"Con este capítulo, retomo mi trabajo a escribir, espero les guste"
Desde hace años trabajo en una editorial llamada Marukawa, justamente, en el departamento de manga shoujo.
Mi jefe, es Takano-San... Mi antiguo amor de colegio...
(Ritsu se pega en el escritorio)
No!, ya no puedo recordar eso! - me regaño a mi mismo.
Como es posible que no lo haya olvidado aun?
Miro alrededor de la habitación oscura y me siento al borde de la cama.
Es que no puedo olvidar algo que Takano-San me recuerda constantemente.
MALDITO! - grito desesperado.
La puerta se abre rápidamente.
-Te has despertado? - parado frente a mi, con su melena alborotada y una taza de café en la mano, Takano-San me observa en silencio.
Ah claro, se me olvidó comentar que ahora vive conmigo. Se trajo sus cosas contra mi voluntad.
Me levanto con el ceño fruncido.
-Voy a bañarme-digo evitando verlo.
Takano no responde y sigo mi camino hasta el baño, cierro la puerta con seguro, así me aseguro que no entrará.
Suspiro un poco aliviado, al fin voy a tener un momento a solas. Abro el grifo del agua y empiezo a dejar correr el agua, hasta que salga caliente.
Me bajo los pantalones de pijama y observó como mis piernas están marcadas por moretones púrpuras.
Dios!, pero que?!
Y recuerdos innombrables me inundan de la noche anterior. Mi cara adquiere un color rojo y me siento muy avergonzado.
"Te odio Takano-San",-no puedo evitar decir.
Me siento al borde de la tina y comienzo a pensar en nuestra historia, nuestro comienzo, adiós y reencuentro.
Muevo la cabeza de un lado al otro.
Es imposible que el amor sea como un manga shoujo, todo acabe con un "felices para siempre" , donde ambos vivimos una digna historia de amor romántica.
No. La vida no es así, no hay burbujas, pétalos de sakura revoloteando a nuestro alrededor y sempai no brilla cuando me mira...
(Ritsu recuerda como Takano luce radiante ante las autoras de manga)
Bueno solo a veces, cuando quiere luce así.
Entro a la tina y me hundo en las burbujas.
Quiero quitarme su olor... Comienzo a tallar con fuerza.
Sus palabras... y tallo aún más...
Su lengua...."ahhhhhhhhhh!"
Me pego en el azulejo y se me cae encima el bote de shampoo.
Que demonios pasa ahí dentro?! - pregunta Takano-san al otro lado de la puerta.
Nada! - grito desesperado y turbado por aquel recuerdo.
No se escuchó nada más.
Debo olvidar... Ahora mismo aquello.
Salgo de puntillas del baño, percibiendo el olor a café y pan.
Takano-san se asoma desde la cocina.
Has terminado? -
No me asuste así, por favor! - exclamó irritado.
Takano-san cruza los brazos y me mira de arriba abajo.
Y si te cambias después? - comenta con calmada malicia.
No gracias, me gusta comer vestido-cierro dando un portazo.
Parece nunca tener limites...
Ya cambiado, voy a la cocina, tomo del refrigerador lo primero que veo para tomar y avanzo hacia la salida.
Onodera!, a donde vas? - me pregunta con suma seriedad.
Al trabajo, señor editor en jefe, algunas personas, tenemos que trabajar-observo como tranquilamente toma asiento y bebé de su café - usted debería hacer lo mismo.
Takano-san se encoje de hombros.
-Avisé que no iría a trabajar y tu también, siéntate .
Que yo no iría a trabajar ?, es una broma?...
Frunzo los labios y me siento en la silla sin voltear a verlo.
-No me gusta que decidan por mi, porque lo hace? - inquiri irritado.
Takano-san sonríe y sus ojos se iluminan.
Y de pronto me siento entre nubes rosas, espumosas y un millón de flores inundando mi estómago... Justo como un manga shoujo.
MALDICIÓN!
-Parece que lo haz olvidado, pero hoy es tu cumpleaños, solo quiero, que lo pases bien.
Mi... Cumpleaños?
Vaya, si... Lo olvidé... Como es que él?...
Como lo recuerdas, Takano-san? - le pregunto en un susurro.
Takano-san avanza hacia mi y se inclina a mí lado.
Me siento turbado, incapaz de verlo.
Me besa inesperadamente en la mejilla y escucho como sonríe entredientes.
-Jamás olvidaría algo de ti Onodera, porque tu eres mi primer amor.
FIN.
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