Translate

jueves, 5 de septiembre de 2013

Kyo Ijuuin -"El amor de uno...puede provocar los celos del otro"





-Te pido que me des su dirección-dije a Zen.

-¿En verdad estás loco Ijuuin?, ¿sabes dónde vive Misaki?, en la casa de Usami Akihiko.

-¿Y qué con eso?-me estiré brevemente sobre el sofá-sólo quiero llevarle personalmente el nuevo tomo del manga.

Zen me observó con detenimiento.

-Al parecer, no te has dado cuenta, pero no cuentas con la simpatía de Usami-san.

Reí suavemente.

-Eso ya lo sé, no se necesita ser un adivino para darse cuenta de ello, es muy obvio.

-¿Entonces...?, ¿por qué te arriesgas?

Posé la mirada en Zen.

-Porque quiero ver a Misaki-confesé.

 

Así era. Ese chico inocente que había conocido aquel día en que Isaka-san nos presentó y el cual, me había animado para que continuara dibujando, Misaki Takahashi, despertó mi interés, al igual que mi cariño.

No era una persona fácil de socializar, no por que fuera antisocial o antipático, pero el tiempo como magaka me absorbía demasiado y no tenía oportunidad de entablar relaciones con las demás personas.

Zen Kirishima era mi editor desde que comenzé a hacer trabajo para la editorial Marukawa, más que editor lo veía como un amigo, un confidente, de esos a los cuales te dejas conocer como eres. Zen, me conocía bien, quizás, hasta sabía lo que estaba pensando, posiblemente adivinó el motivo por el cual quería ver a Misaki con tanta insistencia. Pero ya ni siquiera me importaba, Zen jamás me juzgaría.

-Misaki de verdad te ha vuelto un romántico, Ijuuin-se burló Zen con una carcajada.

Me pasé la mano por el cabello nervioso.

-Está bien-dijo al cabo de segundos-te daré la dirección de la casa de Usami-san, solo, cuida que no te atrape.

La advertencia de Zen no era en valde. El famoso escritor "Usami Akihiko" tenía fama de "pocos amigos", todo el mundo en la editorial, lo respetaban y procuraban no sacarle más allá de cinco palabras para no molestarlo. Me preguntaba, qué clase de relación llevaban él y su editora, Eri Aikawa...seguramente, lo tenía que tratar con mucha delicadeza, como un rey, el rey de la novela literaria.

 

Ese mismo día por la tarde, decidí hacer una visita a Misaki, quizás, con mi buena suerte, se encontraría solo. Pulsé el timbre dos veces y por el interfón se escuchó una voz:

-"¿Quién es?"

Era la voz de Misaki, no pude evitar sonreír de felicidad.

-Hola Misaki soy, Kyo Ijuuin-dije.

Pasaron unos cuantos segundos de silencio.

"¡¿Sensei?!...ya...¡ya voy!"-añadió con prisa.

Abrió la puerta y sus ojos estaban radiantes, mientras sonreía de oreja a oreja.

-¿Cómo está sensei?, ¡que sorpresa verlo por acá!, yo no sabía que iba a venir.

Reí discretamente.

-En realidad me dieron tu dirección, espero que no te moleste mi visita.

-¡No, por favor!, no diga eso, pase, pase...-se hizo a un lado para dejarme entrar.

Eché un vistazo alrededor.

-Vaya, que bonito-comenté.

-El departamento es de Usag...Usami-san, pero me deja vivir aqui desde hace algún tiempo.

-Lo he escuchado...

-Tome asiento, por favor-ofreció Misaki con nerviosismo-¿desea un té?-preguntó.

-Si, gracias.

La cocina quedaba frente a la sala, así que seguimos conversando.

-¿Y vives desde hace mucho tiempo, aquí?

-Desde hace un año y medio; mi hermano y Usami-san eran amigos desde el colegio y le pidió de favor que me quedara a vivir aquí, ya que yo tenía que estudiar y mi hermano fué trasladado a otra ciudad a trabajar.

-Vaya, ya veo...¿y dónde está a hora sensei?-cuestioné con curiosidad.

Misaki se ruborizó lentamente.

-Descansando, ayer por la noche se desveló trabajando.

-Cierto, su próxima novela ya está por salir...ah por cierto...-me acerqué hasta donde estaba-te he traído el nuevo tomo del manga, pensé que lo quisieras leer...

-¡Oh, genial!-su sonrisa destelló-muchas gracias sensei, en realidad aún no lo tengo, gracias de verdad.

-Lee la dedicatoria-le dije.

Misaki se sorprendió y abrió el manga. Su rostro se ruborizó en menos de cinco segundos. Quizás yo tenía la culpa, ya que fuí demasiado afectuoso.

La recordaba de memoria:

"Para unos ojos verdes tan lindos y alegres que me animaron y me han hecho tanto bien, de su fiel y devoto amigo...Kyo Ijuuin".

-E-esto...sensei, muchas gracias-volvió a decir con timidez.

-No es nada, ya te he dicho que...a mi me gusta mucho Misaki-kun-acaricié brevemente su mejilla.

Se escuchó un portazo y ambos volteamos a ver a dirección del ruido.

Bajaba las escaleras con rostro espectral...Usami Akihiko.

¿Lo había visto todo?, o ¿tan solo le molestaba mi presencia?

-¿Qué hace usted aquí...Kyo Ijuuin?-preguntó con su acostumbrado formalismo.

-¡Ah, Usami!-se apresuró a decir Misaki en tono nervioso-sensei vino a traerme su nuevo manga, ¿no es genial?

Usami-san me volteó a ver con el ceño fruncido.

-Eso es cierto, perdone, espero no haberlo importunado.

-¿Cómo ha sabido mi dirección?-preguntó sin diplomacia, cruzandose de brazos.

Sonreí levemente.

-Me la dieron en la editorial.

-Ya veo...-murmuró sin decir más. Si sus ojos pudieran matarme, en aquel momento hubiera sido asesinado.

La tetera hizo su particular sonido cuando el agua hirvió y Misaki se apresuró a apagar la estufa.

-El té está listo, sensei-avisó.

-Creo que ya me voy, Misaki-recogí mi abrigo del sofá-solo vine a traerte el manga.

-¿Eh?, pero sensei, ¿no se queda a comer?-preguntó Misaki con cierta decepción.

Voltee a ver a Usami-san, el cual no me dejaba de ver con mala cara y las sienes apretadas.

-Me parece que no, lo siento, aun tengo cosas que hacer-excusé.

-Que lástima...-musitó el chico.

-No te preocupes, ya nos veremos en la editorial, Misaki-kun-acaricié su cabeza.

Con el rabillo de ojo, pude observar como Usami-san se aproximaba a nosotros dos y retiró mi mano de forma brusca.

-Creo que tiene prisa por irse, ¿no es cierto, Ijuuin-san?

Sonreí levemente.

-Tiene razón, hasta luego-me despedí.

 

Al día siguiente, se lo conté todo a Zen.

-Jajajaja-carcajeó- ¡te dije que tuvieras cuidado!

-Usami-san tiene muy mal carácter...¿cómo alguien como él, puede escribir historias de amor?

-Seguramente tiene la misma "musa inspiradora" que tú, Ijuuin.

Sabía que Zen se estaba refiriendo a Misaki. Para él ya no era un secreto que Misaki me gustaba, ni para Usami Akihiko tampoco.

La pregunta que aquí rondaba mi cabeza era...si Misaki alguna vez, se daría cuenta de ello.

 


FIN

miércoles, 4 de septiembre de 2013

Nowaki Kusama: "Si lo amas, demuéstralo".





Terminaba de preparar el almuerzo de Hiro-san. Llevabamos juntos dos años, a veces creo que el tiempo pasa demasiado rápido, aún recuerdo la primera vez que lo conocí, ese día en el parque...

Con su rostro lloroso...se veía tan vulnerable e indefenso...no me pude contener.

 

-¡Hey, tú!-Hiro-san interrumpió mis pensamientos con su acostumbrada voz impaciente.

Pestañee varias veces.

-¿En qué tanto piensas que sonríes como un tonto?-me preguntó.

-Perdona, Hiro-san...ya tengo listo tu almuerzo...-cerré la caja, anundándola con una tela de color verde.

-Gracias...-murmuró sin verme, mientras metía con cuidado sus libros en el maletín.

Lo abrazé desde atrás.

-¡¿Q-que estás haciendo?!-exclamó sorprendido.

-Tan sólo quería abrazarte-respondí, apoyando mi cabeza sobre la de él.

-¡Suéltame estúpido!, que llegaré tarde al trabajo.

Inmediatamente lo liberé de mi abrazo.

-Tienes razón, disculpa, Hiro-san.

Me volteó a ver con el ceño fruncido y se acomodó la corbata.

-Me voy, nos veremos más tarde...¿o tienes guardia en el hospital?

Negué con la cabeza.

-Bien, en ese caso, nos veremos para la cena.

Los ojos se me iluminaron. Lo detuve por el brazo.

-¿De verdad, Hiro-san?, ¿vendrás a cenar?

-Ya te dije que si...-se soltó bruscamente de mi mano.

-¡En ese caso prepararé algo delicioso cuando regreses!-dije animado.

Los colores se le subieron al rostro y esquivó la mirada.

-Está bien, me voy.

-¡Que te vaya bien, Hiro-san!-me despedí sonriente.

 

Aunque Hiro-san no era cariñoso y poco demostrativo...o mejor dicho, nada demostrativo, sabía que esos "pequeños" detalles eran su manera de decirme que me quería y que le gustaba estar conmigo.

Concentrado en mi alegría, empecé a limpiar el departamento; incluso quité el polvo a los libros de Hiro-san-los cuales eran muy interesantes, exceptuando aquellos de Usami Akihiko.

No es que me disgustara su forma de escribir, de hecho, era bastante bueno para mi gusto. Él, había sido objeto del amor de Hiro-san y también formó parte de su nostalgia, al ser rechazado. Yo, no me alegraba de esto último, pero sabía reconocer que gracias a ello, pude conocer a Hiro-san aquel día en el parque, mientras pasaba un rato con los ancianos del asilo.

Cerré el libro, después de mirar la foto de Usami-sensei. Estaba decidido a no atormentarme ni torturarme por el pasado...el pasado estaba ahí...y yo ahora formaba parte del presente de Hiro-san.

Fuí al combini a comprar ciertas cosas para la cena. Por dentro me sentía feliz e ilusionado. No podía evitar tener una sonrisa cargada de satisfacción al pensarlo.

 

Después de preparar lo que cenaríamos esa noche, me senté a esperarlo pacientemente. Al cabo de minutos, escuché sus pasos desde afuera, y las llaves al abrir. Me levanté y esperé a que entrara.

-Bienvenido a casa, Hiro-san-saludé sonriente, mostrándole la mesa.

-N-Nowaki, ¿qué es esto?-preguntó confuso.

-Es la cena que te preparé.

-P-pero...¿con velas?...

Sonreí.

-Jaja, es una cena romántica.

-Tonto...-murmuró con el ceño fruncido y el rostro ruborizado-te esmeras tanto...¿acaso sientes que estamos casados?-añadió con voz irritada.

-Lo único que siento es que quiero permanecer a lado de Hiro-san por el resto de mi vida.

-¿Q-qué estás diciendo?

-Esto...-puse su mano sobre mi pecho-que estoy enamorado profundamente de Hiro-san.

-I-idiota...-alejó su mano, frunciendo el ceño-vamos a comer.

-Si-sonreí.

 

Esa noche parecía ser igual a las demás que compartía con Hiro-san. Su rostro era serio y comía en silencio, mientras yo me dedicaba a hablar, pero algo en mí, me decía que esa noche era especial...y eso era porque mi corazón latía precipitadamente y desbordante, y la única razón...era Hiro-san.


FIN

lunes, 29 de julio de 2013

Takano Masamune"El amor es doloroso"-Final

La pedí al editor novato que me acompañara a revisar el manuscrito de una mangaka. A último tiempo le había dado indicaciones para que corrigiera ciertos errores y estabamos a poco tiempo de entregarlo. Era notable, que no tenía la menor idea Ritsu Onodera, en lo que consistía el trabajo, la labor de un editor de shoujo manga. Pero estaba dispuesto hacerlo aprender con base al trabajo duro, si su aportación fuera inservible se lo haría saber a mis superiores con los días.

En el manga, en una escena del beso, la dibujante no plasmaba o no entendía bien mis observaciones, quería que fuera algo "profundo" no ambiguo-como lo había hecho- por eso decidí, darle un ejemplo, me levanté del asiento y besé al editor nuevo...el roze de sus labios me dejó inquieto y seguía teniendo la misma impresión, que ya le conocía.

Fue hasta que escuché una conversación entre Kisa Shouta y él: "Yo siempre acostumbraba a leer todos los libros de la biblioteca", detuve mis pasos, sorprendido...no había duda...Ritsu Oda y Ritsu Onodera, eran la misma persona.

Esa noche, fuí al departamento de Yokozawa.

-¿Qué tienes Masamune?-me preguntó al notar mi expresión dubitativa.

-Nada, sólo estoy cansado.

-No me engañas tan fácilmente, algo pasó, ¿qué es?

Lo observé por unos segundos y respondí:

-¿Recuerdas a esa persona de la que tanto hablaba en la Universidad?

Yokozawa bufó.

-No dejabas de hablar del tal "Ritsu Oda" ni un segundo, ¿cómo podría olvidarlo?, ¿por qué?

-Él trabaja para mí en el departamento de manga.

-¡¿Cómo?!-Yokozawa se sorprendió tanto como yo.

-Es el editor nuevo.

-¿Y qué es lo que quiere?

Me encogí de hombros.

-No creo que me esté buscando a mí, todo se ha tratado de una casualidad.

Ambos nos quedamos en silencio.

Esa noche no pude dormir, pensando en lo irónico que había sido el destino al juntarme nuevamente con mi pasado. Con alguien que no pude dejar de pensar...


...Ni de amar...

Con alguien que se instaló en mi mente como un tatuaje...

...Con alguien que creí odiar por momentos...

Pero, ya no...

...Todo recuerdo doloroso, se esfumó...

Y esta oportunidad que me ha dado la vida, la seguiré perseverante...hasta que algún día...

Ritsu Onodera me confiese su amor.




Fin

 
 

miércoles, 24 de julio de 2013

Takano Masamune"El amor es doloroso"-3 parte.


Yokozawa me quitó la ropa y no paró de besarme, yo tenía la mente obnubilada a causa del alcohol, no hice absolutamente nada, solo me dejé llevar. Al empujarme sobre la cama e instalarse encima de mí, recordé las incontables ocasiones en que yo me había acostado con otras personas, después del abandono de Ritsu y no me había percatado de los sentimientos de Yokozawa, quizás, esta era una oportunidad de dejar el pasado atrás, de intentar olvidar el dolor y dejar de llevar una vida vacía de sólo “sexo y sexo” que al final, de cuentas, no quedaba nada de ello.

 

Mientras me recorría el cuerpo con su boca y sus manos, pude sentir, que en verdad Yokozawa estaba enamorado de mí, no era un capricho, él me quería, ¿por qué jamás me había dado cuenta?...ah, yo conocía esa respuesta…todo fue a causa de Ritsu Oda…mi TORMENTO.

 

Yokozawa tembló al entrar dentro de mí, y sus manos se sentían frías, lo pude sentir agitado y transpirando sobre mi piel, sabía que era la primera vez, que Yokozawa se acostaba con un hombre, sin embargo, esta vez yo no tomé el control, me dejé guiar, pues no sentía las fuerzas necesarias para hacerlo. Además, Yokozawa no parecía el tipo de persona que se dejaría poseer.

 

Mi turbulenta mente, dejó de pensar por minutos en Ritsu y me aferré al placer que en ese momento, mi cuerpo estaba experimentando. Lo estaba disfrutando, por segunda vez en mi vida, me sentí amado…aunque la primera vez, fuera todo una mentira.

 

Minutos después, abrí los ojos y vi a Yokozawa a mi lado, con la respiración agitada, me levanté y busqué mi teléfono celular.

 

-¿Qué haces?-preguntó Yokozawa al verme teclear en el aparato.

-He tomado una decisión, borraré todos los contactos que tengo, “mis supuestos amigos”.

 

El rostro de Yokozawa se tensó.

 

-¿Estás enojado por lo que pasó?-preguntó con preocupación.

-No-negué con la cabeza-tú número lo conservaré, eres la única persona que se ha preocupado en verdad por mí.

-Masamune…¿estaremos juntos?, ¿esto significa que tú y yo podemos empezar algo “más” que amistad?

 

Me senté a un lado de él.

 

-Yokozawa, conoces mi historia mejor que nadie, sabes que sigo enamorado de “esa persona”-lo vi fruncir los labios disgustado y esquivó la mirada-pero, quiero intentarlo…-Yokozawa fijó sus ojos en mí-ya no quiero seguir pensando en un imposible…si tú puedes, ayudarme a borrarlo de mi mente, hazlo; pero, si al cabo de un tiempo, no logro esto, seré sincero y te lo diré…-esas fueron mis palabras antes de verme inmiscuido en una relación con mi amigo Yokozawa Takafumi.

 

Pasaron años…y todo seguía tan igual a antes.

 

Los recuerdos de ese amor de colegio, seguían en mi cabeza, al igual que en mis sentimientos, todo era tan real, que perdí mi capacidad para quererme enamorar nuevamente de otra persona.

 

Y viendo el rostro de desilusión frente a mí, se lo confesé a Yokozawa.

 

“No soy bueno para ti como amante, pero como amigo quiero conservarte”-le dije con total franqueza. Y él, a pesar de ver tristeza en su rostro, asintió una vez y me dijo que lo entendía, que no cambiaría nada y le creí.

 

Tiempo después, Yokozawa entró a trabajar a la editorial Marukawa, en el departamento de ventas. Yo trabajé en otra editorial, pero tenía constantes roces con mis jefes inmediatos, se quejaban de mi forma de trabajar “tan estricta”, “poco cortés” y “antisocial” de ser; para ser franco, no me sentía del todo cómodo. Meses más tarde, Yokozawa me invitó a trabajar en Marukawa, al parecer la empresa estaba a punto de la quiebra, por malos manejos de su anterior editor en jefe en el departamento shoujo.

 

Yo tenía conocimientos de manga, pero no del género shoujo. Sin embargo, en mi juventud, solía leer muchas historias de este tipo. Así que me pareció una buena oportunidad para expandir mis conocimientos y salirme de ese trabajo al cual, ya no me apetecía tanto asistir.

 

Empecé como asistente del departamento, ahí conocí a Hatori Yoshiyuki, Kisa Shouta y Mino Kanade. Mi primera impresión de Hatori era de una persona demasiado seria y formal; al conocer la edad de Kisa, me quedé sorprendido por su rostro tan juvenil y Mino, aunque sonreía constantemente, sabía por autores que  tenía un carácter terrible y les exigía demasiado.

 

Era el más joven del departamento y aunque al principio no me tomaban muy en serio, empecé a sacar mi temperamento fuerte, crítico y exigente, idee planes para mejorar la edición en manga y dividía las tareas entre mis colegas: Hatori se encargaría de Yoshikawa Chiharu, ya que parecía conocerle muy bien…Kisa se ocuparía de editores menos problemáticos, ya que era el más tranquilo para trabajar y Mino de mangas menos elaborados y sin tanta complejidad.

 

Mis intervenciones, comenzaron a dar frutos y la edición de manga shoujo, marchó viento en popa. Las ventas en Marukawa ascendieron y se pudo recuperar de una devastadora crisis económica, evitando cerrarse definitivamente.

 

Así fue como Isaka Ryuuichirou me nombró editor en jefe del manga shoujo meses después.

 

Yokozawa y yo, ya no hablamos más sobre el tema del pasado. Nuestra amistad seguía tan igual como nuestra época universitaria. Yo había decidido dejar esa vida llena de complicaciones y abocarme a mi etapa laboral. Poco a poco me fui haciendo una persona más responsable de mi misma y de mi trabajo. Sintiéndome útil, ocupaba mi mente por un buen rato…no es que ya no recordara el pasado, pero por lo menos el dolor no estaba tan punzante como antes.

 

Y así pasaron los años. No me sentía feliz. Sólo tranquilo. Ya no buscaba amar a alguien, sólo amaba mi trabajo, eso estaba bien para mi.

 

Uno de esos días, Isaka-san, el heredero de la editorial me anunció que un nuevo editor se incorporaría a nuestro departamento, no había tenido la oportunidad de estar en la entrevista, ya que estaba fuera ocupándome de un autor, que aún no tenía listo el storyboard.

Sólo sabía que se llamaba “Ritsu Onodera”, cuando escuché el primer nombre, a mi cabeza se me vinieron los recuerdos, “que casualidad”-pensé, se llamaba igual que esa persona de mi pasado, pero no presté mayor atención. En Japón, ese nombre es común, y no significaba nada, seguramente ese “Ritsu Oda” ahora estaba muy lejos, tan lejos que jamás pude seguirle el rastro.

 

Estábamos en la semana de entrega de manuscritos y el departamento era un caos. No pude evitar quedarme dormido sentado, con un libro de manga en el rostro. La luz me calaba los ojos, no dormí durante cinco días, estaba agotado, tenía ojeras demasiado marcadas debajo de los párpados. Mientras dormitaba escuché voces a mi alrededor y después Kisa me empezó a llamar en voz alta varias veces, me fastidié y le pedí que se callara, que ya le había escuchado, ante mí, estaba el editor nuevo…Ritsu Onodera, su rostro me parecía familiar, pero tenía la cara ceñuda y me habló un tanto altanero, de no ser por su mal genio, juraría que se parecía mucho a ese otro “Ritsu Oda”.

Continua.
 

 

 

 

domingo, 7 de julio de 2013

Takano Masamune: "El amor es doloroso"-2 parte.

 
 
Al llegar, Sorata me recibió con un maullido. La casa estaba sola, afortunadamente, sería patético que me vieran mis padres mas descompuesto de lo acostumbrado.
Pasé de largo, esta vez no cargué a Sorata-como siempre lo hacía-subí las escaleras hasta mi habitación y eché candado a la puerta. Voltee a ver la cama donde había hecho varias veces el amor con Ritsu...¿de qué se trataba todo esto?, él me había dicho que me quería, no sólo una vez...fueron muchas...siempre me lo repetía, entonces ¿QUÉ MIERDA PASABA?, ¿POR QUÉ SE FUÉ SIN UNA EXPLICACIÓN?...
Tenía los libros apilados a un lado de la cama y estallé con furia contra ellos, aventándolos agresivamente hacia el piso.
¡¿POR QUÉ HACÍA TODO ESTO?, ¿POR QUÉ ME ABANDONABA...POR QUÉ...POR QUÉ?!
Mi respiración estaba agitada y tenía los puños de las manos cerrados, y le dí un golpe seco al cristal de la ventana, provocando, que ésta se quebrara. La sangre brotaba a borbotones en mi piel, y me dolía, pero no más fuerte era el dolor de mi mano, que el dolor de lo que Ritsu me había hecho.
Al poco tiempo después, mis padres se terminaron divorciando, al saber, que mi padre, en realidad no lo era, y como todavía era menor de edad, mi madre tuvo mi custodia. Nos trasladamos a otra ciudad y comencé a estudiar la Universidad.
Varias veces fuí a la casa de Onodera, la vigilaba de lejos, esperando, que todo se tratara de una mentira y verle...pero jamás ocurrió. En verdad se había ido, me abandonó, y mis carentes esperanzas se esfumaron.
En la universidad, acostumbraba a estar solo, trataba de entretenerme leyendo, mi vieja afición no había desaparecido. Siempre fuí una persona reservada, pero mi ánimo había cambiado más radicalmente, haciéndome un ser aislado y sumamete desconfiado.
Algunas chicas intentaban acercáseme a hablarme, pero yo no quería tratar más con nadie...hasta que un día me tocó conocer a Yokozawa Takafumi.
Compartíamos algunas clases y él fué el primero en tomar la iniciativa de hablarme, al principio, estaba algo reacio, pero con el tiempo, me dí cuenta que era una buena persona y en la que podía confiar, además teníamos gustos similares, como la lectura.
Más adelante, me mudé con Yokozawa a su departamento, mi madre seguía envíandome dinero, pero ahora estaba muy ocupada con su nueva pareja, como para ocuparse de su lamentable hijo, el cuál, nunca prestó atención, así que le vino bien mi mudanza.
Yokozawa se había convertido en mi "cable a tierra", conocía mi pasado, conocía mi fracaso amoroso con Ritsu, mi carente vida familiar, lo sabía y lo que me reconfortaba más era que lo entendía. Cuidaba de mí, por muy estúpido que parezca, así era y estaba agradecido...hasta que un día...supe por la propia boca de una persona -que conocía a Ritsu- que él ya estaba comprometido con una chica mucho tiempo antes de "declarárseme".
Mi mundo se vino a bajo de nuevo...
La tranquilidad que había tenido gracias a Yokozawa se esfumó...eso quería decir, que yo jamás pude recuperarme realmente de lo que me había hecho Ritsu.
Ahora no solo se trataba de su abandono, también de su traición...todo eso era tan insoportable, que ya no me importó nada...me refugié en la bebida, asistía poco a clases y cambiaba constantemente de pareja, no importaba si fuera hombre o mujer...salí con tantas personas sin amarlas, dejé a tantas "amistades"...y el único que pertenecía a mi lado, seguía siendo Yokozawa.
Pero de pasar a una amistad...Yokozawa se convirtió en mi amante...en esos años...

-¿Masamune, qué haces?, ¿sigues bebiendo?-preguntó Yokozawa al verme sentado en la cama con una botella de cerveza en la mano.
-Si, todavía-murmuré y dí un trago largo.
Yokozawa suspiró molesto.
-¿Cuántas veces tengo que decirte que ese estilo de vida que llevas no te va a llevar a ninguna parte?
-Tampoco quiero ir a ningún lado.
-¿Y tu futuro?, ¿no piensas en eso?, ¿o quieres ser un mediocre por el resto de tu vida?
Lo miré y esbocé una media sonrisa.
-¿Y acaso no lo soy?...¿por qué no aceptar mi mediocridad en lugar de luchar contra ella?...si todo mundo se ríe de mí, de cualquier forma.
-Que imbécil eres...-agregó Yokozawa, dejando el portafolio en la mesa contigüa-te dejas tirar por un estúpido que te abandonó sin explicación alguna.
Miré hacia el piso.
-No hables así...me enamoré de él...
-¿Qué?, ¿sigues enamorado de ese idiota a pesar de lo que te hizo?
-Aún... no lo olvido...

Yokozawa avanzó hacía mi y me hizo levantarme.
-¡¿Pero qué carajos te pasa?!, ¡mírate a un espejo y dime si te gusta lo que ves!...¿quieres dar lástima toda tu vida?-me sarandeó por los hombros-si crees que a nadie le importas estás equivocado, yo sigo aquí para ti y ni siquiera te das cuenta que...
Lo miré.
-¿Qué...?
-...Te quiero, Masamune...-se acercó y me besó, minutos después se retiró y pasó una de sus manos por mi cabello-...todo este tiempo he estado detrás tuyo y lo seguiré estando.
Su confesión me dejó sorprendido, pero al encontrar en sus palabras alivio y consuelo, me permití tomar ese momento...y así fué como nos acostamos.
Continua.
 

miércoles, 3 de julio de 2013

Takano Masamune:"El amor es doloroso"-1 parte.

Estiré las piernas sobre el escritorio, mientras bebía mi acostumbrado café negro. El asiento de Onodera estaba vacío. Le extrañaba. No sólo le echaba de menos hacerlo enojar y gritarle cada cinco minutos...también quería verle, aunque refunfuñara y a veces me maldijera.

Ritsu se había vuelto importante e indispensable en mi vida, como respirar, como comer y dormir.

Mi corazón me lo decía cada que le veía, le hablaba, cada que lo besaba y le hacía el amor...

Ritsu Onodera era el amor de mi vida.

Sonaba a cursilería pero era cierto...aún recuerdo ese tiempo, en que le perdí por largos diez años, años, que sobreviví gracias a Yokozawa, pero sin duda, fué una etapa dura, que no se la desearía a nadie...

Hace diez años atrás...

 

Sentado en el mismo sitio de la biblioteca esperé a Ritsu, durante dos horas, me había entretenido leyendo el nuevo libro de Usami Akihiko, pero me parecía raro, que Ritsu no apareciera por ninguna parte.

Me asomé por la ventana, para ver si lo veía en el patio de la escuela, pero no. Esto ya me parecía algo raro...

Salí de la biblioteca, con rumbo al salón de Onodera. Ahí encontré a dos de sus compañeras de clase.

-Buen día...-saludé por puro formalismo-¿ha venido Ritsu a clases?

La chica me miró de forma curiosa.

-¿Eres Saga-sempai, cierto?

Asentí una vez.

-Te he visto varias veces en la biblioteca con Ritsu-kun...es raro que no te lo haya dicho.

-¿Decirme, qué?

-Se dió de baja en la escuela esta mañana-respondió.

-¿Qué?... ¡¿por qué?!-pregunté alterado.

Ambas me miraron sorprendidas.

-Al parecer iba a estudiar en el extranjero-agregó.

-¿Tienes su dirección de casa?-pregunté rápidamente.

-Eh...si...

-Por favor, dámela.

-De acuerdo-la chica apuntó temblorosa la dirección en una hoja de su libreta.

 

Salí rápidamente hacia la estación de tren. Me fijé en la dirección, al parecer, el barrio era uno de los mejores de la zona. No sabía nada acerca de él o de su familia, así que desconocía en qué trabajaban sus padres.

Me sorprendí un poco al llegar. La casa era grande, mucho más que la de mis padres, y tenía un gran jardín, adornado con rosas de todos los colores.

Pulsé desesperadamente el timbre y después de varios minutos, salió una mujer mayor con uniforme de servidumbre.

-¿Si?, ¿qué se le ofrece?-me preguntó.

-Soy compañero de escuela de Ritsu...quisiera saber si se encuentra.

-Ah, no jóven, lo siento...pero el jóven Ritsu no está.

-¿A qué hora le puedo encontrar?-insistí.

-El jóven Ritsu salió de viaje hace tres horas.

-¿Sabe a dónde iba?

-No...y lo siento, no puedo ayudarle más.

-¡Espere!-exclamé- ¿no dejó una razón para mí?-pregunté con cierta esperanza-... me llamo Saga Masamune.

-No jóven, no me dejó ninguna razón para usted.

Me dí la vuelta, con la mente en blanco, con una opresión en mi pecho insoportable...y preguntándome varias veces "¿por qué?"...¿por qué Ritsu hizo eso?, ¿por qué me estaba...abandonando?

Continua.

lunes, 17 de junio de 2013

Junjou Terrorist-Miyagi:"El amor es irracional"-parte final.


No me di cuenta en que momento me había quedado dormido, sólo sentí una mano pasarse por mis cabellos.
Abrí los ojos, sobresaltado.
-¿Eh?, ¿dónde estoy?, ¿Shinobu, qué haces aquí?
Él suspiró.
-Estaba preocupado por ti Miyagi, nunca respondiste el celular.
No se lo dije, pero recordé que lo había apagado.
-¿Y bien?, ¿qué es lo que quieres decirme?-le dí la espalda, fingiendo revisar unos exámenes.
-Sólo...-hizo una pausa-quiero disculparme-dijo.
Voltee a verlo un tanto sorprendido.
-¿Por qué?
-Tienes razón a veces actuo infantil y lo siento...sólo quiero ser alguien digno de que admires y pienso que no lo he logrado hasta ahora...-bajó la mirada-cuando me preguntaste acerca de lo que estaba anotando, era tan sólo una receta de cocina, quiero esforzarme por ser mejor, pero, al parecer todo lo arruino-frunció levemente el ceño.
Me acerqué hasta él, poniéndole mis manos en sus hombros.
-Te admiro-dije.
-¿Qué?-levantó la mirada.
-Ya me amabas desde mucho antes, soportaste tu amor no correspondido a pesar de que me casé con tu hermana, hiciste un viaje tan largo para declararte y soportaste mis rechazos con perseverancia, y al final lograste que me enamorará de ti, eso es digno de ser admirado.
Las mejillas de Shinobu se ruborizaron.
-Pero tú constantemente me dices que soy un mocoso inmaduro y caprichoso.
-No me voy a retractar de ello...-añadí con sarcásmo-ya tendré tiempo de cobrártela, cuando sea más viejo y no pueda pararme ni hacer nada por mí mismo, ¿serás mi enfermero verdad, Shinobu? o ¿me abandonarás?-sonreí divertido, estrechándolo entre mis brazos.
-Estúpido, claro que te cuidaré, jamás te dejaré.
-¿Por qué me quieres tanto, eh?
Me observó molesto.
-¡Porque se trata de ti!-exclamó-no podría amar a otra persona igual, ni aunque pasaran cincuenta años-dijo.
-Eso es mucho tiempo.
-Es sólo para que te des cuenta de que mis sentimientos son verdaderos y si te dije que te amo es así, podré ser más jóven y no haber vivido tanto como tú, pero, Miyagi-jaló mi corbata hacia él-...yo te amo de verdad.
Las lágrimas llenaron sus ojos, rodando por ambas mejillas.
Viéndolo así, me sentí totalmente desarmado.
Lo besé suavemente y me retiré en minutos para evitar ser visto por algún profesor.
-¿Y a todo esto, qué llevas ahí?-señalé la caja de bentou.
-Es tu almuerzo.
-¿De casualidad este almuerzo lleva repollo?-pregunté irónico.
Shinobu frunció los labios.
-¡Sólo cómelo y deja de criticar!, me iré a clase-azotó la puerta a manera de rabieta.

Me senté en la silla y encendí un cigarrillo.
Me parecía realmente simpático ver sus gestos infantiles, gestos que provenían de un corazón puro, de una inocencia terrorista.
En ese momento entró Kamijou a la oficina y me observó con atención.
-¿De qué se está riendo profesor?, creí que estaba deprimido, esta mañana lo noté realmente mal.
-Ya no querido Hiroki...por suerte ya todo está bien-añadí.
Kamijou me miró confundido, al parecer sin comprender una solapalabra a lo que me refería.
A pesar de la diferencia de edad, entendí que para amar, sólo basta un mismo sentimiento y un corazón sincero dispuesto a darlo todo, aunque éste sea torturantemente terrorista.


                                                                         FIN

jueves, 13 de junio de 2013

Junjou Terrorist-Miyagi:"El amor es irracional"-1 parte.

Mientras revisaba los exámenes de mis alumnos en la mesa de la cocina, observé a Shinobu que estaba atento leyendo una revista.

Apuntaba algo en una libreta, lo cual llamó mi curiosidad.

-¡Hey!-lo llamé desde mi asiento-¿qué haces?

Dió un pequeño brinco al escuchar mi voz.

-...eh...nada-murmuró.

-¿Qué estás anotando?-insistí.

-¿Ya no puedo hacer cosas libremente?-preguntó con el ceño fruncido.

-Sólo fué una pregunta.

-¿Desde cuándo preguntas tanto?-continuó-antes no me ponías tanta atención.

-"Antes" es antes...y respondiendo a tu pregunta, desde que te me declaraste y te metiste en mi cabeza, desde ese día me importa todo lo que hagas, incluyendo tus estupideces.

Shinobu frunció los labios.

-¿Te parece que todo lo que hago es una estupidéz?, ¿en ese caso por qué sigues conmigo?

Suspiré exhaousto de sus constantes rabietas. Recogí los exámenes y los metí en el maletín.

 

-¡¿Otra vez te vas huyendo, Miyagi?!-gritó-¡eso es de cobardes!

Lo miré y añadí:

-No tengo ganas de seguir discutiendo con un niño, así que me voy.

-¡¿A dónde?!-exclamó furioso.

No le dije una sóla palabra y cerré la puerta.

Pude escuchar sus gritos y como tiraba cosas al suelo.

 

"Aún es un mocoso"-pensé.

Shinobu Takatsuki se me había declarado cuando tenía 18 años y yo 35...la diferencia era extrema. Al principio, admito que pensé que era una locura su supuesto "amor". Yo no creía poder enamorarme de alguien nuevamente; lo había estado una sóla vez, de mi sensei...hace tantos años atrás.

Fué un amor unilateral, platónico y doloroso. Fué doloroso, porque murió y con su muerte, sensei se llevó gran parte de mis esperanzas e ilusiones que como adolescente tenía.

Pero aquel amor de juventud, sobrepasó el tiempo...ví pasar días, meses, años...y aún mi mente la recordaba, como aquel día, en que la miré por primera vez.

Tuve que hacerme el fuerte, después de perderla, y rehacer mi vida, salir con otras personas; así fué como conocí a Ritsuko, hermana de Shinobu, intenté enamorarme de ella, pero no pude.

Casarme con ella no había sido la mejor opción, yo vivía más pendiente de mis clases, de mi autor favorito Matsuo Basho, que de Ritsuko. Así que ante mi indiferencia, ella buscó un amante y tiempo después, me pidió el divorcio, fin de la historia.

Ahora lo único que tenía era mi trabajo como profesor, mis libros de historia antigua y los recuerdos que conservaba preciados de sensei...ante los demás, era simplemente "el cornudo que lo dejó su mujer".

Hasta que apareció Shinobu, viajando desde Australia, para confesarme que me amaba.

Al principio lo consideré ridículo y después obseno. Yo siempre fuí heterosexual y en ninguna de mis peores fantasías sexuales, habían sido con un hombre.

Muchas veces me burlé de él, lo tomé como el capricho que un mocoso mimado y consentido tenía hacia mi. Hasta que un día me dí cuenta que sus sentimientos eran reales, tan reales que me molestó incluso haberlo besado a manera de juego. Me molestó, porque me confundió...sus sentimientos me llegaron y así fué como me líe con Shinobu.

Pero la diferencia de edad era demasiada, tanto que ni él ni yo, nos entendíamos, excepto en la cama, pero hasta ahí.

Shinobu siempre fué caprichoso y hacía rabietas por todo, aunque ya fuera universitario y mi alumno, porque estudiaba literatura.

Y yo era un hombre que cada día envejecía más y prestaba menos atención a los dramas cotidianos.

Estacioné el auto afuera de la Universidad y me dirigí a la oficina, donde mi amigo Kamijou y yo, hacíamos nuestro trabajo.

Abrí la puerta de la pequeña oficina y me dí cuenta que Kamijou aún estaba ahí, absorto, trabajando.

-¡¡Kamijouuuuuuuuu!!-exclamé al verlo y corrí a abrazarlo.

Hiroki pegó un brinco sobre su silla y me separó de él.

-¡Le he dicho que no me abrace profesor!-refutó.

-¿Así saludas a tu viejo amigo?, ¡que frío!, por cierto, ¿qué haces a estas horas trabajando?, ¿por qué no estás con tu "esposa"?-bromee.

-¡Deje de burlarse!-inquirió-...Nowaki tiene que quedarse en el hospital hasta mañana y no quería estar en casa sin hacer nada...-murmuró con desanimo.

-Ah, por suerte vine yo, para acompañarte-lo abracé.

-¡Suélteme por favor!

Se alejó con el ceño fruncido.

-¿Y usted por qué está aquí?, ¿no debería estar en su casa también?

 

Solté el maletín sobre el sofá.

-No es un buen momento para estar en ese lugar-respondí.

-¿Otra pelea?

Suspiré.

-Ya sabes como son los mocosos, todo te reclaman, no lo puedo entender y yo, ya estoy viejo, no tengo tanta energía para seguirle el ritmo.

-¿Y por qué sigue con él?-preguntó Kamijou.

Esbocé una media sonrisa y apagué el cigarrillo en el cenizero.

-Aún no lo acabo de comprender, Kamijou...creeme que aún no lo entiendo, ¿a ti no te pasa lo mismo con él?-refiriendome a Nowaki-kun.

Kamijou asintió.

-A veces es un tanto inmaduro...-Hiroki frunció el ceño-...no, es bastante inmaduro-frunció los labios, como si recordara algo desagradable-¡es un completo idiota!-exclamó, arrojando un libro sobre el escritorio.

Cruzé las piernas, sentado en el sofá y lo observe con atención. Al parecer, en ese cuarto no era el único que estaba sufriendo por un amor con diferencias de edad. Me sentía un tanto aliviado no haber sido el único idiota enamorado de un mocoso inmaduro.

Continua.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

miércoles, 5 de junio de 2013

Ritsu Onodera: "El primer amor verdadero, jamás se borra del corazón" parte final.



La lluvia inició a mitad del camino. Tomé el tren a toda prisa. De todo corazón deseaba que sempai aún estuviera en la escuela. No importaba si no me quería hablar más, había decidido no molestarlo, pero no pude evitar preocuparme por él de todas formas.


Corrí hacia la entrada y me quedé esperándolo en la puerta. Como él me había pedido estar solo, no quise molestarlo y de pie, plantado con ambas sombrillas en la mano, esperé que bajara.

Diez minutos después le ví caminar, abrió su loker y sintiendo que le miraba, volteó hacia donde yo estaba.

-¿Qué haces aquí?, ¿no te habías ido ya?-preguntó.

-S-sólo quería traerte esta sombrilla para que te protejas de la lluvia sempai...pero si ya tienes una, me iré-respondí.

-¿No estás enojado por lo que te dije?

-No...yo te entiendo sempai lo desagradable que es para ti esta situación.

-Oye, ¿por qué te gusto tanto?-cuestionó.

Aquella pregunta me tomó por sorpresa, pero traté de ser sincero y fiel a lo que sentía.

-P-por que se trata de ti, sempai...no lo puedo explicar ahora, por lo menos me tomaría tres días-confesé.

Me miró en silencio unos cuantos segundos.

-¿Y tu bolso?

-Lo dejé en casa...regresé en cuanto noté que llovería.

 

Alargó su mano.

-La sombrilla...

-Ah, si, si, aquí está...-se la entregué.

 

Afuera llovía fuertemente. Las gotas de agua chocaban una trás otra contra el asfalto gris. No me atreví a mirar a sempai, pero estaba a un lado mío, callado.

¿En qué estaría pensando?, ¿sería mucho atrevimiento de mi parte si le preguntaba si le molestaba mi presencia?...aunque eso, era lógico de suponer...sempai me llamó "molesto".

El silencio no parecía tan áspero por el constante ruido de la lluvia. Ambos sujetábamos las sombrillas. Me rendí al hecho que sempai jamás me hablaría ni quería tenerme cerca, esto sólo fué una casualidad, él acepto mi gesto por necesidad, no por gusto, yo le era desagradable, eso, me había quedado muy claro.

Eran sus sentimientos y los aceptaría. Jamás volvería a molestarlo de aquella manera.

Mi mano izquierda colgaba a un costado de mi cuerpo, sentí una piel ajena, suave, rozando mi palma y unos dedos finos y largos uniéndose entre los míos...

Sempai me había tomado de la mano...¡¿q-qué estaba ocurriendo?!

Alarmado, lo miré...sentí mi rostro acalorado y ruborizado, jamás en toda mi vida, había esperado aquello.

-E-esto...v-ve a casa con cuídado sempai-añadí con nerviosismo.

Salí corriendo a toda prisa, sin volver atrás la mirada.

 

Con las semanas y nuestros encuentros recurrentes en la biblioteca, sempai había aceptado que me acercara a convensarle y a tratarlo como amigo...aunque él fuera tan reservado en sus comentarios.

No sabía con exactitud lo que le estaba ocurriendo en su vida, pero sabía que aquella coraza e ira, se derivaba de su tristeza. Y sempai era tan importante para mí, que incluso sus tristezas quería que las compartiera conmigo o por lo menos, supiera que yo estaba ahí para él, siempre que me necesitara.

Incluso, alguna vez me pareció verle sonreír, no estoy seguro de ello, porque lo tenía a distancia y estaba algo aturdido con el golpe que me di, justo eso sucedió en el pasillo de la escuela.

Días después, sempai me invitó a su casa...no podía creerlo...nervioso y sorprendido acepté la invitación, asegurándome de avisarles a mis padres que me quedaría en casa de un amigo a dormir. Mamá era una persona muy posesiva y sino les pedía permiso, lo más seguro es que no me dejarían ir, así que no tuve más opción que hacerlo.

Al terminar las clases, caminé junto a sempai con dirección hacia su casa. Tenía los nervios de punta, y no pude evitar pensar "como tenía que comportarme en su casa", "de que temas conversar", "como dejar mi mejor impresión, para que me invite de nuevo" y demás cosas.

Casi podía caminar, sentía mis piernas blandas, me comenzó a dar mareos y a transpirar.

Esperaba que sempai no lo notara o sería demasiado vergonzoso...

Sempai detuvo sus pasos y me observó.

-No tienes porque ponerte tan nervioso-añadió.

"Maldición, se había dado cuenta".

 

Al llegar a su casa, me di cuenta que estaba completamente sola y en silencio. N había nadie alrededor, excepto el gato negro con blanco que sempai recogió en un día de lluvia, al cual, saludó con el nombre de Sorata.

Cuando le confesé a sempai sobre mi conocimiento del gato, se alarmó y ligeramente percibí un rubor en ambas mejillas, y mencionó algo acerca de que es una escena del manga shojo, a lo cual, no entendí muy bien a lo que se refería, jamás había leído un manga, sólo libros.

También volví a admitir que me gustaba, para mi sorpresa, sempai se acercó a mí, e intentó besarme...instantáneamente lo aparté, temblando, y cerré los ojos a causa de la verguenza.

Algo en sempai había cambiado, y no comprendía el motivo; pero cuando sus dedos me comenzaron a desabrochar el uniforme con facilidad y añadió: "Ya entendí perfectamente tus sentimientos"...y me abrazó, supe que ya no era el mismo sempai huraño que me apartaba de su lado.

Esa tarde, casi al anochecer, sempai me pidió que hicieramos el amor y yo accedí. Accedí, a pesar de mi verguenza y mis nervios...porque yo...lo amaba, lo amaba más que a nada en el mundo y estar a su lado, no sólo me hacía bien, también me hacía feliz.

Yo nunca había tenido relaciones y sempai nunca había estado con un hombre. Ambos temblamos al estar desnudos. Su piel era suave y el olor de su cabello era embriagante. Sentí que en cualquier momento, moriría de felicidad.

Mantuve los ojos cerrados y sentí mi rostro ruborizado.

-Ritsu...-susurró sempai cerca de mi rostro-...te quiero.

¿Había escuchado bien? ¿o todo era producto de mi fantasía?

Entreabrí los ojos y vi la sinceridad en su mirada. Aquellos ojos que tantas veces creí que me despreciaban, ahora me miraban con ternura.

Sempai unió su boca a la mía, besándome con lentitud. Después apoyó sus manos con dulzura sobre mi cabeza y me volvió a besar, esta vez, con intensidad. Sentía su lengua suave moverse contra la mía, humedeciendo mis labios.

Sus manos me tocaron desde el torso, pasando hasta el abdomen y finalmente en mi entrepierna.

Lo miré espantado, y sempai me sonrió levemente.

-Está bien...-susurró cerca de mi oído, bajando hasta llegar a mi intimidad.

La sábana azul, lo cubrió, no podía ver a sempai, sólo su figura debajo de ella.

Las palmas de sus manos se movieron suaves, frotándome y acariciándome, mis sentidos se encendieron, como llama interna ardiendo en mi piel, con su sólo tacto.

Su boca recorrió el centro de mi placer, resbalándose húmeda, con ayuda de su lengua que se movía suavemente.

El éxtasis embriagante, recorrió cada tramo de mi cuerpo, corriendo hasta mi columna vertebral.

No sabía lo que sempai me estaba haciendo, pero lo disfrutaba, lo disfrutaba mucho.

Dejé escapar un gemido y entreabrí los ojos, buscándolo con mis manos en aquella obscuridad.

Sempai salió debajo de la sábana y me besó apasionadamente. Acarició mis piernas y me hizo que le rodeara la cintura con ellas...

Suavemente entró en mí y mientras lo hacía, continuaba besándome y tocándome en la entrepierna.

Sus dedos largos y finos, me recorrieron con constancia. Algo increíblemente delicioso se apoderó de mi cuerpo y sempai unió su cuerpo al mío en totalidad.

Sus movimientos constantes, sus besos, sus caricias...todo era tan perfecto que jamás había podido imaginar que algo así se podia llegar a sentir.

No era sólo el sexo...era sempai...era el amor...era todo en conjunto lo que lo hacía maravilloso.

Nuestros jadeos y gemídos se unieron al mismo tiempo y nuestros cuerpos temblaron en sintonía eróticamente.

Sempai apoyó su cabeza sobre mi torso. Podía escuchar su respiración acelerada, al igual que mi ritmo cardiaco latiendo desbocadamente.

Miré como la piel blanca de sempai era iluminada tenuemente por la luna y como el aire fresco del anochecer se colaba por la ventana.

Esto que había sentido por primera vez, fué mucho mejor que todo lo que alguna vez imaginé hacer con sempai.

Esa noche se quedó tatuada en mi piel, al igual que el amor que nació en aquella biblioteca.

 

 

-¡Onodera!, ¡Onodera!-escuché unos gritos lejanos-¡novato!

Abrí los ojos con rapidez.

-¿Eh?, ¿q-qué ocurre?-pregunté confundido.

-¿Ah?, ¿qué clase de pregunta es esa?-cuestionó mi editor en jefe, Takano-san.

-Perdón creo que me desmayé.

 

Había vuelto a la realidad, a mi vida complicada de editor shojo.

-Si tienes tiempo para andarte desmayando, ¿qué te parece tener de una vez por todas listo el manuscrito de tu autora?-cuestionó severo.

-¡Ya voy, ya voy!, no me presione.

-Estúpido...-me pegó con la regla en la cabeza.

-¿Por qué me pega, Takano-san?

-¿Siempre tengo que estar trás de ti como un niño?, ya te dije que no soy tu mamá, dedicate a hacer bien tu trabajo editor novato.

Fruncí el ceño.

Takano-san...no se parecía en nada a ese sempai que conocí, de hecho ninguno de los dos éramos iguales a antes...él había acentuado su malhumor, era sínico, y me hacía la vida imposible. Y yo, tenía este mal carácter por su culpa...¿y aún así pretendía que le "confesara mi amor"? ¡está demente!, jamás lo haré.

Y jamás es jamás... aunque en el fondo lo siga sintiendo.

 


FIN



 

*Nota: se tomaron ciertos diálogos de la historia original, con el fin de buscar concordancia al fic. Ya que es una perspectiva de los hechos desde el punto de vista de Ritsu Onodera.

 

 



 

martes, 28 de mayo de 2013

Ritsu Onodera. "El primer amor verdadero, jamás se borra del corazón" parte 3.

Al regresar a casa, ya me esperaba mi madre en la sala, con sus manos en la cintura y el ceño fruncido.

-¡Ritsu tú y yo tenemos que hablar!-anunció.

-Si mamá, ¿qué pasa?

-¡¿Qué es eso de que cancelaste el compromiso de matrimonio con An-chan?!

-¿Cómo lo supiste?

-La mamá de An-chan me lo dijo-respondió- ¿acaso estás loco?

-No, es que yo, no puedo hacerlo...

-¿Por esa persona de la que "supuestamente" estás enamorado?

Abrí los ojos a causa de la sorpresa. An-chan había contado absolutamente todo.

-Si, yo, lo siento...-murmuré cabizbajo.

-¿Y quién es "ella"?-cuestionó mi madre-¿qué tiene esa niña que no tenga An-chan?

 

No podía decirle a mi madre que estaba enamorado de sempai, jamás lo aceptaría.

-Es...una persona especial para mí, mamá-susurré.

-¡Ya dejalo, mujer!-exclamó mi padre, desde el sofá-si Ritsu está enamorado de alguien, ya no puedes hacer nada.

-No estás ayudando mucho-refutó mi madre.

-Sólo digo la verdad. Si Ritsu se fijó en esa persona por algo debe de ser, deja al chico vivir su vida y decidir tranquilo-añadió papá.

Mi madre frunció los labios.

-Me voy al cuarto, me ha dado jaqueca.

 

Cuando nos quedamos solos, papá se dirigió hacia a mi, poniendo su mano sobre mi hombro.

-Quedate tranquilo, ya se le pasará-refiriéndose a mamá-me da gusto que hayas encontrado alguien que te guste tanto, Ritsu, en verdad esa persona debe ser especial, ¿no es así?

Afirmé tímidamente.

Papá pasó su mano por mi cabello en un gesto fraternal.

-Espero que seas feliz-añadió sonriente.

 

A la mañana siguiente, sentí mucha emoción por volver a ver a sempai. De cierta forma, cancelar ese absurdo compromiso, me había quitado un peso de encima. Me sentía tranquilo.

Recordé que sempai no había leído el inicio de la historia de Usami Akihiko en la revista "Shosetsu Koharu"-la cual compramos el día anterior-la metí a mi bolso junto con los demás libros y emprendí camino hacia la escuela.

 

A la hora de salida, me dirigí a la biblioteca-sabía que sempai acostumbraba a ir en ese momento-me senté en la mesa que él acostumbraba y lo esperé.

Cuando se abrió la puerta y lo ví entrar, sentí una emoción de alegría que me embargaba.

Llevaba su habitual rostro serio, pero esto ya no me intimidaba, al contrario, sentí que desde que habíamos almorzado juntos en aquel restaurante, ya podía hablarle con un poco más de confianza.

-¡Sempai!-exclamé-te he traído la revista Shosetsu Koharu, como habías mencionado que no pudiste leer el inicio de la historia de Usami Akihiko, te la prestaré, por favor, tómala...

Observé que sus labios se fruncieron en señal de disgusto.

-¿Por qué haces todas estas cosas por mí?-preguntó.

-¿Eh?, ¿me preguntas el por qué?-sonreí tímidamente-...bien, pensé que eso te haría feliz, sempai.

-Molesto...-susurró.

-¿Eh?

-Eres una molestia-murmuró.

-¿Eh?

-¿Había escuchado bien?, ¿sempai estaba enojado conmigo?

-¡Cállate!-exclamó enojado-¡¿cuál es tu problema?!

-¿Eh?

-¡¿Qué sabes sobre mí?!-refutó.

-Yo...

-¡¿Dices que me amas, cuando ni siquiera hemos hablado?!...¡no te entiendo en absoluto!

-Lo siento, yo...

-¡¿Por qué te disculpas?!

-Bien, es sólo, que...

-¡¿Acaso sientes que hay algo por lo que debas disculparte?!-inquirió-vas y te emocionas de todo por tu cuenta, pero en serio, no puedo entenderte...

-L-lo siento, emm...yo...

-¡Y para ser honesto, todo esto es repugnante!-soltó cruelmente.

Escuchar aquellas palabras, me hicieron sentir miserable y estúpido, quise llorar, pero aguanté todo lo que me tenía que decir.

-E-emm...lo siento...yo...

-Escucha...-dijo-prefiero estar solo, ahora-añadió con sequedad.

-S-si, lo siento, con permiso...

Salí de la biblioteca, dirigiéndome al baño, afortunadamente no había nadie y me puse a llorar sentado en una esquina.

Todo aquello, lo merecía, sempai tenía razón, no era común que un hombre se le declarara a otro hombre. no era común irrumpir de aquella forma en su vida, sólo porque a mi me gustaba una barbaridad y porque quería estar junto a él.

Jamás había pensado llegar más allá o incomodarlo, sólo queria estar a su lado, compartir su mundo, verlo sonreír, pero sólo contemplé lo que yo quería de él...y yo, por su lado, le daba asco...y lo entendía.

Empecé a notar desde la ventana del baño, que el cielo se estaba cubriendo por enormes nubarrones grises. Ya había llorado lo suficiente y estaba agotado. Me enjuagué el rostro con un poco de agua y recogí mis cosas del loker.

Cuando llegué a casa, no estaban mis padres, seguramente mi papá seguía en la editorial y mamá haciendo las compras o de visita con alguna de sus amigas. Dejé mi bolso sobre la cama y escuché que llamaron a mi puerta.

-Adelante-dije.

-Onodera-kun...-se trataba del mayordomo-¿desea que le sirvan ya la comida?

-No gracias, aún no tengo hambre-miré fuera de la ventana y aprecié como pequeñas gotitas de lluvia resbalaban a través del cristal, y recordé que sempai aún estaba en la biblioteca...y sino llevaba sombrilla, se empaparía...-saldré un momento-dije al mayordomo- por favor, dígale a mis padres, si regresan, que no demoro-avisé.

Agarré dos sombrillas y rápidamente corrí hacia la escuela.

 

Continua.
 

domingo, 26 de mayo de 2013

Ritsu Onodera:"El primer amor verdadero, jamás se borra del corazón" parte 2.

Al verla, me levanté rápidamente del asiento y la saludé.

Ella me dió un abrazo amistoso y le ofrecí sentarse, abriéndole la silla contigua.

-¿Quieres algo de comer o de beber, An-chan?

Ella asintió.

-Me gustaría un helado de fresa con chocolate y crema batida, ya sabes, mi preferido-se ruborizó.

-Claro, por supuesto-sonreí-en seguida te lo compro.

 

Me dirigí hacia el local de helados e hice fila. Mientras esperaba, no pude evitar ponerme nervioso, empecé a dudar en lo que debería de hacer.

Era una completa ironía que ese mismo día, por la mañana, estuviera con sempai y ahora con An-chan.

Pagué el helado y se lo entregué, sentándome a su lado.

Me agradeció y comenzó a saborearlo.

Quise ser discreto al verla, pero me había percatado que estaba perfectamente vestida. Su cabello castaño y largo peinado con sumo cuidado, sostenido a un lado, un mechón de su pelo por un moño azul, llevaba guantes bordados de encaje del mismo tono, sus pestañas con rímel y sus labios pintados de un tono coral.

Parecía haber puesto mucho empeño en su arreglo personal, interiormente esperaba que no fuera por mí ese detalle.

-Cuando termines el helado, si quieres nos fijamos en el horario de las películas y elijes la que más te guste-propuse con una sonrisa.

-Gracias Rii-chan...-murmuró-...hay algo que te quiero preguntar...-comentó.

-¿Si, dime?

-¿Esta cita la planeó tu familia o tú?-preguntó directamente.

Aquello me tomó por sorpresa.

-Yo...por supuesto que yo-mentí-¿por qué?

Suspiró y repuso sonriente.

-Es que nunca me has invitado a salir desde que nos prometimos y comenzaba a pensar que te disgustaba hacerlo-dijo.

-No, ¡no es así!, en verdad disfruto mucho de tu compañía, An-chan, por favor, no pienses eso.

-Gracias al cielo-añadió aliviada-me sentiría muy mal, si yo no te gustara.

 

Bajé la mirada sintiéndome culpable.

-¿Qué sucede, Rii-chan?, tus mejillas están rojas, ¿te sientes bien?-con gesto de preocupación paso su mano por mi mejilla.

-An-chan...perdóname...

-¿Qué?, ¿por qué dices eso?

-Yo...no puedo casarme...contigo, An-chan-la miré turbadamente-eres una persona buena y maravillosa, por ese motivo no puedo engañarte...no me siento preparado para casarme y darte la vida que te mereces...-inicié-como sabes, toda esa idea del compromiso fué cosa de nuestros padres, pero no tomaron en cuenta nuestras opiniones y aceptar que sería un buen esposo para ti, sería muy ruín de mi parte, ahora mismo no tengo la valentía suficiente para retenerte la mirada, pero después será mucho peor para ti, escuchar esto, sino lo decía en este momento.

Mantenía mis manos en medio de mis piernas y las sentía húmedas a causa del nerviosismo.

Pero, dentro de mi carácter tímido, solía ser muy directo ante las situaciones importantes.

-¿Estás...cancelando nuestro compromiso?-preguntó An-chan al cabo de varios minutos.

-...Si.

 

An-chan dejó a un lado la copa de helado y bajó la mirada. Me sentí patético al tener que herirla de esa forma. Justamente eso, es lo que no hubiera querido ver durante toda mi vida.

No tuve anteriores experiencias de noviazgos, pero me imaginaba que ser rechazado y herido, era el sentimiento mas horrible del mundo.

-¿Estás interesado en alguien más?-preguntó, mirándome con atención.

En ese momento, la cara de sempai cruzó por mi mente al igual que todas las emociones que me hacía sentir con tan sólo pensarlo o tenerlo cerca.

-...Si-confesé.

An-chan suspiró.

-Lo entiendo, Rii-chan-agregó.

 

Levanté la mirada y le ví forzar una sonrisa. Una sonrisa que no era real. Sino más bien de esas, que se esbozan para simular una tristeza.

An-chan me pasó la mano por el cabello.

-En ese caso, espero que seas feliz con esa persona-añadió.

Me dió un beso rápido en la mejilla y se levantó de la silla.

-Regresaré a casa, discúlpame que no me quede contigo a ver la película, pero hablamos después, ¿está bien?

Se despidió con una señal, diciéndome "adiós" y caminó rápidamente fuera del cine.

 

Me volvi a sentar y no supe que pensar en aquel momento, estaba desconcertado. ¿En verdad a An-chan le había afectado tanto que cancelara nuestro compromiso?

Esa respuesta jamás la pude conocer, hasta mucho tiempo después.

Había descubierto que An-chan estaba enamorada de mí y para olvidar todo el desagradable suceso, se mudó un tiempo a Francia.

Eso me apenaba y en verdad lo lamentaba, pero no podía fallar y engañar a mis sentimientos, yo estaba enamorado de sempai, lo sabía. Y aunque él era un tanto esquivo y solitario, estaba dispuesto a darle toda mi sincera amistad, con tal de agradarle...aunque sea un poco.

Continua.

Ritsu Onodera: "El primer amor verdadero, jamás se borra del corazón" parte 1





Anoche soñé con sempai...

Sentado en el mismo sitio de la biblioteca, leyendo absorto un libro. La cálida luz del sol iluminaba su rostro serio, el aire que se filtraba por la ventana, movía levemente algunos mechones de su cabello.

Yo permanecía a distancia, escondido, sólo observándolo.

Era la persona más bella que mis ojos pudieron ver, alguna vez.

Nunca me había gustado antes un hombre, pero sempai era distinto...él...provocaba en mí una fuerza de atracción tal, que no podía dejar de admirarlo.

Tres años de mi vida escolar, después de conocerlo, me dediqué a mirarlo a escondidas.

Me sentía un acosador, un loco, por vigilarlo siempre en la biblioteca, pero sabía, que jamás me atrevería a hablarle. Eso era imposible, un sueño, "de esos", que tanto te gustaría experimentar, pero que sólamente están intactos en tus fantasías y verlos realidad es algo nulo.

Ni yo mismo pude deducir qué ocurrió ese día...ese día en que milagrosamente sempai me habló.

Un sin fín de emociones experimenté aquel instante, sempai era perfecto, me gustaba, me gustaba mucho...y se lo confesé.

Cuando reaccioné y fuí conciente de mi atrevimiento, él respondió sereno, lo contrario a lo que esperaba...por lo menos, esperaba a que se molestara o me soltara alguna palabra ofensiva, ya que no era muy común, por así decirlo, que un hombre se le confesara a otro hombre, al menos, jamás lo había hecho.

Pasó mucho tiempo para que sempai me permitiera entrar a su mundo, ese mundo... al que tantas ocasiones quise pertenecer.

Después de clases, decidí ir a un restaurante de comida rápida, un compañero de salón había llevado de almuerzo un emparedado hecho de atún y vegetales, me pareció apetitoso y quise probarlo. En mi casa no se acostumbraba a comer ese tipo de cosas, pero no quería quedarme con la curiosidad de saber que tan bueno estaba.

Por casualidad o destino, sempai entró al mismo lugar, y a la hora de ordenar, no pude evitar sentirme cohibido, jamás había entrado a comer a un restaurante así y sempai me estaba observando, ¿que tal si quedaba como un tonto a la hora de hacer mi pedido?

La señorita que atendía el mostrador, comenzó hacerme una pregunta trás otra acerca de mi orden... no entendía absolutamente nada y empecé a ponerme nervioso; pero sempai, amablemente ordenó por los dos.

Y ahí estabamos, sentados uno frente al otro...me sentía feliz.

Hablamos de tantas cosas, entre esos temas, salió a relucir el mismo gusto por las historias del autor Usami Akihiko, mi autor preedilecto. Enterarme que era casi de nuestra misma edad, me dejó gratamente sorprendido, definitivamente, hay personas especiales que llegan a descubrir sus talentos a una edad temprana.

Yo siempre sentí una enorme inclinación por leer, desde pequeño. Podía pasarme horas leyendo los libros de la editorial de mi padre, esa era mi mejor distracción.

A sempai también le gustaba leer, teníamos eso en común y de ello hablamos un buen rato.

Después de comer, fuímos juntos a comprar la misma revista de literatura, había pasado la tarde con sempai y eso me hizo sentirme agradecido con la vida. Mi sueño...el que tantas veces imaginé imposible de cumplir, se estaba realizando.

Mi madre, que constantemente estaba al pendiente mío, me preguntó un día qué me estaba ocurriendo.

-¿Por qué lo preguntas, mamá?

-Te noto distinto a antes...¿acaso estás enamorado, Ritsu?-me preguntó en aquél tiempo.

-¿Eh!, ¡no, no!, ¡claro que no!-nervioso, me esforzé por negarlo.

 

Ella sonrió.

-No tienes que alarmarte, eso es muy normal a tu edad. Creo que te está empezando hacer ilusión lo que tu padre y yo te hablamos el otro día, ¿cierto?

-¿Eh?, ¿qué cosa?

-Sobre tu prometida, An-chan.

-Ah, eso...

-¿Por qué no la llamas y salen juntos?-dijo al tiempo que me pasaba el teléfono.

-Pero... yo tengo mucha tarea que hacer...-murmuré.

-¡No seas tonto, Ritsu!, llámala e invitala a salir. Es una chica tan agradable, no seas tan frío, ¡anda, anda!, márcale a su casa-insistió, prácticamente obligándome.

 

No me pude negar a los deseos de mi madre e invité ese día a salir a An-chan.

Ella era mi amiga de la infancia, crecimos prácticamente juntos, nuestras familias eran amigas y siempre me llevé bien con ella. Pero, sólo la veía como una hermana y la quería de la misma forma, no podía sentirlo de otra manera. Enterarme que nuestras familias hicieron planes a nuestras espaldas y nos habían comprometido a matrimonio, fué una sorpresa poco grata.

No quería que An-chan lo tomara como ofensivo o poco caballeroso de mi parte, pero no me podía casar con ella, sino la amaba como se lo merecía.

Nos citamos en el cine, la esperaba sentado en una de las sillas de la cafetería.

Estaba decidido a ponerle fin a esa situación, no quería la infelicidad de An-chan, la apreciaba demasiado para hacerle daño.

Ese mismo día le diría la verdad.

Mientras esperaba su llegada, mentalmente me puse a repasar lo que le diría y la forma en que lo haría. Tenía que ser cuidadoso en no herirla, porque a pesar de ser mi mejor amiga, la apreciaba demasiado para verla sufrir.

Evidentemente, ninguno de los dos estaba enamorado el uno del otro, pero toda mujer tiene su vanidad y no quería que sintiera mi negativa como un rechazo personal.

-¿Rii-chan?-me llamó una voz suave.

Levanté la mirada y ví a An-chan, perfectamente arreglada, con un bonito vestido color azul turquesa.

Continua.

miércoles, 22 de mayo de 2013

Misaki Takahashi: "El amor está lleno de lecciones...que todos necesitan un buen profesor" parte final.

Sabía que le quería, pero, "amar" a una persona tenía un significado mas profundo, algo, que a mi manera de pensar era una "conexión irrompíble".

Aún no tenía la seguridad de amar a Usagi-san, solo sabía que formaba parte importante de mi vida, pero, no estimaba hasta que punto lo hacía.

Salí de la ducha, enrollándome una toalla alrededor del cuerpo. Ya tenía la ropa que me iba a poner en la cama, así que rápidamente me vestí y me desenrredé el cabello, dejándolo húmedo.

Abrí la puerta y me encontré al pie de esta un libro de las novelas yaoi que Usagi-san acostumbraba a escribir. Después, pude mirar como otro libro le prodecía y así sucesivamente, hasta formar un camino que conducía escaleras abajo.

Suspiré. No sé porque esto me recordaba a un evento ya pasado. Seguí el camino formado por los libros y al bajar, vi a Usagi-san parado al lado de una elegante mesa.

Trajeado y con corbata me sonrió y avanzó hasta donde yo estaba.

-Buenas noches, Misaki-saludó-bienvenido, serás mi invitado de honor-dijo.

-¿Eh?, Usagi-san, ¿qué significa esto?-pregunté, mirando la mesa, perfectamente acomodada, con platos de porcelana fina, cubiertos de plata, y velas en el centro.

-Significa que tendremos una cena especial para ti y para mi-tomó de mi mano, llevandome hasta la mesa y abrió la silla de junto-vamos, sientate-dijo.

Me senté y no pude evitar sentir esa extraña sensación de incomodidad.

-Me hubieras dicho que esta cena sería elegante-comenté-así me habría vestido mas apropiadamente.

-No seas tonto-respondió-así te ves perfecto para mi-sus manos descorcharon la botella de vino y lo sirvió en dos copas.

-Pero...yo no tomo-le dije.

-Por esta noche no te hará daño-respondió.

-Que malos consejos me das, Usagi-san-murmuré.

-Si-afirmó-demasiado malos.

 

Se sentó a un lado mío y me miró.

-¿No tienes curiosidad por saber qué ordené?-preguntó.

Destapé los platos y le devolví la mirada curioso.

 

-Ordené comida francesa-dijo-como entrada, el "
Fondue savoyarde" (fondue elaborado con queso y vino blanco, donde se mojan pequeños cubos de pan), el "Coq au vin", (estofado de pollo al vino), el "Hachis parmentier", (gratinado de puré de patatas y carne picada) y como postre, sufflé de fresas-explicó.

 

-Se ve delicioso, Usagi-san, aunque los nombres son complicados, ¿cómo haces para recordarlos?-pregunté.

 

-Jaja-rió suavemente-recuerda que viví un tiempo en Europa, así que viajaba seguido a Francia, terminas acostumbrandote a las palabras.

 

Undí el tenedor sobre una patata y lo comí.

 

-¡Sugoiiii!-exclamé-¡delicioso, está delicioso!

 

-Me alegro que te gustara.

 

-¿Y tú no vas a comer?-pregunté al verlo tranquilamente observandome.

 

-No tengo hambre-movió su copa suavemente en movimientos circulares y bebió con delicadeza el vino.

 

-¿Entonces por qué ordenaste tanta comida?

 

-Porque los niños estudiantes deben alimentarse bien.

 

-¡Otra vez con lo de "niño", ya te dije que no lo soy!-exclamé ceñudo con la boca llena.

 

-Jaja-Usagi rió-aún te falta mucho por crecer.

 

-¡Mira quién habla!...¡tú eres un hombre de 29 años y sigues durmiendo con Suzuki-san.

 

-Mmm...en eso puedes tener razón, tengo mi lado infantil, pero aún así, yo te llevo de ventaja varios años, así que siempre serás "mi niño"-me guiñó el ojo.

 

-Pero yo cuido de ti...tú no podrías hacerlo solo.

 

-Mucho tiempo cuidé de mi, pero ya no podría vivir solo de nuevo; Me he acostumbrado a ti, Misaki-confesó-...así alguna vez intentaras irte, no lo permitiría, te encerraría.

 

Sonreí nervioso.

 

-Eso me esta dando miedo.

 

-Si da miedo. Pero eres mío, no te dejaría escapar tan fácilmente.

 

 

Agarré la copa con vino y la bebí entera de un solo trago.

 

 

 

*Escazos quince minutos después...

 

-Usagi-san...¡¡up!!...

 

Ya estaba con hipo y completamente fuera de sí.

 

-Tú me gustas en verdad...¡up!

 

-¿Así?, ¿qué te gusta de mi?-preguntó con una sonrisa.

 

-¡Todo!...¡¡up!!...¿qué no te ves en el espejo?

 

-Si, seguido, pero me gustaría saber por tus palabras, qué te gusta de mi.

 

-¡Es que eres casi perfecto!..¡¡up!!...tu cabello es muy suave, tus ojos son lindos...¡¡up!!...eres tan atractivo que no comprendo, porque te fijaste en mi..¡¡up!!

 

-Por muchos motivos, pero el principal fue porque un "niño", que no conocía, fue capaz de ver en mi interior y eso me desarmó.

 

Usagi-san se levantó del asiento y me pasó sus brazos alrededor.

 

-Y ahora, sin darte cuenta, me estás confesando tu amor, que feliz estoy.

 

-¿A-amor?...¡no-no, Usagi-san...!, ¡eso no es verdad!...

 

-No tiene caso que continues ocultandolo, Misaki.

 

-¡No es que no es así!...¡¡up!!

 

-Demasiado tarde...susurró, alzandome en brazos.

 

-¡Bájame, bájame!...¡¡up!!

 

 

Entrando a su habitación, Usagi-san me dejó sobre la cama. Y se quitó la corbata y el saco.

 

-¡Espera!, ¡espera!, ¡no abuses de mi!,¡¡up!!, lo que dije no fue en forma conciente...

 

-Pero recuerdas que lo hiciste, ¿no es así?, eso es suficiente para mi.

 

-No, yo...¡ahhh!-Usagi pasó su mano por debajo de mi camisa.

 

-¿Lo ves?, cada que te toco te estremeces...

 

-¡No es verdad!

 

Usagi me acalló, besándome. Jugueteó con mi lengua y al separarse, me miró profundamente a los ojos.

 

-También sé que te gusta que te bese...

 

-¡Mentiroso!

 

Usagi-san desabotonó mi pantalón, bajando el cierre...y me tocó.

 

-¡¡Ahhhh!!, ¡noo!, ¡ya nooo!-exclamé.

 

-Y también sé, que te gusta esto...

 

Usagi-san me lamió y chupó con tal intensidad, que tuve que morder mis labios para acallar mis gemidos.

Hasta que no pude resistirlo, y dejé mi placer a evidencia.

 

-¡Ahhhhhhhhhhhhh!-suspiré.

 

Usagi-san me miró nuevamente, secándose los labios con sus dedos.

 

Sus manos me acariciaron el cabello.

 

-Eres tan lindo, que podría hacerte el amor toda la noche...-murmuró.

 

 

A causa del vino y de lo que Usagi-san me había hecho, me quedé profundamente dormido esa noche.

 

Solo recuerdo que antes de cerrar los ojos. Usagi-san me había dicho que me amaba y yo le respondí: "te quiero, tal vez".

 

 

La mañana siguiente, al despertar, vi mi ropa en el suelo y a Usagi-san dormido a lado mío.

 

-¡¡¡¡¡Que fue lo que me hiciste!!!!!!!!!-exclamé alarmadamente.

 

Usagi-san entreabrió sus ojos.

 

-¿Qué pasa?

 

-¡Me violaste!, ¿verdad?...¡novelista pervertido!

 

 

Rápidamente recogí mi ropa y azoté la puerta.

 

 

Caminé entre los libros yaoi que seguían en hilera, esos libros eran una fuente de maldición y perversión.

Después de vestirme, los recogí botándolos a la basura.

 

La puerta de entrada se abrió de par en par.

 

-¡Buenos días chibi-tan!-saludó Isaka-san.

 

-Buenos...días.

 

-¡Hola Misaki!-agregó Eri-san-¿dónde está sensei?

 

-Esto...aún duerme.

 

-¡Ahhh!, ¿así que tuvieron una noche de amor?-guiñó el ojo Isaka-san, mirando hacia la mesa.

 

-¡No, eso...!, ¡no es así!

 

-No te preocupes chibi-tan, no tienes porque alarmarte-añadió Isaka-san.

 

-¡Qué escándalo!-exclamó Usagi-san bajando las escaleras-¿Isaka-san no le dije que no lo quería ver!-preguntó ceñudo.

 

-¡Ah!, ¡Akihiko, siempre tan bromista!-le pasó un brazo por los hombros-...queremos ver el manuscrito-agregó.

 

-Ahí está, lo dejé sobre el sofá-respondió Usagi, sentándose y fumando un cigarrillo.

 

 

Eri-san comenzó a leerlo.

 

Mientras estaban distraídos, empecé a recoger los platos y las velas, todo el desorden que había quedado en la mesa.

 

No podía creer que Usagi se hubiera aprovechado de mi, aunque siempre lo hacía, pero ahora fue distinto, estaba un poco borracho, es decir...no estaba acostumbrado a tomar. ¿Por qué no podía controlar sus "ansias"? siempre tenía que estarme tocando...y yo terminaba cayendo...ante sus caricias...

 

Aunque esta vez, fue un poco distinto, se comportó mas tierno, de lo acostumbrado...él me había dicho que me amaba...¿quién se puede enojar después de esa confesión?...si no me molestaba aquello, ¿también yo lo amaba?...

 

-¡Sensei!, ¡esto es genial!-exclamó Eri-san-una noche de sexo, después de una cena erótica con velas y comida francesa, definitivamente esto les va a gustar a los lectores.

 

¡¿Qué...había dicho?!

 

-¡Arghhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh!, ¡maldito escritor, pervertido!-le arrebaté el manuscrito de las manos a Eri-san, rompiendo hoja por hoja.

 

-¡Misaki-kun!, ¡¿qué haces?!-preguntó alarmada Eri-san.

 

-¡Estoy harto, me voy de esta casa llena de perversión!-exclamé dando un portazo.

 

 

¡Imposible!, e ¡inconcevible! que yo me enamore de una persona como él!...un chico de corazón inocente y romántico como yo, no podía estar en manos de semejante hentai.

 

Y así es como yo, Misaki Takahashi de 19 años, tuve que pasar el verano soportando mi estadía en la casa del escritor "porno" Usami Akihiko...

"Nii-chan...mudarme aquí, ha sido demasiado peligroso y me seguirá trayendo grandes problemas".



FIN