No me di cuenta en que momento me había quedado dormido, sólo sentí una mano pasarse por mis cabellos.
Abrí los ojos, sobresaltado.
-¿Eh?, ¿dónde estoy?, ¿Shinobu, qué haces aquí?
Él suspiró.
-Estaba preocupado por ti Miyagi, nunca respondiste el celular.
No se lo dije, pero recordé que lo había apagado.
-¿Y bien?, ¿qué es lo que quieres decirme?-le dí la espalda, fingiendo revisar unos exámenes.
-Sólo...-hizo una pausa-quiero disculparme-dijo.
Voltee a verlo un tanto sorprendido.
-¿Por qué?
-Tienes razón a veces actuo infantil y lo siento...sólo quiero ser alguien digno de que admires y pienso que no lo he logrado hasta ahora...-bajó la mirada-cuando me preguntaste acerca de lo que estaba anotando, era tan sólo una receta de cocina, quiero esforzarme por ser mejor, pero, al parecer todo lo arruino-frunció levemente el ceño.
Me acerqué hasta él, poniéndole mis manos en sus hombros.
-Te admiro-dije.
-¿Qué?-levantó la mirada.
-Ya me amabas desde mucho antes, soportaste tu amor no correspondido a pesar de que me casé con tu hermana, hiciste un viaje tan largo para declararte y soportaste mis rechazos con perseverancia, y al final lograste que me enamorará de ti, eso es digno de ser admirado.
Las mejillas de Shinobu se ruborizaron.
-Pero tú constantemente me dices que soy un mocoso inmaduro y caprichoso.
-No me voy a retractar de ello...-añadí con sarcásmo-ya tendré tiempo de cobrártela, cuando sea más viejo y no pueda pararme ni hacer nada por mí mismo, ¿serás mi enfermero verdad, Shinobu? o ¿me abandonarás?-sonreí divertido, estrechándolo entre mis brazos.
-Estúpido, claro que te cuidaré, jamás te dejaré.
-¿Por qué me quieres tanto, eh?
Me observó molesto.
-¡Porque se trata de ti!-exclamó-no podría amar a otra persona igual, ni aunque pasaran cincuenta años-dijo.
-Eso es mucho tiempo.
-Es sólo para que te des cuenta de que mis sentimientos son verdaderos y si te dije que te amo es así, podré ser más jóven y no haber vivido tanto como tú, pero, Miyagi-jaló mi corbata hacia él-...yo te amo de verdad.
Las lágrimas llenaron sus ojos, rodando por ambas mejillas.
Viéndolo así, me sentí totalmente desarmado.
Lo besé suavemente y me retiré en minutos para evitar ser visto por algún profesor.
-¿Y a todo esto, qué llevas ahí?-señalé la caja de bentou.
-Es tu almuerzo.
-¿De casualidad este almuerzo lleva repollo?-pregunté irónico.
Shinobu frunció los labios.
-¡Sólo cómelo y deja de criticar!, me iré a clase-azotó la puerta a manera de rabieta.
Me senté en la silla y encendí un cigarrillo.
Me parecía realmente simpático ver sus gestos infantiles, gestos que provenían de un corazón puro, de una inocencia terrorista.
En ese momento entró Kamijou a la oficina y me observó con atención.
-¿De qué se está riendo profesor?, creí que estaba deprimido, esta mañana lo noté realmente mal.
-Ya no querido Hiroki...por suerte ya todo está bien-añadí.
Kamijou me miró confundido, al parecer sin comprender una solapalabra a lo que me refería.
A pesar de la diferencia de edad, entendí que para amar, sólo basta un mismo sentimiento y un corazón sincero dispuesto a darlo todo, aunque éste sea torturantemente terrorista.
FIN
No hay comentarios:
Publicar un comentario