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martes, 27 de marzo de 2018

El amor no es un manga shoujo "

"Con este capítulo, retomo mi trabajo a escribir, espero les guste"


Desde hace años trabajo en una editorial llamada Marukawa, justamente, en el departamento de manga shoujo.
Mi jefe, es Takano-San... Mi antiguo amor de colegio...

(Ritsu se pega en el escritorio)

No!, ya no puedo recordar eso! - me regaño a mi mismo.

Como es posible que no lo haya olvidado aun?

Miro alrededor de la habitación oscura y me siento al borde de la cama.
Es que no puedo olvidar algo que Takano-San me recuerda constantemente.

MALDITO! - grito desesperado.

La puerta se abre rápidamente.

-Te has despertado? - parado frente a mi, con su melena alborotada y una taza de café en la mano, Takano-San me observa en silencio.

Ah claro, se me olvidó comentar que ahora vive conmigo. Se trajo sus cosas contra mi voluntad.

Me levanto con el ceño fruncido.

-Voy a bañarme-digo evitando verlo.

Takano no responde y sigo mi camino hasta el baño, cierro la puerta con seguro, así me aseguro que no entrará.

Suspiro un poco aliviado, al fin voy a tener un momento a solas. Abro el grifo del agua y empiezo a dejar correr el agua, hasta que salga  caliente.
Me bajo los pantalones de pijama y observó como mis piernas están marcadas por moretones púrpuras.

Dios!, pero que?!

Y recuerdos innombrables me inundan de la noche anterior. Mi cara adquiere un color rojo y me siento muy avergonzado.

"Te odio Takano-San",-no puedo evitar decir.

Me siento al borde de la tina y comienzo a pensar en nuestra historia, nuestro comienzo, adiós y reencuentro.

Muevo la cabeza de un lado al otro.

Es imposible que el amor sea como un manga shoujo, todo acabe con un "felices para siempre" , donde ambos vivimos una digna historia de amor romántica.

No. La vida no es así, no hay burbujas, pétalos de sakura revoloteando a nuestro alrededor y sempai no brilla cuando me mira...

(Ritsu recuerda como Takano luce radiante ante las autoras de manga)

Bueno solo a veces, cuando quiere luce así.

Entro a la tina y me hundo en las burbujas.

Quiero quitarme su olor... Comienzo a tallar con fuerza.

Sus palabras... y tallo aún más...

Su lengua...."ahhhhhhhhhh!"

Me pego en el azulejo y se me cae encima el bote de shampoo.

Que demonios pasa ahí dentro?! - pregunta Takano-san al otro lado de la puerta.

Nada! - grito desesperado y turbado por aquel recuerdo.

No se escuchó nada más.

Debo olvidar... Ahora mismo aquello.

Salgo de puntillas del baño, percibiendo el olor a café y pan.

Takano-san se asoma desde la cocina.

Has terminado? -

No me asuste así, por favor! - exclamó irritado.

Takano-san cruza los brazos y me mira de arriba abajo.

Y si te cambias después? - comenta con calmada malicia.

No gracias, me gusta comer vestido-cierro dando un portazo.

Parece nunca tener limites...

Ya cambiado, voy a la cocina, tomo del refrigerador lo primero que veo para tomar y avanzo hacia la salida.

Onodera!, a donde vas? - me pregunta con suma seriedad.

Al trabajo, señor editor en jefe, algunas personas, tenemos que trabajar-observo como tranquilamente toma asiento y bebé de su café - usted debería hacer lo mismo.

Takano-san se encoje de hombros.

-Avisé que no iría a trabajar y tu también, siéntate .

Que yo no iría a trabajar ?, es una broma?...

Frunzo los labios y me siento en la silla sin voltear a verlo.

-No me gusta que decidan por mi, porque lo hace? - inquiri irritado.

Takano-san sonríe y sus ojos se iluminan.
Y de pronto me siento entre nubes rosas, espumosas y un millón de flores inundando mi estómago... Justo como un manga shoujo.

MALDICIÓN!

-Parece que lo haz olvidado, pero hoy es tu cumpleaños, solo quiero, que lo pases bien.

Mi... Cumpleaños?

Vaya, si... Lo olvidé... Como es que él?...

Como lo recuerdas, Takano-san? - le pregunto en un susurro.

Takano-san avanza hacia mi y se inclina a mí lado.

Me siento turbado, incapaz de verlo.

Me besa inesperadamente en la mejilla y escucho como sonríe entredientes.

-Jamás olvidaría algo de ti Onodera, porque tu eres mi primer amor.

FIN.

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