Takano Masamune: "El amor es doloroso"-2 parte.
Al llegar, Sorata me recibió con un maullido. La casa estaba sola, afortunadamente, sería patético que me vieran mis padres mas descompuesto de lo acostumbrado.
Pasé de largo, esta vez no cargué a Sorata-como siempre lo hacía-subí las escaleras hasta mi habitación y eché candado a la puerta. Voltee a ver la cama donde había hecho varias veces el amor con Ritsu...¿de qué se trataba todo esto?, él me había dicho que me quería, no sólo una vez...fueron muchas...siempre me lo repetía, entonces ¿QUÉ MIERDA PASABA?, ¿POR QUÉ SE FUÉ SIN UNA EXPLICACIÓN?...
Tenía los libros apilados a un lado de la cama y estallé con furia contra ellos, aventándolos agresivamente hacia el piso.
¡¿POR QUÉ HACÍA TODO ESTO?, ¿POR QUÉ ME ABANDONABA...POR QUÉ...POR QUÉ?!
Mi respiración estaba agitada y tenía los puños de las manos cerrados, y le dí un golpe seco al cristal de la ventana, provocando, que ésta se quebrara. La sangre brotaba a borbotones en mi piel, y me dolía, pero no más fuerte era el dolor de mi mano, que el dolor de lo que Ritsu me había hecho.
Al poco tiempo después, mis padres se terminaron divorciando, al saber, que mi padre, en realidad no lo era, y como todavía era menor de edad, mi madre tuvo mi custodia. Nos trasladamos a otra ciudad y comencé a estudiar la Universidad.
Varias veces fuí a la casa de Onodera, la vigilaba de lejos, esperando, que todo se tratara de una mentira y verle...pero jamás ocurrió. En verdad se había ido, me abandonó, y mis carentes esperanzas se esfumaron.
En la universidad, acostumbraba a estar solo, trataba de entretenerme leyendo, mi vieja afición no había desaparecido. Siempre fuí una persona reservada, pero mi ánimo había cambiado más radicalmente, haciéndome un ser aislado y sumamete desconfiado.
Algunas chicas intentaban acercáseme a hablarme, pero yo no quería tratar más con nadie...hasta que un día me tocó conocer a Yokozawa Takafumi.
Compartíamos algunas clases y él fué el primero en tomar la iniciativa de hablarme, al principio, estaba algo reacio, pero con el tiempo, me dí cuenta que era una buena persona y en la que podía confiar, además teníamos gustos similares, como la lectura.
Más adelante, me mudé con Yokozawa a su departamento, mi madre seguía envíandome dinero, pero ahora estaba muy ocupada con su nueva pareja, como para ocuparse de su lamentable hijo, el cuál, nunca prestó atención, así que le vino bien mi mudanza.
Yokozawa se había convertido en mi "cable a tierra", conocía mi pasado, conocía mi fracaso amoroso con Ritsu, mi carente vida familiar, lo sabía y lo que me reconfortaba más era que lo entendía. Cuidaba de mí, por muy estúpido que parezca, así era y estaba agradecido...hasta que un día...supe por la propia boca de una persona -que conocía a Ritsu- que él ya estaba comprometido con una chica mucho tiempo antes de "declarárseme".
Mi mundo se vino a bajo de nuevo...
La tranquilidad que había tenido gracias a Yokozawa se esfumó...eso quería decir, que yo jamás pude recuperarme realmente de lo que me había hecho Ritsu.
Ahora no solo se trataba de su abandono, también de su traición...todo eso era tan insoportable, que ya no me importó nada...me refugié en la bebida, asistía poco a clases y cambiaba constantemente de pareja, no importaba si fuera hombre o mujer...salí con tantas personas sin amarlas, dejé a tantas "amistades"...y el único que pertenecía a mi lado, seguía siendo Yokozawa.
Pero de pasar a una amistad...Yokozawa se convirtió en mi amante...en esos años...
-¿Masamune, qué haces?, ¿sigues bebiendo?-preguntó Yokozawa al verme sentado en la cama con una botella de cerveza en la mano.
-Si, todavía-murmuré y dí un trago largo.
Yokozawa suspiró molesto.
-¿Cuántas veces tengo que decirte que ese estilo de vida que llevas no te va a llevar a ninguna parte?
-Tampoco quiero ir a ningún lado.
-¿Y tu futuro?, ¿no piensas en eso?, ¿o quieres ser un mediocre por el resto de tu vida?
Lo miré y esbocé una media sonrisa.
-¿Y acaso no lo soy?...¿por qué no aceptar mi mediocridad en lugar de luchar contra ella?...si todo mundo se ríe de mí, de cualquier forma.
-Que imbécil eres...-agregó Yokozawa, dejando el portafolio en la mesa contigüa-te dejas tirar por un estúpido que te abandonó sin explicación alguna.
Miré hacia el piso.
-No hables así...me enamoré de él...
-¿Qué?, ¿sigues enamorado de ese idiota a pesar de lo que te hizo?
-Aún... no lo olvido...
Yokozawa avanzó hacía mi y me hizo levantarme.
-¡¿Pero qué carajos te pasa?!, ¡mírate a un espejo y dime si te gusta lo que ves!...¿quieres dar lástima toda tu vida?-me sarandeó por los hombros-si crees que a nadie le importas estás equivocado, yo sigo aquí para ti y ni siquiera te das cuenta que...
Lo miré.
-¿Qué...?
-...Te quiero, Masamune...-se acercó y me besó, minutos después se retiró y pasó una de sus manos por mi cabello-...todo este tiempo he estado detrás tuyo y lo seguiré estando.
Su confesión me dejó sorprendido, pero al encontrar en sus palabras alivio y consuelo, me permití tomar ese momento...y así fué como nos acostamos.
Continua.
No hay comentarios:
Publicar un comentario