?-le pregunté a Asahina.

-Son hermosas, seguramente a su madre le van a encantar.

-No son para ella, baka...las compré para ti-le acerqué el ramo.

-¿Para...mi?-preguntó sorprendido.

 

Suspiré.

-Con esto quiero decir que "lo siento" por lo de la otra noche. En su momento, no me había dado cuenta que te habías enfadado tanto, hasta que comencé a sentir tu ausencia...yo...yo no te quiero perder por un malentendido-expliqué.

Asahina me miraba en silencio.

-Bueno, ¿vas a agarrar el maldito ramo o no?-pregunté molesto.

Asahina sonrió.

-Gracias Ryuichiro-sama, me haces muy feliz-añadió , volviéndome el rostro con sus dedos para que le mirase...

Y me besó. Fue un beso suave, tierno, profundo...

-¡¡baka, baka!!-le di un empujón- ¡conduce rápido que llegaremos tarde!-exclamé para apurarlo.

Asahina sonrió.

-Si-respondió con su habitual tono obediente. Como un sirviente fiel obedece a su amo.

Su rostro serio, se recompuso y en lugar de ello, una sonrisa se formó en la comisura de sus labios.

Comprendí que aunque yo tenía mas poder en nuestra vida social, laboral y familiar, Asahina tenía un poder especial que me atraía, haciéndome sentir un cursi...

Comprendí que mi felicidad era él...

Y si Asahina era feliz...yo lo era también.

 

miércoles, 24 de abril de 2013

Junjou Mistake-segunda parte.


"Anímate"


Había llegado a Marukawa con diez minutos de retraso; pero no me importó, después de todo, ¿quién se atrevería a contradecir al dueño?

Aburrido apoyé los codos sobre la mesa de reunión, mientras veía las discusiones acaloradas entre los departamentos.

Suspiré fastidiado.

"Esto era lo mismo de siempre".

Cada que había una junta para decidir cuantos ejemplares se debían publicar, los tres departamentos nunca lograban ponerse de acuerdo y terminaban peleándose los unos con los otros.

Yokozawa Takafumi era el mas reacio en cuanto a de números se tratara. El llamado "Oso Gruñón", defendía el área de ventas, siendo a veces hasta agresivo; pero, era reconocido por hacer bien su trabajo.

Takano Masamune, tenía prácticamente poco tiempo como jefe editor, pero destacaba por su gran capacidad de liderazgo y de haber salvado a la editorial de la quiebra.

Miré al editor nuevo, Ritsu Onodera, callado, viendo la pelea con ojos sorprendidos.

Sonreí para mis adentros.

"¿En verdad él sería el heredero de la editorial Onodera?".

Parecía mas asustado que un ratón. Todo lo opuesto a mi.

Aún cuando todo mundo me veía como el "heredero inútil" que le iba bien por influencia de su padre...saqué la seguridad suficiente para demostrar mi talento como editor, aún si bien, en ese tiempo lo que quería realmente era ser escritor.

Akihiko fue la causa por la que había dejado esa idea de lado. En lugar de sentirme envidioso de su talento, me rendí ante el hecho de que:" yo debía continuar como editor y encargarme de la empresa".

Asahina lo sabía desde el principio, siempre me conoció bien, incluso mas que mis propios padres. Eso me recordaba...Asahina estaba molesto conmigo...por una idiotez evidentemente...¿pero en qué estaba pensando?...

Estaba claro que siempre Akihiko me agradó; solía llevarme bien con él, incluso cuando yo le llevaba cinco años mas. Después, al descubrir su "don" para escribir, lo llegué a admirar...reconocía que era bien parecido y me gustaba molestarlo-era fácil hacerlo, al crecer, su carácter se volvió frío e impaciente-pero jamás lo había visto con ojos de amante.

Al único que veía de esa manera era al tonto de Asahina.

Desde el principio siempre había sido él, desde niños...

Crecí en un hogar con comodidades, atendido por los sirvientes y sintiéndome superior.

Por aquellos años, había escuchado una breve conversación entre mis padres: "la familia de Asahina estaba en bancarrota y el padre intentó suicidarse junto con su familia".

De niño. no comprendía del todo que significaba eso. Incluso, mi madre habló conmigo, mientras jugaba solo en mi habitación: "tendrás un compañero de juegos"-me había dicho.

Sin conocerle aún, me había puesto celoso. "Yo no quería un compañero de juegos, yo quería toda la atención para mi solo".

Pero, al verle, con su cuerpo lastimado , su brazo vendado y su rostro lloroso, sentí el instinto de protegerlo, como si fuera una piedra preciosa...

Al crecer, me enamoré de él. Lo mantuve en secreto...hasta que estuve a punto de verlo irse de mi lado...

"¿Acaso de nuevo quería irse de mi lado?".

 

-¿Isaka-san?-me llamó Takano-¿se encuentra bien?-preguntó.

Me di cuenta que no había puesto atención a la junta y me había perdido en mis pensamientos.

-¡Claro!-sonreí creíblemente-...y bien, ¿cuántos números sugieren hacer?-traté de retomar el tema.

-Estaba proponiendo diez mil números para este mes-respondió Takano.

Yokozawa protestó.

-¡Estas mal de la cabeza!, no se venderá esa cantidad en un mes...si acaso siete mil.

-¡Ja!, seguramente estás bromeando-añadió Takano con seguridad-es la autora mas vendida en este momento.

Chistó Yokozawa.

-¿Es la cifra mas ridícula que propones?-contraatacó.

-¡¿Eh?!, ¿ridícula?...deberías poner mas atención a las gráficas de ventas, se supone que "ESA ES TU ÁREA", Yokozawa-acusó Takano.

Yokozawa miró a Takano con ojos asesinos y rechinó los dientes; parecía que en cualquier momento estallaría.

-¡Oigan, oigan!, tranquilícense...-intervine-¿qué les parece ocho mil quinientas copias?,¿ y vemos como responde el mercado?

Ambos fruncieron el ceño.

-¿Qué opinas, Onodera?-le pregunté al verlo tan callado.

Su rostro se tornó rojo y titubeó al hablar.

-Esto...yo creo...que ocho mil quinientas está bien-secundó.

-Ocho mil quinientas no bastarán-refutó Takano.

-Es demasiado, de todas formas-murmuró entre dientes Yokozawa.

-Cálmense, todo irá bien. Si se necesitan mas, haremos extra unos cuantos tomos de mas y si es menos, hay que motivar a nuestros vendedores para que se esfuercen y nos apoyen con la venta-sonreí.



Takafumi frunció los labios.



-Bien...si esto no tiene remedio y ya lo decidiste...-se levantó Yokozawa-regreso a mi departamento.

-Yo también...vamos Onodera-ordenó Takano.

-Onodera...-le llamé antes que cruzara la puerta.

El editor nuevo, volteó con rostro de miedo.

-¡Sigue esforzándote!-sonreí animoso.

-Si...gracias-respondió ruborizado.

 

Cuando me encontré solo en la sala de reunión, tuve una gran sensación de hastío. Era mas fácil pensar cuando estaba rodeado de gente, aún si bien, el ambiente no era del todo favorable.

La soledad no me hacía bien. La detestaba...

"Tenía que ver a Asahina"-pensé.

Me levanté de la silla decidido a buscarle.

 

Continua.

lunes, 22 de abril de 2013

Junjou Mistake-Izaka-san:"En el amor... los malentendidos están a la orden del día"



Junjou Mistake






Me había levantado con un fuerte dolor de cabeza. Recordé que estaba así, porque la noche anterior había bebido de mas.

Me levanté mirando el reloj despertador.

"Faltaban quince minutos para las doce de la tarde".

Dentro de mi molestia a causa de la jaqueca, por resaca, fuí conciente que a las doce y media, tenía una cita importante en la editorial.

Me levanté molesto de la cama, buscando a mi asistente, Kaoru Asahina.

-¡Mierda!, ¡¿dónde estás, Asahina?!-le llamé irritado.

Buscándolo descalzo, lo encontré en el baño, doblando unas toallas.

-¡¿Por qué demonios no contestas?!-protesté-¡y ni siquiera se te ocurre levantarme!, ¿sabes que a las doce y media, tengo una reunión con los departamentos?

Asahina volvió su rostro inescrutable, y respondió:

-Lo recuerdo, Ryuichiro-sama, y estaba preparándote el agua de la tina, para que te dieras antes un baño.

-Mmm...si, eso me vendría bien-concedí.

Me dispuse a quitarme la ropa, cuando Asahina me interrumpió.

-Prepararé tu desayuno-añadió saliendo del baño.

"¿Qué le pasaba?, ¿de cuándo acá era tan reservado?, si, siempre me veía desnudo.

Llevábamos cerca de diez años juntos, como pareja y toda una vida de conocernos desde niños. Jamás hubo tabúes en nuestro trato cotidiano...

Esto estaba raro.

Salí del baño y entré a mi habitación a cambiarme. Encontré mi traje, camisa y corbata, colocado cuidadosamente encima de la cama. Asahina acostumbraba a escogerme la ropa y los zapatos que usaba cada día; no es que yo no pudiera hacerlo...mas bien, estaba acostumbrado a que me mimara y complaciera.

Me dirigí a la cocina y mi desayuno ya estaba puesto sobre la mesa.

Asahina me acercó una taza con café, y se sentó delante mío, escribiendo en su agenda.

-A las tres de la tarde, tienes una cita con Eiri-san, para revisar el manuscrito de Usami-sensei-habló mecánicamente-...y a las ocho de la noche, tienes una cena familiar en casa de tus padres...

Bebí un trago del café, mientras me dedicaba a observarlo. Noté que en ningún momento, me había mirado y eso me molestó.

Di un manotazo en la mesa irritado. Asahina levantó la mirada sorprendido.

-¡¿Qué mierda te pasa?!, ¿por qué no me volteas a ver?, ¡no soy invisible!.

 

Asahina suspiró.

-No me pasa nada...-se levantó de la silla-deberías poner mas atención a tus pendientes y no a mis reacciones-aclaró.

-¡Es imposible concentrarme, cuando me estás ignorando!...sabes que detesto eso-protesté.

-Lo sé, Ryuichiro-sama a usted le gusta llamar mucho la atención-agregó.

-¿A qué te refieres?

-Parece que lo has olvidado, pero fuiste algo molesto anoche, en tu encuentro con Usami-sensei.

-¿Eh?

¿En verdad no lo recuerdas?-preguntó con incredulidad.

Haciendo memoria, recordé vagamente, que me había encontrado a Akihiko y al chibi-tan, cenando en el mismo restaurante.

-¿Qué fue lo que hice?-pregunté rendido.

-Hablaste sobre cosas personales del sensei, además...

-¿Qué?

Asahina frunció los labios.

-Prácticamente, te le declaraste-respondió con seriedad.

 

Abrí los ojos sorprendido.

-¿Eso hice?-murmuré.

"No recordaba nada de ello...en verdad había bebido demasiado".

Asahina me miró seriamente, esperando mi reacción.

-¡Ja, ja, ja!-reí, después de minutos-¡ya me imagino la cara de Akihiko!, ¡seguramente, querrá matarme!-comenté divertido.

Lejos de lo que esperaba, Asahina se dio la media vuelta y añadió:

-Prepararé el auto.

Me dejó solo en la cocina.

"¿Qué le estaba pasando?, ¿acaso no entendía una broma?".

Suspiré incapaz de comprenderlo.

-"Que falta de sentido del humor"-murmuré para mi mismo, mientras lo escuchaba salir del departamento.

Continua..

 

miércoles, 17 de abril de 2013

Ritsu Onodera: "Nadie sabe lo que tiene, hasta que estás a punto de perderlo" Parte Final.



Ritsu Onodera



Entré al baño, con el disfraz en las manos, me miré al espejo y me imaginé, metido en ese traje que parecía demasiado caluroso.

-¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡Imposible, no puedo hacerlo!!!!!!!!!!!!!!!-exclamé desesperado.

Takano-san seguramente lo hacía a propósito, era cierto que tenía que responsabilizarme del evento, pero esto de disfrazarme, apostaba que también le traería cierta diversión personal.

Ya me lo estaba imaginando carcajeando de manera estruendosa al verme con ese disfraz de oso, como cada vez que me ponían en ridículo.

Takano-san podía ser muy malicioso y cruel...

"No le daría veneno al alacrán"

Tenía que buscar una solución rápido...¿qué tal un mesero?, ah pero seguramente, Takano-san estaría vigilando mis movimientos y si se daba cuenta de ello me diría algo como...

"COMO EDITOR, ERES UN FRACASO"

Eso, no me lo podía permitir. Me había salido de la editorial de mi padre, para demostrárles a todos los que me criticaban que estaban equivocados, que yo podía hacer bien mi trabajo, sin ayuda de mi familia.

"Debía encontrar otra solución y rápido".

 

En ese momento, entró al baño un chico que parecía menor de edad, con su pelo castaño obscuro alborotado y ojos grandes, color verde.

-Perdona, me llamo Ritsu Onodera, soy editor en Marukawa y quien dirige este evento. Solo que se me presentó un pequeño inconveniente y me preguntaba si podrías ayudarme,¿ por favor?

El chico sonrió amablemente.

-Si, dígame.

-Verás, necesito que me hagas el favor de llamar un mesero al baño. Es que la persona que tenía que usar este disfraz-se lo mostré-enfermó y quiero convencer a un mesero para que lo use-expliqué.

-¡Ah!, esto...si quiere y no le molesta, yo podría hacerlo...-ofreció tímidamente.

-¿Tú?...

El chico sonrió.

-Para mi no es ningún problema; yo alguna vez, ya me había disfrazado de oso, "para la casa embrujada" de un amigo, en la Universidad, y fue divertido...-sonrió animoso-...de verdad que no me molestaría hacerlo nuevamente.

-Ah...pues, ¡muchas gracias!-le entregué el disfraz-te pagaré por ello.

El chico sonrió.

-No es necesario, lo hago para ayudar. Yo también trabajo en Marukawa, medio tiempo.

-No te había visto antes.

-Quizás es porque trabajo para Kirishima-san.

-Ah, el área de Shonen-ai... yo soy del área de Shojo.

-Bueno, me pondré esto...

El chico se metió dentro del traje y yo le ayudé a ponerse la cabeza.

-¿Estás bien?, ¿no está muy caliente, ahí dentro?-pregunté preocupado.

-Lo habitual...-se escuchó una risita.

-Sólo serán unos 30 minutos...te avisaré cuando te puedas retirar.

-Si, ¡no hay problema!

El chico metido en ese disfraz, salió del baño, cuando lo alcancé rápidamente, para preguntarle su nombre.

-Disculpa, ¿cómo te llamas?

-"Misaki Takahashi"-se escuchó desde adentro y me hizo una señal de despedida.

 

 

Regresé junto al equipo.

-¿Eh?, ¿qué haces tú aquí?...-preguntó sorprendido Takano-san.

-Encontré a una persona en el baño para que usara el disfraz.

-¡Que inteligente de tu parte Riichan!-elogió Kisa-san.

 

Takano-san suspiró.

-Que lástima...-murmuró.

-¡¿Eh?!, ¿lo estabas haciendo a propósito verdad, Takano-san?, ¡querías que quedara en ridículo!

-No quería que quedaras en ridículo, solo quería verte disfrazado de oso panda-respondió.

 

"¡YA SABÍA, SABÍA QUE TENÍA UNA PERSONALIDAD PERVERSA!".

 

El tiempo restante del evento, fue todo un éxito, se lograron vender los mangas de la autora, por lo que ella había quedado satisfecha, al igual que el departamento de ventas.

Desde lejos, observé como se acercaba Isaka-san-el heredero de la editorial-.

-Onodera, quiero felicitarte, haz hecho un buen trabajo.

-Gracias, Isaka-san-hice una reverencia de agradecimiento.

-Da gusto tener esa clase de trabajadores en nuestra editorial.

-Es un honor servirle...-sonreí feliz.

-Y sobre todo...es bueno demostrar que los herederos de editoriales no somos unos inútiles para trabajar, ¡ánimo!, ¡continua así!-levantó su pulgar en señal de "bien hecho".

-I...inútiles para trabajar...-"¿había escuchado bien?".

-¡JAJAJAJAJAJAJAJAJAJA!-carcajeó estruendosamente Takano-san, cuando quedamos solos.

-¡Takano-san, deja de reirte!-protesté.

-¿Por qué?, si es divertido.

-¿Sabes?, uno de estos días, yo ¡te derrotaré!, ¡y te dejaré sin trabajo!-exclamé irritado.

-Si, ¡claro!...cuando eso suceda, te pediré piedad...-añadió en tono dramático.

-Búrlate, si quieres, pero no tendré piedad, ni aunque te arrodilles-contraataqué con orgullo.

Takano-san se acercó a mi, aferrándome su mano sobre el hombro.

-Esta noche, seré yo, el que no tenga piedad de ti, O-no-de-ra.

-¿Eh?, ¿a qué te refieres?-murmuré con discresión.

-Esta noche, el "príncipe" quiere portarse muy mal con la "princesa"-susurró.

 

Los colores se me subieron al rostro.

 

En ese momento, Kisa-san y Hatori-san se acercaron.

-Takano-san, nosotros nos despedimos, mañana debemos levantarnos temprano-explicó Hatori-san.

-¡Ah!, si es por eso, con que lleguen al mediodía está bien-agregó Takano-san.

-¡¿Al mediodía?!-corearon Kisa-san y Hatori-san.

-Si, es que Onodera y yo, también llegaremos... tarde-añadió sonriendo.

-¡Con permiso!-me disculpé, dirigiéndome al baño apresuradamente.

 

"NO SÓLO ERA MALICIOSO E IRÓNICO, ¡SINO TAMBIÉN UN PERVERTIDO!, ¿CÓMO ERA POSIBLE QUE ME ENAMORARA DE ALGUIEN ASÍ?...¿EH?, ¿ENAMORARME, YO?...¿DE TAKANO-SAN?, ¡JAMÁS!...¡¡¡¡ESTO NO ES AMOR, NO ES AMOR, DEFINITIVAMENTE...

¡¡¡¡NO ES AMORRRRRRRRR!!!!!".

 

Días que faltan para que Ritsu se enamore completamente: 100.

domingo, 14 de abril de 2013

Ritsu Onodera: "Nadie sabe lo que tiene...hasta que estás a punto de perderlo". 2 parte.

A la lejanía, escuchaba como tocaban constantemente el timbre y como el celular vibraba. Sabía que se trataba de Takano-san; pero no tenía las fuerzas suficientes para levantarme.

Sentí como unas gotas de agua, corrían por mis mejillas, abrí los ojos, y vi a Takano-san a un lado mío.

-¡¡¿Qué...que haces aquí?!!-exclamé, asustado.

-¡NO TE MUEVAS!-ordenó-...¡mierda!, no eres un niño, acuéstate de nuevo.

"¿Por qué Takano-san estaba aquí y cómo había entrado?".

Pareció haber leído mis pensamientos, porque comenzó a explicarme.

-Empecé a preocuparme al ver que no abrías la puerta ni contestabas las llamadas. Yokozawa me había dicho que ya estabas en tu departamento, así que pensé que algo te había pasado. Le pedí al conserge que abriera la puerta... y así fue como entré.

-¿Y este paño húmedo en mi frente que significa?

Takano-san suspiró.

-Estabas ardiendo en fiebre y templando de frío, ¡¿qué rayos pasa contigo?!, ¡¿por qué no te cuidas mas?!-protestó.

 

Ahora lo recordaba todo. Yo había llegado a casa, sintiéndome mal, después de haber visto a Yokozawa-san en casa de Takano-san.

-¿Y... Yokozawa-san?-pregunté inquieto.

-Él ya se fue hace rato...ah por cierto, me pidió que te dijera que aprobaron los costos de la agencia, para el evento.

 

Fruncí el ceño.

-Déjame tomarte nuevamente la temperatura-dijo, mientras agarraba el termómetro que se encontraba junto a la comoda.

-¡No me toques!-rechacé su mano lanzándole un golpe.

-¡¿Qué mierda te pasa, Onodera?!

-¡No sé como puedes estar aquí, simulando que nada pasó entre Yokozawa-san y tú!-exclamé histérico.

-¡¿Qué algo paso...?!-me miró confundido-...¿de qué estás hablando?, ya estas alucinando.

-¡No estoy alucinando!, no me trates siempre como un idiota, ¡porque no lo soy, Takano-san!

-Si no quieres que te trate como un idiota, entonces EXPLÍCATE-señaló severo.

Vacilante, empecé a explicarle.

-...Cu...cuando Yokozawa-san se enteró que estábamos juntos, me advirtió que si yo te hacía daño, él nuevamente, estaría contigo...

Takano-san me observaba inexpresivo y en silencio.

-Y por lo que pasó hoy en la mañana-continué-... tú pudiste volver a buscarlo y él seguramente de nuevo...de nuevo...

-¿De nuevo, qué?-exigió saber.

-...De nuevo intentará alejarte de mi lado...-murmuré.

 

No me había percatado, pero, comenzaba a sentir como pasaban lagrimas a lo largo de mi rostro. Me avergoncé y me tapé la cara, evitando que me viera de esa manera.

Takano-san no dijo nada, solo en silencio, me rodeó con sus brazos, en un gesto amable y cálido, como casi nunca le veía.

Esa noche se quedó conmigo, dormido abrazándome.

 

 

Al día siguiente...

 

-Toma, bébelo-puso Takano-san sobre la mesa un vaso con jugo de manzana-esto te asentará el estómago.

-No es necesario que te preocupes tanto por mi, ya me siento bien.

-Recuerda que soy tu jefe, también estoy velando por los intereses de la editorial-añadió.

-...ah, claro...

 

"Ya me parecía demasiado amable, para ser cierto".

-En cuanto a la agencia encargada de promoción para el manga, recuerda que tienes luz verde.

-Si, gracias.

-No me lo agradezcas a mi, sino a Yokozawa; él te está apoyando en esto.

 

"Era cierto, Yokozawa-san, me estaba dando su apoyo, a pesar de todo lo mal que le caigo...tenía que agradecerle, en cuanto le viera".

Bebí rápidamente el jugo que Takano-san me había comprado y me levanté con agilidad de la silla.

-Bueno...no es que te eche, pero yo tengo que irme ya a la editorial.

Takano-san me detuvo por el brazo.

-Ayer, parecías realmente preocupado, al ver a Yokozawa en mi departamento.

-¿De qué estás hablando?, ¡por supuesto que no!-refunfuñé.

-Es obvio que verlo junto a mi te afectó, pero te diré una cosa, para que te tranquilizes...-se acercó y me abrazó-...él vino a tu departamento para hablar contigo, pero como no estabas, se pasó al mío y me pidió de favor que te diera el recado...si temías que te robara de mi lado, estás muy equivocado...yo soy tuyo.

Se me subieron los colores al rostro.

-¡Deja de hablar por ti mismo, Takano-san!, ¡yo no estaba preocupado ni intranquilo!, ¡usted está fantaseando de nuevo!-espeté.

Takano-san sonrió levemente.

-Claro, claro...te veré en la oficina, Onodera-dijo antes de cerrar la puerta y marcharse a su departamento.

No lo quería reconocer delante de Takano-san, pero...saber que Yokozawa-san no venía trás de él... nuevamente, me provocaba un gran alivio.

 

Una semana después...

 

Hoy era el día del evento. Decidí usar mi mejor traje, ya que trataría con gente importante. Cuando le informé a Motou-sensei sobre la promoción del manga- y que tenía que asistir-, se alteró un poco...Takano-san tenía razón...si le hubiera avisado antes a la autora, seguramente se negaría a presentarse.

Se animó cuando le expliqué de lo que la agencia de eventos proponía.

Carteles, volantes, venta del manga, firma de autógrafos de la autora, área de banquete; y para los niños, teatro de títeres, puestos de dulces y una botarga de un oso panda.

El salón estaba decorado con imágenes de corazones y pandas, todo era tan rosa, que parecía estar dentro de un manga shojo.

Me encontraba en la puerta, recibiendo a los invitados, cuando entró Takano-san, acompañado de Kisa-san y Hatori-san.

Takano-san también llevaba un traje, aunque sin corbata.

Me sonrió nada mas verme.

-¡Riichan!, ¡que bonito quedó el salón!-saludó Kisa-san animoso.

-Haz hecho un buen trabajo, novato-agregó Takano-san.

-...Gracias.

Esquivé su mirada. No quería verle demasiado, no quería que se me notara lo mucho que me gustaba verle en traje.

Continué recibiendo invitados, hasta que acompañé a sensei, para la firma de autógrafos.

Recorrí el salón, revisando que no faltara nada, cuando sentí una mano tocarme el hombro, voltee... y se trataba de Takano-san.

-¿Te sientes mejor?-preguntó.

-Si... gracias, ya te dije que me sentía bien-susurré.

-Eso me tranquiliza-murmuró con discresión.

 

"¿Lo estaba haciendo a propósito?, ¿quería ponerme nervioso?".

Apunto estuve de retirar su mano de mi hombro, cuando la voz ronca de Yokozawa-san interrumpió mis intenciones.

-Takano...Onodera-nos llamó.

Takano-san retiró su mano y se volvió a Yokozawa-san.

-¿Qué tal, Yokozawa?, creí que no vendrías.

-Ja-hizo una mueca y frunció el ceño-¿mi trabajo también consiste en revisar en qué se invierte el dinero de la editorial.

-Ya lo sé, tu área es muy fijada con cada peso que se utiliza, sino recuerda en las juntas que se hacen para decidir los ejemplares que se publicaran cada mes-acusó con ironía Takano-san.

Yokozawa-san juntó el entrecejo.

-TENGO que cuidar el área financiera de Marukawa-añadió irritado.

Una niña que venía corriendo hacia nosotros, se instaló delante de Yokozawa-san.

-¡Onee-chan!, ¿ya estás enojado de nuevo?-preguntó con voz dulce.

La expresión ruda en el rostro de Yokozawa-san, se suavizó al verla.

Puso una mano sobre su cabeza y sonrió.

-No Hiyo...no estoy enojado.

 

Takano-san y yo, lo miramos totalmente sorprendidos.

"¿Era en verdad Yokozawa-san el que le había sonreído a la niña con tanta dulzura?".

 

-Ah, perdón, deja que los presente...-añadió Yokozawa-san, prestándonos atención nuevamente-Takano, ella es Hiyori, hija de Zen Kirishima...Hiyo, él es mi amigo, Takano Masamune.

Takano-san se encuclilló para quedar a la altura de la niña y le sonrió...

Pero no era una sonrisa amable...mas bien una sonrisa "principezca".

-Es un gusto conocerla, princesa Hiyori...

 

(Ritsu sorprendido, con la boca abierta).

¡¿QUÉ DEMONIOS...POR QUÉ ACTUABA ASÍ?!

El rostro de la niña se ruborizó inmediatamente.

-¡Gracias, igualmente!-respondió con alegría.

 

Takano-san se incorporó.

-Él es mi "empleado", Ritsu Onodera.

 

"¡¿EMPLEADO?!...eso me pareció una forma muy discriminativa de tratarme".

 

-Hola, mucho gusto-la saludé de mano.

-Onodera...¿por qué no le muestras a Hiyori-chan las mesa de postres?-sugirió Takano-san.

-¡¡¡¡Si, vamos!!!-exclamó la niña, tomándome de la mano y arrastrándome por todo el salón.

Eché un vistazo hacia atras y se habían quedado conversando Takano-san con Yokozawa-san.

 

Después de haber acompañado a Hiyori-chan a todos las mesa de postres y haberle ayudado a agarrar los suficientes, me senté a su lado.

-¡Mmmm!, ¡están buenos!, ¿quieres probar?

-¿Eh?, no, gracias-sonreí agotado.

-¿Por qué no?, ¡vamos, solo uno!-insistió.

-Es que estoy trabajando...-añadí.

La niña suspiró.

-Ustedes los adultos son muy complicados de entender. Si tan solo supieran disfrutar un poco mas de las cosas simples...-expresó con sabiduría-...Onii-chan, por ejemplo-refiriéndose a Yokozawa-san-cuando le conocí siempre tenía su ceño fruncido, ahora le veo mas...relajado, y a pesar de su trabajo, siempre se da el tiempo de estar al pendiente de mi y de Sora-chan...

-¿Sora-chan?

-Si, su gatito...ahora también es mío-sonrió.

"De manera que, Sorata- el antiguo gato de Takano-san-, ahora vivía en la casa de Kirishima-san". Me preguntaba si Yokozawa-san ahora era amigo del editor de Shonen-ai.

-¿Takano Masamune, es muy amigo de Onii-chan?-preguntó.

-..si.

Hiyori Kirishima sonrió radiantemente.

-¡No sabía que Onii-chan tenía amigos tan lindos!

-¿Eh?

-¡Parece un príncipe, uno de carne y hueso!-comentó animada- si tuviera unos cuantos años mas...

"¿Era mi impresión o Takano-san había logrado enamorar a primera vista a Hiyori Kirishima?"

-Me pregunto que clase de novia tendría en el colegio-continuo-...me imagino que debió parecerse a una princesa...

-¡¡¡COFF, COFF, COFF!!!-me dio un ataque de tos nerviosa.

"Yo estaba lejos de parecerme a una príncesa...".

 

-¡Onodera!, ¿cómo estás?-saludó, interrumpiendo nuestra extraña conversación, Zen Kirishima.

-Bien, gracias Kirishima-san.

-Veo que mi hija te está causando problemas-comentó sonriente.

-¡No papá!, Onodera-san es muy amable... y yo siempre me porto bien-protestó.

-Te agradezco haber acompañado a Hiyori, ahora me encargaré yo-añadió, tomándo de la mano a su hija.

-¡Ah!... toma, Onodera-san... -Hiyori-chan me entregó un dulce en la mano-cómelo en cuanto puedas.

Alegremente se despidió de mi, con un movimiento de su mano.

Kirishima y su hija eran muy parecidos físicamente; ambos con el pelo castaño claro, casi rubio y con ese mismo semblante animoso y sociable.

No era un experto con los niños, pero la había pasado bien.

 

-Veo que te divertiste-señaló Takano-san instalándose a mi lado, sobresaltándome.

-Solo... cumplía con lo que me habías ordenado.

-Parece que te gustan los niños...-añadió.

-No me disgustan, además me parecen mas honestos que los adultos.

-Yo también soy honesto-respondió.

Sonreí, irónico.

-No del todo...mira que mostrarle a la niña una imagen falsa de ti, me parece lo mas hipócrita del mundo.

-¿Falsa?...

-Te comportaste tan "amable", que ella te comparó con un "príncipe"...-refunfuñe.

Takano-san rió por lo bajo, para no llamar la atención.

-Mentirle a un niño...me parece de lo mas bajo.

-¿Y qué mas dijo?-preguntó curioso.

-Que si habías tenido en el colegio... una novia parecida a una princesa-murmuré tímido.

 

Takano-san soltó una carcajada.

-¡No hagas escándalo!...-le recordé.

-Es que eso fue divertido...mmmm...ahora que lo pienso un vestido de príncesa te quedaría bien...

-Cállate...-dije entre dientes, conteniendo mi enojo.

-Hablando de disfraz...¿no habías dicho que habría una botarga de un oso panda?

 

"Cierto, lo había olvidado por completo".

Saqué el celular, tratando de comunicarme a la agencia.

-¡Rii-chan!-me llamó Kisa-san-...me trajeron esto para ti-me entregó una caja grande color blanco.

-¿Qué es?-preguntó Takano-san.

-Es el disfraz de oso panda, al parecer, se enfermó la persona que lo usaría-explicó Kisa-san.

-¡¿¿Qué??!-exclamé.

Abrí la caja y en ella contenía una nota...

 


"Sumimasei Onodera-san pero nuestro empleado enfermó y no pudimos encontrar un reemplazo, dejamos todo en sus manos, lamentamos la molestia".

 
"¡¡¡Este era el fin!!!".

 

-¿Y ahora....qué voy hacer?-murmuré frustrado.

-Ya sabes qué hacer...-añadió Takano-san-...HÁZLO TU MISMO-ordenó.

-¡¡¿Qué?!!

-Trabajo, es trabajo-repitió como si fuese su ideología favorita de vida.

-¡Pero!, ¡¿¿disfrazarme??!

-ONODERA...sino te crees lo suficientemente bueno para responsabilizarte de estos "pequeños detalles", no mereces ser editor...-me miró retador.

Fruncí el ceño.

Ahí estaba de nuevo...poniéndome a prueba.

No permitiría que pensara que era un incompetente, como siempre lo insinuaba.

-¡Soy buen editor!-protesté.

-Entonces, demuéstralo.

 

Me dirigí hacia el baño, con mi dignidad pisoteada y un disfraz de oso panda en las manos.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

sábado, 13 de abril de 2013

Ritsu Onodera: "Nadie sabe lo que tiene...hasta que estás a punto de perderlo".



 


Me acerqué a la fotocopiadora, cuando escuché el ruido del fax; unas hojas comenzaron a salir.

"¿Eh?, ¿qué será?".

Estaba dirigidio a mi.


"Onodera, te devuelvo tu propuesta. Lo he consultado con mi jefe y le parece bien lo de hacer el evento para promoción del manga, empieza hacer los preparativos, en una semana tendrá que estar listo todo".


Yokozawa Takafumi




 

 
¿En verdad habían aceptado mi propuesta?, ¡que felicidad!. La verdad no me esperaba que Yokozawa-san me apoyara tanto, pero, estaba muy contento por ello. Feliz, me dirigí hacia mi asiento, pretendiendo llamar al mangaka para darle la buena nueva.

-¿Por qué sonries tan radiantemente, Onodera?-preguntó Takano-san desde su lugar.

-Ah, es que...me aprobaron la propuesta del evento para el manga.

-¡Wow!, ¿de verdad, Rii-chan?-Kisa se unió a la conversación-¡muchas felicidades!

Orgulloso sonreí.

-Gracias Kisa-san.

-¿Y qué pensabas hacer ahora?-continuó Takano-san.

-Llamar al mangaka para darle la buena noticia.

-No lo hagas, no seas ESTÚPIDO.

-¡¿Qué?!


"¡¿POR QUÉ DEMONIOS SIEMPRE ME TENÍA QUE HABLAR DE ESA MANERA?!"



Takano-san puso los ojos en blanco y respondió en tono de fastidio:

-Si le avisas que habrá un evento, lo mas seguro es que se ponga nerviosa y se niegue a asistir.

-Si, si, ¡eso es verdad Rii-chan!, no lo hagas-secundó Kisa-san.

-¡¿Entonces...?!

-Prepara lo del evento y cuando falte un día se lo dices-añadió indiferente, Takano-san.

-¡Pero!, ¡eso no es correcto!, ¡si tiene otro compromiso en ese día!

-Que lo cancele-soltó.

-¡Eso es de mala educación!, hay que ser considerado con el autor y...

-¡ONODERA!-exclamó impaciente Takano-san; levantándose de su asiento con el ceño fruncido-en este trabajo no hay que ser "considerado" con NADIE. Si lo fueramos con todos los autores y la impresora, esto sería un total fracaso, no habría ventas y Marukawa estaría en quiebra, ahora haz lo que te digo y deja de protestar-añadió en tono mandón.

"¡Como me molestaba que me ridiculizara en público!, ¡¿no conocía otra forma de decir las cosas?!".

-Está bien-farfullé.

Comencé a buscar por internet alguna agencia especializada en eventos de marketing. Había encontrado una, que al parecer tenía mucho exito en las editoriales. Marqué el número para averiguar costos.

Cuando los tuve, fui al tercer piso a llevarselos a Yokozawa-san-para que los revisara- pero no lo encontré y se lo dejé a su secretario.

Sentía un poco de dolor en el estómago, siempre que me ponía nervioso, me protestaba.

Me metí al ascensor y me encontré a Takano-san.

Me quedé adelante, dándole la espalda y no pronuncié ninguna palabra.

Estaba molesto con él.

-¡Oye!-protestó desde atrás-¿me estás ignorando?-preguntó.

-No, solo que no tengo nada que decir-respondí.

-¿Estás enojado, verdad?

 

"¡Ah, que bien!, entonces si se dió cuenta".

 

-No.

-¡No mientas!, te conozco...

-Si me conocieras tan bien, sabrías que no me gusta que me regañen frente a mis compañeros de trabajo-solté irritado.

Después, escuché como se acercaba en silencio.

-¿Prefieres entonces que lo haga en la privacidad de mi departamento?-susurró al abrazarme.

-¡No!-exclamé nervioso, quitándome sus brazos de encima.

 

Voltee a verlo, y Takano-san tenía una expresión de sorpresa.

-¿Por qué te alteras tanto si te abrazo?-preguntó.

-Es solo que...estamos en el trabajo-murmuré con timidez.

 

Suspiró.

 

-Entonces, esta noche déjame ir a tu departamento.

-No puedo, tengo trabajo que terminar.

-Te ayudaré a terminarlo-insistió.

-No quiero, prefiero hacerlo solo-respondí cortante.

 

Las puertas del elevador se abrieron y salí con paso presuroso, sin mirarle.

No escuché su voz que me llamó-como en otras ocasiones-...pero así era mejor, entre mas lejos lo tuviera en el trabajo, eso me beneficiaría, no quería mezclar las cosas y que todos en la editorial se dieran cuenta de nuestra... relación.

 

 

Durante el transcurso de la tarde, no le dirigí la palabra a Takano-san y afortunadamente, no tuve necesidad de hacerlo.

Ese día solo quería concentrarme en el evento y no en problemas personales, como a él le gustaba tanto mezclarlos.

Esa noche, salí mas tarde de lo habitual. Takano-san se había retirado desde mas temprano, así que eso me dio la oportunidad de tranquilizarme y dirigirme a casa sin irritaciones.

Estaba contento por lo que había logrado ese día, solo quedaba esperar que el departamento de ventas aprobara los costos de la agencia y todo quedaría listo.

En el tren, revisé el celular, pero no tenía ninguna llamada de Takano-san. Era extraño que no me acosara como en otras ocasiones...aunque no era del todo malo...

Pasando por el combini, compré dos comidas una para Takano-san y otra para mi...

Sí, lo sé...yo fui el primero que había establecido límites, pero aún así, necesitaba verle y escuchar su voz "ruda" nuevamente.

Toqué el timbre de su departamento y quien abrió la puerta no era Takano-san, sino...Yokozawa-san...

Me miró con esos ojos suyos, tan "asesinos".

Me sorprendí al verlo.

-¡¿Yokozawa...san?!

-Onodera.

-¿Quién es, Yokozawa?-se escuchó la voz de Takano-san desde el interior.

-Yo...yo...perdón-murmuré, dirigiéndome rápidamente al departamento. Abrí precipitado y di un portazo.

"¿Qué significaba esto?, ¿qué estaba haciendo Yokozawa-san en su departamento?...¿acaso...?".

"Acaso...".

(Ritsu recordó las palabras de Yokozawa)

"Si le haces daño a Masamune, volveré por él".


 
Sentí un nudo en el estomago y un dolor punzante en el pecho.

La sola idea me causaba tensión...

"¿Yokozawa nuevamente intentaría quitarme a Takano-san?...¿por eso estaban juntos?".

Dirigiéndome a la cama, me acosté en posición fetal, tapándome el cuerpo con la sobrecama, tenía mucho frío, no lo podía controlar.

"La historia se repetiría de nuevo...otra vez, Yokozawa-san se haría presente en mi vida, para quitarme...a la persona que mas amaba en el mundo".

 

 

 

 


jueves, 11 de abril de 2013

Yoshino Chiaki:"No sabes si eres bueno, hasta que lo intentas" parte final.

Cuando abrí los ojos y me fijé en el despertador, ya eran pasadas las doce del mediodía.

Tori ya no estaba a mi lado, pero había dejado una nota en la mesa de la cocina.

"Por favor come el armuerzo que te preparé, regreso a la hora de la cena"

¿Eso significaba que haría espacio para mi?



El almuerzo que Tori había preparado, estaba delicioso. Lo admiraba, todo lo hacía tan bien...en el fondo me hubiera gustado tener esa cualidad...

No estaba tan seguro si lo lograría, pero al menos, lo intentaría.



Nervioso recorrí la cocina de un lado al otro. ¿Por dónde tenía que empezar?, ¿qué hacía Tori en estos momentos?

Supongo que limpiar la casa...¿dónde se encontraba la escoba y el trapeador?...

Busqué por todos lados, hasta que di con ellos.

¿Por qué aún no conocía bien el lugar donde vivia?, era desesperante.

 

Después de que terminé, busqué por internet recetas de cocina. Prepararía una deliciosa cena para Tori.

Mi teléono celular timbró en ese momento.

-¿Diga?


-"Chiaki..."

-¡Yuu!, ¿cómo estás?


-Bien, ¿qué harás hoy por la tarde?-preguntó.
-Mmmm...pues yo...-miré la página de internet-...voy a estar muy ocupado, Yuu.

Se escuchó un suspiro.


-¿Hatori te está prohibiendo de nuevo que salgamos?-cuestionó.
-¡No!, claro que no-mentí, a Tori le disgustaba que yo saliera con mi mejor amigo, porque sabía que Yuu... estaba enamorado de mi-...en verdad voy a estar muy ocupado.


-¿Tienes que corregir el storyboard?, yo te puedo ayudar...-ofreció.
-No, es que...

-¿Qué, que pasa?

-Estoy ayudando a Tori con la casa. Y todavía me falta preparar la cena...-añadí compungido.

Un silencio sepulcral se escuchó por el auricular. Me pregunto si mi comentario le había afectado a Yuu, después de todo, él me quería.

-"¡JAJAJAJAJAJAJAJA!"-Para mi sorpresa, Yuu, estalló en risa.

-¿Qué es tan divertido?-pregunté confundido.


-Es que...¡no te creo lo que me has dicho!-exclamó divertido-¿es una broma?
Fruncí el ceño.

-¡Eso también dijo Tori!, ¿qué les pasa?, ¿qué tiene de raro querer encargarme de esto?

Yuu continuaba riendose.


-Chiaki, ¿tú me preguntas eso?, ambos sabemos que no te encargas ni de ti mismo. Eres como un niño y Hatori siempre debe cuidarte, es como si tuvieran una relación madre-hijo.
-¡No digas cosas raras!...solo que últimamente le vi tan fatigado, que quise ayudarle, es eso nada mas-agregué dignamente.


-Ahhhh...¿y cómo te está yendo?, ¿van bien las cosas?-preguntó con malicia.
 

Para Yuu, Hatori, y mi familia, yo era un completo inútil que solo se encargaba de dibujar bien. Tenía que demostrar lo contrario...aunque me costara.

-Si, muy bien...justo estoy pensando que hacer de cenar.


-Ah, bien, entonces te dejo para que termines. Buena suerte y asegurate de no envenenar involuntariamente a Hatori-bromeó-¡adiós!.
Cortó la llamada antes de que le respondiera.

-¡Que se ha creído!-murmuré irritado.

Decidí preparar algo común, a Hatori y a mi, nos gustaba el curry, así que eso haría; tenía que ir a comprar las cosas, para que me diera tiempo de hacer la cena.



*Horas mas tarde...





Hatori regresó a casa antes de las nueve de la noche.

-¿Qué es esto?-preguntó al ver los platos y cubiertos en la mesa.

-¡Ah, bienvenido, Tori!-saludé animado-he preparado la cena, siéntate.

-¿Tú?, ¿la cena?

Asentí.

-Te dije que te ayudaría-serví el arroz y el curry en el plato.

Tori me miró inexpresivo.

-Bien, pruébalo...-lo animé.

 

Tori comió del curry y del arroz, dejó el cubierto a un lado del plato y me miró.

-¿Y?, ¿cómo está?-pregunté ansioso.

-Salado y crudo-respondió fríamente.

-¡¡¿Eh?!!, ¿otra vez?...¡demonios!, ¡nunca puedo cocinar bien!-me levanté avergonzado, dirigiéndome a la habitación.

Deprimido, me tumbé en la cama y hundí mi cara en la almohada.

No me di cuenta que Tori me había seguido.

-¿Yanase?, ¿estás bien?

Alcé la vista para mirarle.

-Lo siento Tori...yo sólo quería ser de utilidad, no disgustarte-murmuré mientras sollozaba.

-¡¿Estás llorando por eso?!

-¡Grandísimo tonto!, ¡no estoy llorando!, solo...yo...

 

Tori sonrió amablemente.

-Gracias.

-¿Eh?

-Gracias por lo que hiciste por mi.

-Pero...lo he hecho mal.

Tori se inclinó para abrazarme.

-Gracias de todas formas, me hace muy feliz de verdad.

Tori se acercó para besarme. Fue un beso tierno, a pesar de su seriedad, Tori podía ser tierno conmigo.

Los colores se me subieron al rostro.

Toda una vida juntos y al final, nuestra amistad, se había vuelto amor.

-Pero, la próxima ocasión...cocinaré yo-susurró en mi oído, cortando el momento romántico.

Fruncí el ceño molesto.

 

Ni en sus momentos mas tiernos... Tori dejaba de ser tan sincero.

 

 

 


 

viernes, 5 de abril de 2013

Yoshino Chiaki: "No sabes si eres bueno...hasta que lo intentas"

Me quedé dormido esperando a que Tori regresara del trabajo. Había terminado el manuscrito del manga y quería que lo leyera-así me daría su opinón si estaba bien o lo tenía que corregír antes de que venciera el plazo en la impresora-.

Me había propuesto ser mas disciplinado y no causarle tantas molestias, después de todo ya era un hombre de 30 años.

Tori, en las últimas noches, regresaba pasadas las 12; con su rostro cansado y notables ojeras debajo de sus ojos.

Aún así, era responsable y hacía los deberes domésticos de su propio departamento, al igual que los míos. Seguía todo tan igual que antes: lavaba mi ropa, me preparaba la comida...siempre al pendiente de su torpe "novio mangaka".

Incluso se encargaba de las compras del supermercado; cuando me ofrecía a acompañarle, se negaba, diciéndome que tenía que ocuparme "ÚNICAMENTE DE DIBUJAR".

Ahora me encontraba con suficiente tiempo libre, algo tenía que hacer o Tori terminaría totalmente colapsado.

Cuando entreabrí los ojos, Tori me llevaba en sus brazos y me recostó sobre la cama.

Sin darme cuenta de nuevo me había dormido.

-¿Tori?...¿qué hora es?-pregunté adormilado.

-La una y media de la mañana-murmuró-...vuelve a dormir.

 

Volví a cerrar los ojos mientras escuchaba como se alejaba y encendía la luz del baño. Después escuché que abría la regadera.

"La una y media de la mañana...que tarde es"-pensé.

¡¿La una y media?!

Desperté rápidamente y vi a Tori salir del baño, quitándose la corbata.

Se sorprendió al verme sentado en la cama.

 

-¿Qué haces despierto?, te dije que te durmieras.

-¿Acabas de llegar a esta hora?-pregunté inquieto.

-Si, ¿por qué?-respondió indiferente.

-¡Es demasiado tarde Tori!, ¿ya te viste la cara?, ¡estás demacrado!

 

Tori suspiró.

-No es nada nuevo eso. Tengo varios autores a cargo y tengo que estar al pendiente de todos, no puedo descuidarlo-se sentó sobre la cama para quitarse los zapatos-...hablando de eso, ¿cómo va tu manuscrito?

Le lanzé una almohada irritado.

-¿Te das cuenta?, sólo piensas y piensas en el trabajo. ¡Yuu tiene razón eres un "trabajólico"!-protesté.

 

Tori frunció el ceño.

-Te agradecería que no mencionaras a "esa" persona por ahora, tuve que soportarlo todo el día-señaló molesto.

Me paré sobre la cama.

-¡Está bien!, yo no menciono a Yuu, pero tú prometeme una cosa.

-¿Cuál?

-Que me dejarás estos días encargarme de la casa.

Tori alzó una ceja.

-¿Qué?, ¿por qué me miras así?-pregunté.

-¿Es una broma?

-¿Me ves acaso que me estoy riendo?,no, ¿verdad?, ¡es en serio!,¡yo quiero ayudarte!-alcé la voz.

 

Tori me miró inexpresivo.

-¿Estás seguro que podrás?-preguntó incrédulo.

-¡Podré...claro que podré! ¿qué tan difícil puede ser?, ¡ya tengo 30 años, no me trates como un niño!

Tori sonrió.

-Sino quieres parecer un niño, entonces baja de la cama, solo falta que te pongas a saltar en ella.

Fruncí el ceño y me senté.

 

Tori sonrió y me ofreció su mano.

-¿Qué quieres?-murmuré.

-Acompáñame al baño.

 

Mi rostro tímido, rehuyó de la mirada de Tori.

-Estúpido... no digas esas cosas.

-Tú dijiste que querías ayudarme, ¿cierto?, justo ahora me vendría bien una dosis de tu amor, Yoshino-sonrió con ternura.

Sin darme tiempo a protestar, Tori me alzó en brazos mientras me besaba cálidamente los labios.

Continua...

martes, 2 de abril de 2013

Kisa Shouta: "En el amor los celos son inevitables" parte Final.

Revisé mi celular y no tenía llamadas ni mensajes de Yukina.

"Seguramente, se debe de estar divirtiendo mucho"-pensé.

 

Bebí un trago grande de cerveza, a lo cual Hatori me hizo una advertencia.

-No bebas tan rápido, no me quiero hacer cargo de un borracho.

-Ni yo-secundo con una sonrisa Mino.

-¡Oigan ustedes dos!, no me voy a emborrachar y tampoco soy un niño, tranquilízense.

-¡Vaya!, ya nos estaban esperando-añadió Takano-san al llegar a nuestra mesa.

 

Rii-chan estaba detrás de él, con las mejillas rojas.

-Lo siento... no tenían por qué hacerlo-murmuró con tímidez.

-Jaja, ¡anímate, Rii-chan!, no seas tan modesto-comenté sonriente y atrayéndolo del brazo para que se sentara.

-Prácticamente lo tuve que obligar-señaló Takano-san.

-¿De verdad?-preguntó Mino.

-Si, le dije que si no aceptaba, le quitaría una semana de sueldo-respondió Takano-san.

-¡Takano-san, eso no es verdad!, no me calumnie, por favor-después Rii-chan volvió su vista hacia donde estaba Hatori, Mino y yo-...en realidad estaba avergonzado porque no pude invitarles ese día a la comida con mi familia.

-No te preocupes Rii-chan, nosotros entendemos-respondí.

-En los asuntos de familia, no se mezcla el trabajo-añadió Hatori.

-Sin embargo, Takano-san pudo asistir, así que nos representó bien-dijo Mino.

-Takano-san, me imagino que ya eres una persona muy de confianza para Rii-chan, ¿cierto?-pregunté.

-Claro, MUY de confianza-añadió sonriente.

Rii-chan tenía el ceño fruncido y el rostro rojo. Seguramente le molestaba que pensáramos que era el "favorito del jefe", pero eso, a mi en lo personal, no me molestaba, al contrario, me parecía divertido sus constantes discusiones, como si fuesen "novios", aunque claro, este no era el caso.

Entre cerveza y cerveza, aún así, alcancé a escuchar el timbre de mi celular. Al sacarlo del bolso, en la pantalla miré sorprendido el nombre...era Yukina.

Me disculpé para dirigirme al baño y ahí respondí la llamada.

-¿Diga?

-¿Kisa-san?, ¿dónde estás?

-En una cena de trabajo.

-Ah...siento molestarte; sólo quería saber cómo estabas.

¡MENTIROSO!

-Gracias, y tú, ¿dónde estás?

-Yo estoy en un restaurante, una reunión con amigos.

¡¿AMIGOS?!

-Que bien, bueno, que disfrutes tu "reunión".

-¡Kisa-san!, ¡espera!, no me cuelgues por favor...

-¿Qué sucede?

-Hoy, has estado muy raro, desde la mañana, ¿ocurre algo?

-No, no ocurre nada, quédate tranquilo y por favor, no hagas esperar mas a Nagi, mira que es de mala educación-solté.

-¿Nagi?...¿cómo sabes de ella?-al otro lado del auricular su voz se escuchó realmente sorprendida.

-¿Cómo lo sé?, ¡porque lo sé y ya!, ¡y no te atrevas a negarlo!...ya no soporto mas esto, ¡quédate con ella y déjame a mi en paz!

-¡Espera!, ¡Kisa..!

Colgué inmediatamente; por fortuna, no se encontraba nadie en el baño, así que mis reclamos, no habían sido de orden pública.

Suspiré agotado.

Suponía que ahí terminaba todo; ese año juntos, las ilusiones y los planes. Pero, ¿qué mas podía esperar, de un chico atractivo y asediado las 24 horas del día por mujeres?, sólo fuí un iluso, un TONTO y nada mas.

Me enguajé el rostro para despejarme del letargo que la cerveza me había provocado. Salí del baño, mirando hacia el suelo y sintiéndome un estúpido.

Sin darme cuenta, choqué contra otra persona.

-Perdone...-me disculpé rápidamente, entornando la vista hacia el desconocido; segundos después, abrí los ojos sorprendido, ahí estaba Yukina, también con mi misma reacción-¿...Yukina?

-¿Kisa-san?...¡Kisa-san!

Me detuvo fuertemente del brazo.

-Tenemos que hablar.

-No quiero, déjame ir-forcejée.

-No, hablemos ahora, no te voy a soltar hasta que me escuches.

-Estoy en una reunión de trabajo ya te dije.

-Entonces vamos y te disculpas. No pienso terminar nuestra relación por un malentendido-añadió decidido.

Yukina se dirigió a la mesa y saludó a todos.

-Disculpen la molestia, ¿no les molestaría si les robo a Kisa-san por un segundo?, tengo que hablarle de algo importante-preguntó con amabilidad al grupo.

-Adelante...-respondió Takano, creyendo que se trataba de algo laboral-el trabajo es lo primero.

-Claro-sonrió Yukina.

 

Yukina iba detrás mio, y me abrió la puerta cuando salimos.

-¿Qué quieres?-le pregunté de espaldas, sin mirarlo.

-Me imagino que desde esta mañana, leíste ese mensaje de texto-inició.

-Claro, ¿y ahora qué?, ¿piensas negar que existe "Nagi"?

-No, Kisa-san, no lo niego.

 

Sentí un dolor en el pecho.

-Pero todo esto es otro malentendido tuyo.

-¡Ja!, excusas, excusas...-agregué con ironía.

 

Yukina me volteó rápidamente para que le mirara de frente.

-¡Te estoy diciendo de nuevo que estás malentendiendo todo, Kisa-san!, ¡esa chica existe pero no es lo que tú crees!-agregó desesperado.

-¿Entonces, qué demonios es?, porque te escribió "que te escaparas", obviamente sabe de mi.

-Sabe que tengo pareja, pero ella no se refería a que me escapara para engañarte con ella...

-¡¿Entonces para qué?!, ¡¿eh?!

-Adentro estamos reunidos varios compañeros del salón, les pedí ayuda para hacer el escaparate de tu nuevo manga...yo...quería que fuera una sorpresa para ti-murmuró en voz baja.

-¿Eh?

¿Es decir que yo nuevamente había malentendido una "inocente" reunión de compañeros a una infidelidad?

Los ojos de Yukina se tornaron tristes.

-Kisa-san, ¿cuánto tiempo mas va a pasar para que confíes en mi?preguntó.


Sentí como mi rostro se ponía rojo, me sentí terriblemente avergonzado.


-Yukina...yo...lo siento-murmuré-perdóname si te ofendo con cada momento de desconfianza, pero es que...-le miré-tú eres tan perfecto y tan popular, que constantemente estoy pensando qué viste en mi, qué te pudo gustar de mi persona y por qué estás conmigo-mis inseguridades brotaron de mi garganta sin poderme detener-además, eres tan asediado, en la librería siempre te buscan chicas, en la calle te miran con admiración, por eso me comporto tan estúpido y torpe, porque me muero de celos, al saber que te puedan robar de mi lado...

Yo tenía 31 años y Yukina 22...la diferencia de edades era sobresaliente, el físico...TODO.

Era increíble, que a pesar de ser mayor, me había permitido soñar despierto y pensar , que el "principe de los mangas" se enamoraría de mi.

-Kisa-san...-Yukina levantó mi rostro para que le mirara-...TE AMO, de verdad. No puedo pensar en otra persona, ni existe otra persona importante para mi en este mundo., Si tú también me amas, te pido por favor, que creas mas en mi y en lo que siento.

Yukina tomó de mi mano, colocándola sobre su pecho a la altura del corazón.

-¿Lo sientes?...sino crees en mis palabras, al menos cree en lo que estás sintiéndo.

Los ojos se me llenaron de lágrimas.

-Per...perdóname.

-No...-sonrió Yukina-no me pidas perdón, sólo confia en mi amor.

 

Me envolvió en sus brazos, abrazándome cálidamente.

-Ahora mismo soy muy feliz, Kisa...y quiero que estemos así por mucho tiempo mas-añadió sonriente.

 

Yukina no únicamente tenía el aspecto de un príncipe, su corazón puro y amoroso, también era el de uno.
 

Kisa shouta parte 2: "En el amor los celos son inevitables".

Me encontraba en la editorial completamente solo. Había llegado mas temprano que de costumbre... el motivo había sido que no quería ir a mi departamento. Ese mensaje de texto en el celular de Yukina, me había inquietado demasiado.

Alguna vez, ya había malinterpretado todo, cuando invitó a su mejor amiga al cine, a cambio que le enseñara a cocinar. En ese momento también pensé que Yukina me estaba engañando.

Para mi, sentir celos, era algo nuevo. Nunca me había pasado con los anteriores hombres que había salido, sólo me dedicaba a "disfrutar el momento". Pero, justamente ahora, no pensaba de la misma forma que antes, y no toleraría que Yukina jugara conmigo de esa manera.

Me había propuesto distraerme adelantando un poco del trabajo que tenía pendiente. Media hora después, llegó Hatori. Se sorprendió al verme y preguntó:

-¿Kisa, qué estás haciendo aquí?, ¿a ocurrido algo con el autor que estás a cargo?

-¡Hola, Hatori!-saludé sonriente-no, para nada, solo quiero adelantar un poco de lo que tengo pendiente.

-Ah, ya veo; me parece bien-respondió.

-Por cierto, ¿y el jefe, Takano-san?, ¿se presentará hoy?

-Me imagino que si, ayer faltó únicamente porque pidió el día libre.

-¿Ah, en serio?, creí que estaba enfermo.

Hatori suspiró.

-Kisa, no te enteras de nada. Ayer cumplió años, Onodera  y el jefe fue invitado a su comida familiar.

-¡Wow!, debe ser un honor ser invitado por el dueño de la editorial Onodera.

-Que no te escuche Izaka-san o te despidirá-bromeó Hatori.

-¡No, no!...sólo digo que Takano-san se debió de sentir "honrado"; después de todo, Izaka-san, creo que... aún no lo invita a alguna reunión familiar.

Hatori asintió.

-Puede ser.

 

Durante el transcurso de la mañana, el departamento se encontraba algo atareado como de costumbre. Pero, el hecho de haber enviado los manuscritos y tipografías a tiempo, era una gran ventaja, sólo teníamos que esperar a que la impresora hiciera su trabajo y que las librerías sacaran las publicaciones.

-Kisa, ¿te apuntarás a lo de hoy por la noche?-preguntó Mino al acercarse a un lado mío.

-¿Eh?, ¿qué cosa?

-Le he propuesto a Hatori que vayamos a cenar esta noche, todos los del departamento para festejarle a Onodera-kun su cumpleaños, aunque sea un día después.

-Mmmm...-sopesé la idea por un momento.

 

¿Qué sería mas conveniente que hiciera?, ¿quedarme en casa esperarndo a que Yukina me hablara?, mientras seguía dándole vueltas al asunto de :"¿Cómo y por qué a estas alturas me engaña con una chica?". O, ¿trataba de serenarme poniendo un poco de distancia?

-De acuerdo, me uno-respondí.

-¿Qué se están secreteando?-preguntó Takano-san desde su "trono".

Mino sonrió.

-Nos estamos poniendo de acuerdo para ir a cenar.

-Queremos invitar a Onodera a comer, por lo de su cumpleaños-secundó Hatori.

-Ah...me parece bien, sólo que, no se lo digan-agregó Takano-san.

-¿Por qué Takano-san?-cuestionó Mino.

-Porque Onodera suele ser muy esquivo con las reuniones, ¿no se han dado cuenta?

 

Tenía razón, aunque Rii-chan era el mas joven de todos, no era muy animoso para las reuniones recreativas con el equipo.

Takano-san hizo una señal con su dedo índice de que guardaramos silencio en el momento que se acercaba Rii-chan con un montón de hojas en ambos brazos.

Su pelo estaba alborotado y su rostro rojo.

-Takano-san, ya he terminado de sacar las copias a todos los archivos que dijiste, los he guardado en sus carpetas, te los dejo sobre el escritorio...-añadió serio-me voy a casa, con permiso.

-Onodera...-lo llamó Takano-san desde su asiento.

-¡¿Qué?!-gritó irritado Rii-chan que ya iba de salida.

Todos lo miramos sorprendidos. Rii-chan era muy valiente al contestarle así a Takano-san.

-Todavía no te vayas a casa. Acompañame a hacer unas compras de material para la oficina.

-¡¿Qué?!...¿a esta hora?

-Si.

Takano-san se levantó y me dejó al pasar, un papel escrito con la dirección del restaurante donde nos esperarían.

Los vimos alejarse juntos. Takano-san con su rostro inexpresivo y Rii-chan protestando como siempre, era gracioso verlos, tan distintos entre sí; me preguntaba porque el jefe, Takano-san, era tan paciente con él, esa paciencia no se la había visto con nadie mas. Su jerarquía siempre la hacía valer, se tratara de un buen editor o no, incluso con los mangakas era demasiado severo. Realmente, siempre fue implacable y no dejaba que nadie le replicara sus órdenes, excepto, Rii-chan.